Resignación

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-¿Crees que no lo se? ¿De verdad crees que no me dolió decirte todo eso? Eres una tonta Elizabeth Grindelwald, te lo dije porque sabía que no podría darte absolutamente nada, no podía ofrecerte mi amor porque Beatriz lo tenía, no podía ofrecerte mi amistad porque sabía que al final eso te dañaría, no podía ofrecerte nada y yo solo buscaba a la mujer que fuiste aquel día en el baile y no me di cuenta que eras tu porque tenia un maldito parche en los ojos, tu apellido no me interesa, se que te juzgue mal, se que hice las cosas como un cobarde, como el estúpido cobarde que soy, te intente escribir pero las lechuzas siempre volvían con las cartas de vuelta, intente buscarte con alguien del ministerio y el incompetente no pudo encontrarte, se que me odias por todo lo que te dije, tranquila yo también lo hago pero solo quiero que ahora me escuches, que me perdones de una maldita vez porque no, me di cuenta que puedo vivir sin ti, e pasado muchísimo tiempo sin ti antes de haberte conocido, asi que si que puedo vivir sin ti, pero entiendelo no quiero hacerlo, quisiera ser el último hombre de tu vida Elizabeth Grindelwald, quiero que me perdones, quiero que me dejes ganarme tu perdón.

A Elizabeth con cada palabra se le partía aún más el corazón, lo único que quería acercarse a él y abrazarlo, sus palabras habían sonado tan sinceras y había pasado tanto tiempo pero aún sentía que no podía del todo y esa parte dentro de ella la llevó a retirarse del lugar. Al voltearse escuchó a Severus hablar.

-Si no quieres verme más, esta bien, lo entenderé, vete y ya no volveré a molestarte, renuncio a ti, vete de una vez has tu vida con Wibmer y que sean muy felices, para tu alivio y mi infortunio, renuncio a ti Elizabeth Grindelwald - Elizabeth intentó girar la perilla de la puerta pero esta estaba con seguro y al mismo tiempo que la giraba volvió a oír su voz - al parecer era cierto lo de las revistas, antes de que te vallas dime ¿es a él a quien quieres? - Elizabeth volteó, la voz de Severus se había vuelto un murmullo glacial ante la pregunta.

Elizabeth prefería mirar hacia el suelo.

-Respondeme - pidió.

-Lo intenté, en algún momento, lo hice, lo intenté- soltó - la primera semana que vinimos aquí, sabía sobre sus sentimientos y lo intenté.

-¿Y?

-Y nada

-No es lo que parecía cuando los vi en aquella revista abrazados y riendo ¿Por qué no eres capaz de admitir lo que quieres Elizabeth? ¿O solo respondez a Liz ahora?- preguntó superando sarcasmo.

Ella abrió mucho los ojos y subió su mirada para verlo de frente, pero no dijo nada. En ese momento no sabía que decir. Severus ya no podía más, tenerla en frente y saber que en cualquier momento se iría, volvió a repetir, esta vez más para si mismo.

-Esta bien, me rindo - Severus señaló la puerta con la mano de un modo despectivo- Wibmer gana.

El cerebro de Elizabeth tardó unos segundos en procesar lo que había oído. Podía marcharse. Con la cabeza gacha y los hombros encogidos, se dirigió hacia la puerta.

Severus permaneció inmóvil mientras ella buscaba la llave de la cerradura entre sus bolsillos.

Cuando la vio tratar de girar la llave sin conseguirlo, se acercó y le rodeó la cintura con un brazo para abrir la puerta, acariciándole la cadera.

Al ver que no se encogía ante su toque, le habló al oído.

-Entonces, ¿toda esta agonía ha sido en vano? - Elizabeth sintió el calor del cuerpo de Severus a su espalda. Irradiaba de su pecho y se extendía por sus hombros, provocándole un estremecimiento.

-Has sido muy cruel - soltó una pequeña lágrima recordando sus palabras.

-Tú también.

-Me has hecho daño.

-Y tú a mí. ¿Satisfecha con la venganza?- siguió susurrando Snape.

Su cálido aliento le acarició la mejilla.

-Hoy me has clavado las uñas bien
clavadas. Eh venido con mi ego abajo y a pedirte casi de rodillas que me perdones y me has hecho sangrar con cada palabra. ¿Estás contenta? Ha sido
una auténtica hoguera de las vanidades y has sido tú quien encendió la llama.

Le acercó los labios un poco más a la oreja, provocándole un nuevo estremecimiento.

-Eres una cobarde - susurró.

-No lo soy.

-Eres tú la que se marcha.

-Me lo has dicho tú. Has dicho que me vaya con Wibmer, que renuncias a mí.

-¡Maldita sea! ¿Haces todo lo que te dicen? ¿Dónde se ha escondido la chica que se hizo pasar por mortifaga? ¿La que luchó en la guerra? ¿La que engaño a Voldemort?

-No soy más que una simple chica, aquella mujer murió cuando le dijiste todo eso Severus Snape. Ahora eres tú el que tiene todo el poder. Podrías... destruirme.

-¿No lo dirás en serio? ¿Piensas que esto son jueguecitos de poder?

La obligó a volverse y le sujetó la cara entre las manos.

-¿De verdad crees que sería capaz de destruirte otra vez, con todo lo que hemos pasado? ¿Con todo lo que e sufrido con tu ausencia?

-No soy yo la que tiene problemas con mi apellido. Y no, claro que no estoy satisfecha. ¿Crees que era esto lo que buscaba? Soy muy infeliz. Cuando finalmente te encuentro, después de todos esos meses, después de la guerra, después de haberme enamorado de ti apenas siendo una estudiante y no de Dante si no de ti Severus Snape ¡has cambiado tanto que apenas te reconozco!

-No me has dado la oportunidad de demostrarte cómo soy en realidad. ¿Y
cómo voy a saber lo que esperas de mí si no hablas conmigo? ¡No me explicas
nada! Simplemente te marchaste y te busque y busque pero no te encontré.

-¡A gritos no vas a conseguir que hable contigo y menos besándome en la calle sin si quiera saber si te e perdonado! Me fui porque me dolió lo que me dijiste, me hiciste daño, jamas creí que me dijeras algo así.

Severus le aplastó la boca con la suya, brevemente pero con mucha pasión,
antes de volver a susurrarle al oído.

-Habla conmigo, por favor, te necesito - le ordenó.

Elizabeth permaneció en silencio, sintiendo cómo la energía fluía entre ambos.

-Dime lo que quieres o márchate - pidió el hombre.

Al ver que ella no respondía, Severus creyéndose resignado se apartó lentamente. Ella sintió aquello y habló sin más.

-Nunca he querido a nadie más...





....

Menos de mil palabras pero muchas emociones, esta parte en especial la saque del libro El infierno de Gabriel por si quieren leerlo, es muy bueno, recuerden que mucho de lo que se escribe aquí también está basado en ese libro así que créditos a Sylvain Reynard el autor.
El próximo capítulo será dentro de unos días.
También hay cosas escritas por mi, los capítulos anteriores fueron escritos por mi, sacados de mi cabezota.

Una Grindelwald en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora