Ataque en Hogwarts...

555 63 12
                                    

Los días pasaron bastante rápidos hasta llegar al fin de semana, Severus se había desaparecido por una misión encomendada por Dumbledore todo el día anterior así que Elizabeth estuvo cumpliendo sus tareas con Slughorn y leyendo en la biblioteca a ratos junto a Neville cuando alcanzaba a topar sus horarios con los de él. Era viernes aún.

Aunque estuvo todo el tiempo bajo la mirada inquisidora de un chico que se había quedado lo bastante molesto desde que el maestro de pociones se había robado toda la atención de la muchacha, además de haberlo insultado aquel día en frente de ella. No había podido acercarse lo bastante hasta ese momento en el que casi todos habían terminado sus tareas de aprendices. Solo Neville estaba lo bastante ocupado junto a la profesora Sprout, pues debía terminar de germinar una planta la cual se debía hacer esa misma tarde o no tendrían otra oportunidad en mucho tiempo.

Elizabeth había ido hasta el invernadero del colegio donde estaría su amigo para luego invitarlo a cenar juntos en el gran comedor.

-Neville ¿Estás listo?- Elizabeth notó que el muchacho casi corría por el aula moviéndose de aquí para allá ayudando a la profesora Sprout.

-No Elizabeth, lo siento mucho pero no saldré hasta más tarde- dijo mientras seguía moviéndose rápidamente.

-Oh, esta bien, nos vemos Nev- el chico asintió mientras examinaba aquella planta.

La chica se marchó rápidamente de vuelta al castillo, iría al despacho de Severus, el podría llegar en cualquier momento si es que tenia suerte.

Bajó por las escaleras hasta llegar al pasillo que daba a la parte Slytherin del colegio pero al doblar la esquina que daba hacia el despacho del profesor fue detenida y asegurada contra el frío muro tras ella. Estaba un poco oscuro y sin pensar en otra cosa sonrió hacía la sombra pensando en que podría ser Severus su captor.

-Feliz de verme ¿eh?- sonrió el hombre cerca de su oido, haciendo que la sonrisa se le borrara a la muchacha automáticamente.

-David por favor sueltame- pidió con molestia y un poco de miedo.

-¿Que manera es esta de saludar después de todo este tiempo?- le sonrió el chico, enderezandose cuan alto era, casi metro ochenta.

-Por favor- volvió a pedir- déjame salir.

Elizabeth intentó tomar su varita entre sus cosas pero David tomó sus manos sobre su cabeza para evitar cualquier movimiento. Pegó su asqueroso pecho con el de ella encojiendose y una vez la tuvo segura en su lugar, la abrazó con la otra mano.

-¡David sueltame!- exclamó ella, tratando de escapar y de respirar.

El la apreto más fuerte, esbozando una sonrisa malvada.

-Vamos Liz, relajate, sabes que lo quieres- intento acercar su boca a la de ella, pero la chica siguió resistiéndose.

-¡Tengo novio! ¡Ya sueltame!

-¿Y a mi que me importa que tengas novio?- se acercó a su oído nuevamente- nadie es mejor que yo.

Luego se separó y volvió a acercarse mucho a su cara, sabía que la besaría a la fuerza. Pero no lo hizo. Se frotó íntimamente contra su cuerpo y la toqueteo, riendo al ver su expresión de asco.

-Vaya, sigues siendo la frívola estúpida que rechaza un buen sexo, creí que tu novio te lo podría haber quitado- rió- al menos se que no me estoy perdiendo nada. Aunque me parece un poco insultante que le hayas dado a el lo que no quisiste darme a mí.

Elizabeth molesta, con todas las fuerzas que tenía, pudo moverlo de un hechizo no verbal y azotarlo contra el muro frente a ella, al verlo corrió sin detenerse hasta la puerta de Snape e intento entrar pero fue muy tarde, el chico la tenia otra vez, esta contra la puerta.

Una Grindelwald en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora