Seguí a la profesora hasta llegar a una gárgola, la mujer me miró y estiró su mano para que me acercara.
-Pastel de limon- dijo la mayor y de pronto la gárgola se movió y apareció una escalera de piedra en forma de caracol- suba el director la espera en su despacho- asenti con la cabeza y subí.
Al llegar ví una puerta, la toqué y de adentro se escuchó una voz dándome el permiso para entrar.
-¡Adelante!- entré y ahí estaba el mismo hombre del discurso y el jefe de mi casa.
-Señorita Grimmes, lamento haberla sitado aquí en su primer día de clases pero quería hablar con usted respecto a sus enseñanzas, se que estudio en Durmstrang antes de venir aquí- habló el anciano.
-Es cierto señor.
-Quiero señorita Grimmes, que sepa que yo se todo sobre usted- me miro con un poco de tristeza en su voz.
-¿Todo?- pregunté tragando en seco.
-Todo señorita Grimmes- miro por detrás de mí- Severus ¿puedes dejarme a solas con la señorita Grimmes?
-Profesor, soy el jefe de su casa, creo que debo quedarme...- fue interrumpido.
-Severus por favor- el hombre de mirada obscura dió un bufido y salió dando un fuerte golpe a la puerta- se que es una Grindelwald- soltó de pronto.
-Señor director yo...
-¿Usted sabe lo que hizo su bisabuelo?- pregunto mientras estaba cabizbaja.
-Se solo una parte.
-Dígame que es lo que sabe- se sentó tras su escritorio dándome permiso con una seña para hacer lo mismo frente a él.
-Se que mi bisabuelo fue el primer mago oscuro, que utilizó una frase estúpida sobre el bien mayor, esta preso en su propia cárcel y que usted fue quien lo derrotó, mis padres no quisieron hablarme de nada solo eso se pues me lo dijeron cuando estaba en Durmstrang y se que el siempre busco las reliquias de la muerte- solté todo lo que sabía, el hombre me miraba sin gesto alguno.
-Fui un amigo de su bisabuelo- dijo de pronto dejandome impresionada- fuimos más que hermanos, éramos jóvenes y esa frase estúpida- sonrió- yo fui el creador, Gellert solo quería gobernar.
-Señor yo no soy como mi bisabuelo, no me parezco en absolutamente nada se que quiza...
-Le creo señorita Grimmes no debemos juzgar a quienes no conocemos solo por un pasado que no fue el suyo.
-Gracias señor.
-Solo necesito que me prometa una cosa- asenti- no quiero que nadie se entere que usted es una Grindelwald.
-Eso ya lo sabía señor, jamás lo diría, no podría hacerlo, sabría las consecuencias- el asintió.
-Por último, no debe usar magia oscura aquí, se que en su antigua escuela se estudian en una pequeña parte pero aquí no, esta prohibida ¿esta bien?- volví a mover la cabeza en forma de aceptación- entonces aguarde un segundo y su jefe de casa la llevará hasta su dormitorio.
-Muchas gracias profesor- el hombre se levantó y camino hasta la puerta, salió y después de segundos volvió con Snape.
-Profesor Snape ¿hay algo que quería hablar respecto a la señorita Grimmes?- le miro el director.
-Quiero saber... ¿Como es que sabe legeremancia?- el director levantó las cejas en forma de sorpresa y luego me dio una mirada.
-En Durmstrang teniamos aquellas clases- respondí confiada, la verdad era que mi padre me había enseñado legeremancia antes de entrar a Durmstrang decía que así podría saber cómo protegerme.
-Eso es falso- me miro Snape- su padre fue quien le enseño al parecer el hombre le enseño como entrar a la mente de las personas pero no a como cerrarla del todo- dio una pequeña sonrisa de satisfacción.
-Severus no quiero que entres en la mente de una estudiante, menos la de la señorita Grimmes- el director le miro severo y Snape quitó su sonrisa para volverla una mueca de fastidio- pero si estas en lo correcto, y no sabe manejar su mente, quiero que le enseñes a controlarlo y le des clases de defensa.
-¡¿Que?!- hablamos Snape y yo al mismo tiempo sorprendidos.
-Como escucharon- sonrió el hombre sentándose en su escritorio con las manos cruzadas.
-Pero Albus tengo... Planes- se excusó.
-Y yo señor pues acabamos de tener una charla... Usted sabe a que me refiero.
-Pues es cierto señorita Grimmes pero no encuentro a alguien mejor que el profesor Snape para que le ayude con su problema... Tendrá que saber parte de su vida- suspiró relajado- aunque sea arriesgado.
-¿Arriesgado?- pregunto el hombre a mi lado mirando solo al hombre anciano frente a nosotros y con la expresión que no se le salía del rostro- al parecer tendremos otra estudiante con asuntos arriesgados- subió y bajo ambas cejas algo mordaz.
-Severus tiene toda mi confianza- me miraba ignorando al hombre a mi lado- espero Severus- esta vez le miro- que al saber parte de la verdad, no desconfies de ella.
-¿Puedo preguntar de que verdad me habla director?- preguntó sin inmutarse.
-Ella no es igual a sus antepasados, solo dale una oportunidad- bajó la cabeza- eso es todo pueden retirarse- ambos estábamos partiendo cuando el anciano volvió a interrumpirnos- oh, y Severus, llevala a una habitación solo para ella, necesita su espacio propio.
-Después hablaremos Albus- sisio y comenzo a caminar otra vez a paso rápido.
Íbamos muy rápido así que comencé a protestar.
-Demonios, ¿no puede ir más lento?- el se freno de golpe haciendo que chocara y cayera al suelo.
-No moleste, levantese e iremos como a usted le acomode- dijo con sarcasmo notorio en su voz.
-Wow gracias profesor, crei que ya no le quedaba caballerismo- usé su mismo tono y volvi a caminar, esta vez un poco más lento.
No dijimos nada más hasta que llegamos a la que sería mi nueva habitación.
-Sus cosas ya están ahí y sus clases- esta vez bajo la voz- de oclumancia, comenzarán en una semana, el día lunes después de la cena para ser más exactos- hice un gesto con la cabeza y di un gracias mientras el se iba.
Severus pov...
Albus me citó en sus aposentos después de la cena, creí que hablaríamos sobre el Señor Oscuro, pero luego de haber llegado y que el me pidiera asiento mientras esperábamos a alguien dije que algo traía entre manos.
Esperamos hasta que tocaron la puerta y Albus dejó entrar a aquella chica, la que había chocado conmigo e intentado entrar en mi mente tiempo atrás. No entendía el porqué pero luego me pidió que saliera unos segundos y lo hice algo molesto, creo que debía estar allí pues al fin y al cabo, a pesar de no estar completamente complacido con ello, soy el profesor a cargo de su casa.
Me quedé pensando en qué hablaban esos dos y luego de estar por minutos fuera, Dumbledore vino a mí para entrar otra vez. Lo hice sin titubear y luego de preguntar por si yo tenía alguna duda sobre la señorita, le hice saber que tenía legeremancia y al contestar leí su mente para saber la verdadera respuesta, no pude saber más, pues Albus me interrumpió diciendo que no podía entrar en su cabeza y luego me indicó que debía enseñarle a cerrarla... Fue todo un poco enredado pero solo hubo una pregunta dentro de mí, quien era esta chica y porque el director pidió que no desconfiara de ella y le enseñara a cerrar su cabeza.
Luego de llevarla a sus aposentos e indicarle cuando comenzarían las clases, me fui a mi habitación pensando en todo, le pediría a Dumbledore una explicación de porque pedía eso de mí, el sabía algo, estaba seguro de eso y también sabía que no me lo contaría con ella presente.
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Una Grindelwald en Hogwarts
FanficLlega una pequeña chica, una familiar del señor de la muerte a Hogwarts, ¿Esta sera bien aceptada? ¿Alguien sabrá su secreto? ¿Que hará Dumbledore al saber la verdad sobre ella? ¿Podra creer Severus en el amor que ella le profesa o creerá que es un...