Mundos Mezclados (PJ + HP)

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Editado.

Alissa sentía una especie de buen humor extraño recorriéndole las venas; llevaba tanto tiempo aguantándose las ganas de repartir puñetazos que ahora que por fin podía hacerlo solo quería seguir.

— ¿Cómo creen que estén Harry y Hermione? Umbridge no parecía muy estable hace rato. — Preguntó Jungkook cuando todos pasaron trotando junto a la cabaña de Hagrid.
— Hermione tenía un plan, así que probablemente estén a salvo mientras Harry no la cague. — Respondió Alissa tan tranquila que Taehyung soltó una risa.

Los tres semidioses iban a la cabeza, siendo los más acostumbrados a ese tipo de terreno boscoso, mientras que los magos luchaban por no enredarse las ropas en los arbustos y no tropezar con las raíces.

— ¿Y cómo creen que esté Sirius? — Preguntó ahora Ginny, quien de los cuatro magos era la que parecía moverse con más facilidad. 
— Espero que bien. — Torció el gesto Ron. — No creo que Harry se perdone si algo le pasa. 
— Es muy probable que Hermione tuviera razón. — Dijo Taehyung, mirando a su alrededor. — Y que esto sea una trampa de Voldemort.
— Podría ser, pero no podemos a-...— De repente, la rubia se quedó callada. — ¿Acaso...?
— ¿...son gritos lo que escuchas? — Completó Jungkook. Los magos los miraron extrañados, puesto que ellos no escuchaban nada. — Si, más adelante. — Asintió, para horror de los tres semidioses. Aceleraron el paso, ya comenzando a ignorar con más facilidad los raspones y arañazos que les causaban las plantas. 
No había sido su imaginación; más adelante se escuchaban gritos y risas escandalosas.
Una idea se le cruzó por la cabeza.

— ¿Todos tienen sus varitas? — Preguntó recibiendo un "si" inmediato. — Bien, quiero que estén atentos, es muy probable que tengan que utilizarlas.
— ¿Que crees que sea? — Preguntó Taehyung avanzando a su lado.
— Puede ser muchas cosas, y ninguna buena. — El pelinegro apretó los labios, aferrando su varita en su mano. Miró de reojo el dije de su amiga, el caduceo de Hermes plateado centellando en su pecho. 
Un terrible presentimiento se instaló en su pecho, y fue respondido inmediatamente, cuando los árboles parecieron apartarse de su camino y vieron más adelante una escena que les heló la sangre.

— ¡Detrás de nosotros! — Susurró Alissa instintivamente, y los magos se colocaron detrás de los tres semidioses. Jungkook se quedó estupefacto; más adelante, cabalgando en círculos al rededor de una aterrada Umbridge y esquivando chispazos rojos que estallaban contra los árboles a sus espaldas, toda la manada de centauros del Bosque Prohibido aullaba con furia.
La mujer gritaba incoherencias e insultos que no hacían más que avivar el fuego, y fue cuando Alissa vio a Harry y Hermione bocabajo en el piso, junto a ella, cubriéndose sus cabezas. Aún desde la distancia podía ver el terror en ambos. 

— Todos guarden sus varitas, ya. — Ordenó, escondiendo la suya bajo su pantalón y playera. — Ustedes cuatro se quedan aquí, si pasa algo quiero que griten. — Continuó, ahora mirando a los cuatro magos. Luego volteó hacia sus dos amigos. — Ustedes dos, conmigo, y recen a todos los dioses por que ellos se parezcan aunque sea un poco a los centauros de Manhattan.