Una semana había pasado, Severus Snape había mejorado notablemente y los chicos la iban a visitar constantemente.
Esa tarde y como todas, leía en voz alta, ya había terminado con el libro anterior, ahora leía una novela muggle que había encontrado en la estrafalaria biblioteca, comía una manzana con una mano, mientras que en su pierna el libro reposaba y lo sostenía con la mano desocupada.
-....Mis palabras vuelan hacia arriba, mis pensamientos permanecen abajo...
-...Las palabras sin pensamientos nunca van al cielo. - escuchó una voz que terminaba junto a la de ella.
La chica reconoció automáticamente aquella voz y miró a su profesor, el que la observaba desde la cama, con los ojos abiertos.
-Profesor...
-¿De verdad está leyendo Hamlet? - alzó una ceja como era tan característico de él, ella rió.
-Su sentido del humor no cambia ¿eh? - el hombre negó haciendo una pequeña sonrisa poco notoria.
-¿Se siente bien? ¿Necesita algo?
-Acabo de despertar Grimmes, creo que por ahora nada y deje de estresarme tan rápido, déjeme solo - ella asintió y se retiró del cuarto.
Snape escuchaba una voz, una bonita voz, no sabía de quién era con exactitud, lo molestaba entre sus sueños y sin darse cuenta ya tenía los ojos abiertos y aún la escuchaba, miró hacia un lado y ahí estaba, Elizabeth, una de las chicas que había presenciado en ellos. ¿Como era posible? Lo último que supo fue que Voldemort le había dicho a su bendita serpiente que terminara su trabajo y le matara pero no estaba muerto, estaba ahí, en su cama, en la Hilandera y con una muchacha a su lado que aún no se daba cuenta de su despertar, entonces escuchó aquella frase y sonrió para sus adentros. Le siguió, sabiendo que el libro no era uno de sus favoritos pero esa frase la conocía bien y esperaba espantarla, pero ocurrió lo contrario, ella le miró con una sonrisa en el rostro, luego el hombre cuestionó aquel libro y ella lo llenó de preguntas.
Por el momento quería estar solo, no quería compañía ni aunque recordara bien lo que había pasado en Hogwarts entre los dos.
El creía que iba a morir, estaba seguro de que lo haría pero ahí estaba, en su casa recostado en su cama. No sabía cómo había sobrevivido era algo que no tenía en sus planes pero buscaría la respuesta más adelante.
Y de pronto lo recordó, en uno de sus sueños esa mujer había estado presente, no cualquier mujer, era su pelirroja, Lily, la que había amado durante tanto tiempo. Fue con lo primero que soñó su subconsciente o eso creía él. Ella estaba como aquel día en que la había encontrado tirada, muerta, en la casa de los Potter pero en el sueño estaba bien, ella usaba esa misma ropa y le sonreía, todo a su alrededor era de un color claro y sobre el paisaje poco podía ver, solo a ella a quien tenía al frente.
-Lily yo... - ella lo habia silenciado poniendo una mano en su hombro y acariciando su mentón, durante años él había añorado tanto ese tacto y sintió como una lágrima bajaba por su mejilla, aunque se sintió tan diferente al poner su mano sobre la de ella con cariño.
-Sev, lo hiciste bien, ayudaste a Harry
-Sabes que eso no importa - ella asintió - sabes que siempre fue por ti.
-No siempre - le corrigió y el levantó una ceja sin entender - ella también te necesitaba Severus - de pronto ante ellos apareció una figura, aquella figura del baile, esa muchacha que había robado parte de su corazón en solo una noche.
-Ella no es nadie, ella fue solo producto de mi imaginación Lily no...
-Severus, descubre su máscara, ella es real, debes buscarla, te enamoraste de ella - el miraba a ambos lados.
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Una Grindelwald en Hogwarts
FanficLlega una pequeña chica, una familiar del señor de la muerte a Hogwarts, ¿Esta sera bien aceptada? ¿Alguien sabrá su secreto? ¿Que hará Dumbledore al saber la verdad sobre ella? ¿Podra creer Severus en el amor que ella le profesa o creerá que es un...