Salvador

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-...también lo somos - le sonrieron.

-No saben con quien se están metiendo - les devolvió la sonrisa a Elizabeth.

-Oh si nena, seguro - uno de los hombres le lanzó un hechizo que la muchacha frenó fácilmente.

-Yo no me metería con ella si tuviera cerebro - comentó una voz desde una pared del lugar, un hombre que no podían notar del todo.

-Tu no te metas, ¡Avada...- el hombre que había mirado con intenciones sexuales a Elizabeth y había mandado una maldición imperdonable cayó al suelo después de que una luz verde le diera de lleno en el pecho.

-¿Aun quieren seguir con eso? - preguntó el hombre.

Los dos tipos que quedaban comenzaron a atacar a ambos y fueron maldecidos después de unos tantos minutos.

Elizabeth aun no veía al hombre que le había ayudado desde las sombras y cuando quiso acercarsele este se alejó.

-Quisiera ver a mi salvador, si me lo permite - le miró la muchacha.

-No creo que sea buena idea Elizabeth, quisiera esperar solo un poco - la chica notaba un poco de tristeza en su voz y cuando mencionó su nombre se sorprendió.

-¿Me conoce? - pregunto la muchacha dando un paso más hacia él.

-Mas de lo que tu crees, se que lo más probable es que te vallas si te muestro quien soy y me gustaría verte, tan solo por un instante - la chica no entendía absolutamente nada ¿quien era aquel hombre misterioso? ¿Quién fue su ayuda?

-Creo que no debería estar aquí - comenzó a caminar la chica, hacia la salida sin volver au mirada a donde estaba el hombre.

Pero antes de que pudiera dar otro paso fue tomada del brazo por una mano más grande, el hombre la colocó contra la pared y su pecho y la besó desesperado, más ella logró librarse.

-¡¿Quien mierda eres y porque me besaste?! -  a pesar de que el olor y los labios se le hicieron tan conocidos no pudo saberlo hasta que sacó su varita y conjuro un Lumos justo frente a las narices de aquel hombre, grande fue su reacción cuando vio su rostro - Severus - susurró.

-Lo siento, lo siento tanto, Elizabeth se que quizás aun no me perdonas, te e buscado tanto y no pude resistirme a tenerte así de verdad lo siento, lo siento tanto... - fue cortado por una cachetada que lo dejó sin habla.

-No vuelvas a tocarme, en tu vida Severus Snape, te invitare un café por lo que acabas de hacer pero luego no quiero volver a verte, nunca - el hombre la miró.

Sabía que no lograría nada más que eso, si que golpeaba duro, le había dolido bastante aquella cachetada pero nada le gustó más que volver a sentir sus labios, aún necesitaba hablar con ella y el café que le ofrecía era una excusa para tenerla serca.



Severus Snape se apareció donde la revista indicaba sería el próximo concierto y notó cuando ella había salido del lugar, la había seguido a un tanto de distancia y luego vio cuando aquellos tipos la habían seguido a aquel callejón, vio ante él a ellos sacando sus varitas y fue ahí cuando decidió entrometerse, pero no del todo, siempre tratando de que no lo viera, sabía que si lo hacía lo más probable es que corriera y no quisiera verlo, así que solo le ayudo desde un lugar donde no podía verse nada. Luchó con ella y cuando ella quería marcharse no pudo más y la besó, había pasado tiempo desde que no probaba su boca y necesitaba un roce de ella para saber que de verdad era Elizabeth y no una imaginación. La había buscado por tanto tiempo y ahora que la tenía en frente se sentía el tipo más dichoso. La besó y al saber que era él esperaba lo que vendría, un fuerte golpe, pero lo que no esperaba era que le había invitado un café, bueno después de todo dijo que era por agradecimiento, pero el quería convertirlo en otra cosa, esperaba que aquello llevara a una charla.

Ambos sentados ya en la mesa de la cafetería, afuera, en la calle con sus cafés en mano.

-Es hermoso este lugar, aquí fue la historia de Romeo y Julieta, pero claro ya lo sabías - Severus intentó comenzar un tema de conversación.

-Si, lo sabía - Elizabeth se mostró fría ante sus palabras.

-Yo... mira Beatriz, yo... - intentaba disculparse pero se le era tan difícil.

-Te deje en claro aquella vez que ya no soy Beatriz - la chica quería levantarse y correr, correr lejos de ese lugar, lejos de Dante, lejos de Severus.

-Para mi siempre seras mi Beatriz, Elizabeth - el se lo dijo con toda sinceridad pero ella se levantó y se fue no sin antes dejar dinero en la mesa.

Severus corrió tras ella y la tomó del brazo, ella volteó y lo quitó rápidamente, aunque Severus había sentido y sabía que ella también, una pequeña fricción entre ambos.

-Te dije que no volvieras a tocarme, la próxima vez te volveré a golpear.

-Elizabeth por favor, solo quiero hablar.

-Bien pues hablemos, a ver dime ¿quién es Lily Evans? - Severus la miró asombrado e interrogante, no sabía cómo responder y ella sonrió - ¿lo ves? Tu solo haces daño Snape, mejor vete a la mierda - siguió caminando, Severus corrió para caminar de espaldas frente a ella.

-Es una historia que no puedo contarte ahora, Elizabeth por favor solo escúchame maldita sea - se tomó el cabello desesperado - si crees que te dejaré así como así estas bastante equivocada, te e buscado por casi un año y no te me escaparas esta vez.

-¿Oh si? - le dedicó una sonrisa - pues mira como le hago - notó que no hubiera nadie serca o mirándola y desapareció.

Apareció en el hotel muggle donde se hospedaba la banda, se arrojó sobre el sofá grande acolchado y se quedó mirando al techo por unos buenos minutos, antes de que tocaran la puerta.

Abrió con un movimiento de varita sin moverse de su posición y escuchó aquella voz.

-Te lo dije, no me iré tan fácil - dijo el pocionista entrando en la habitación.

La chica se sentó, ya esta vez desesperada, comenzaban a brotarle lágrimas de pura frustración.

-¡Ya déjame en paz! - le grito a centímetros de su rostro - es en serio Snape, estoy harta de todo eso, no puedes llegar así nada más y esperar que te perdone, eres un imbecil, no te perdonaré nunca, me juzgaste, me rompiste, me mataste - a Severus se le hacia un nudo en la garganta y sentía como el corazón le dolia por sus palabras, de verdad había dañado a la muchacha - no quiero volver a verte en la vida, me hiciste lo peor que alguien pudo haberme echo, ni si quiera Dumbledore me juzgó como lo hiciste tu, de la persona que menos lo creí ¡fuiste un mortifago, demonios! Creí que no te importaba el origen después de que salvaste a Harry pero veo que no fue así, que eres solo otro tipo como los Malfoy o como el mismo Tom Ryddle, por mi puedes pudrirte en el maldito infierno - solto todo lo que tenia adentro y Severus asintió, se dio la vuelta para dar unos pasos por la habitación y volteo a verla con lágrimas en los ojos.







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Uuufff... fuertes declaraciones señores, Severus se irá? Se quedará? Quien sabe? Ni yo lo sé jajsjajaja, queda mucha historia que contar aún (bueno en realidad así como que muuuuucha pos no, pero queda)

Una Grindelwald en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora