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Editado.

Harry llegó con tiempo a la sala de menesteres para última reunión del ED antes de	 las	 vacaciones,	 y	 se	 alegró	 de	 ello	 porque,	 cuando	 las	 antorchas	 se encendieron,	vio	que	Dobby	se	había	tomado	la	libertad	de	decorar	la	sala	con	motivo...

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Harry llegó con tiempo a la sala de menesteres para última reunión del ED antes de las vacaciones, y se alegró de ello porque, cuando las antorchas se encendieron, vio que Dobby se había tomado la libertad de decorar la sala con motivo de las Navidades; y se dio cuenta de que lo había hecho el elfo porque a nadie más se le habría ocurrido colgar un centenar de adornos dorados del techo, cada uno de los cuales iba acompañado de una fotografía de la cara de Harry y la leyenda « ¡FELICES HARRY-NAVIDADES! ».Cuando Harry descolgó el último adorno, la puerta se abrió con un chirrido y entró Luna Lovegood con su aire soñador de siempre.

— ¡Hola! — Dijo distraídamente, y echó una ojeada a lo que quedaba de la decoración. — Qué adornos tan bonitos. ¿Los has puesto tú?
—No. — Contestó Harry. — Ha sido Dobby, el elfo doméstico.
— Muérdago. — Comentó Luna en el mismo tono soñador, señalando un ramito lleno de bayas blancas que Harry tenía casi encima de la cabeza. Él se apartó enseguida. —  Bien hecho. — Comentó Luna muy seria. —  Suele estar infestado de nargles.

Harry se libró de tener que preguntar a Luna qué eran los nargles porque en ese momento llegaron Angelina, Katie y Alicia. Las tres jadeaban y estaban muertas de frío.

— Bueno. — Dijo la primera sin mucho ánimo, quitándose la capa y dejándola en un rincón. — Por fin los hemos reemplazado.

— ¿Reemplazado? — Inquirió Harry sin comprender. 
— A ti, a Fred y a George. — Aclaró Angelina, impaciente. — ¡Tenemos otro buscador! 
— ¿Quien es? 
— Ginny Weasley. — Dijo Katie. 

Harry la miró boquiabierto.

— Si ya... — Comentó Angelina, que luego sacó su varita y flexionó el brazo. — Pero es muy buena, la verdad. No es que tenga nada contra ti... — Añadió, lanzándole una mirada asesina. —..., pero cómo tu no puedes jugar. 

Harry tuvo que tragarse la respuesta que estaba deseando darle; ¿acaso no creía ella que el se lamentaba por aquella suspensión cien veces más que ella?

— ¿Y los golpeadores? — Preguntó, intentando controlar su voz.
— Percy Jackson y...
— Alissa Holbein. — Completó la rubia entrando a la sala acompañada de Taehyung y Jungkook. 
— ¿Tú? — Preguntó incrédulo Harry. 
— ¿Algún problema? — Inquirió Jungkook, a lo que el azabache tuvo que negar.
— Es que no sabía que jugabas Quidditch. — Admitió.
— Ya, si, es que prefiero mantener los pies sobre la tierra. — Respondió ella, acomodándose el cabello hacia atrás. — Pero no iba a dejar que Gryffindor perdiera la copa.
— ¿Y a ustedes dos no les...? — Esta vez miró hacia los dos Slytherins.
— ¿Molesta? — Completó Taehyung. — Claro que no, cualquier cosa que haga enojar al resto de nuestra casa nos alegra. — Explicó, mostrando una media sonrisa.
— Y a decir verdad tampoco nos interesa demasiado el ganar la copa. — Soltó ahora Jungkook, encogiéndose de hombros desinteresado. 

La charla se terminó cuando Ron, Hermione y Neville llegaron, y unos minutos más tarde la sala estaba lo bastante llena cómo para impedir que Harry recibiera las incendiarias miradas de Angelina.  
La explicación de Harry sobre los hechizos paralizantes se le pasó rápido a Alissa, y cuando quiso acordar ya estaba frente a Jungkook. Dentro de la sala de menesteres la temperatura era mucho más agradable, así que el chico se había quitado la pesada sudadera negra que había llevado y se acomodaba el sweater de lana negro que se había puesto debajo. 

— ¿Y cómo le hiciste? — Preguntó en voz baja, mirando de reojo hacia los lados para comprobar que no tenían a nadie cerca que pudiera escucharlos. 
Más allá estaban Taehyung y Grover, y al otro lado Percy y Annabeth. No tenían a nadie detrás así que no había peligro.
— ¿Con qué? — Preguntó ella arremangándose las mangas. 
— Con el Tío Chispitas. ¿Cómo estas segura de que no te va a achicharrar en pleno vuelo en un partido? — Alissa asintió entendiendo a que se refería.
— Hizo uso de su tan característico instinto suicida. — Dijo Taehyung, levantando la guardia y asintiéndole a Grover para que atacara. — Fue a orillas del lago y no se largó hasta que los truenos dejaron de escucharse. 
— ¿Cómo? — Grover dijo algo parecido a "Petriticus fotalus", que descolocó a Jungkook, pero rápidamente volvió a mirar a Alissa. — ¿Qué le dijiste?
— No mucho. — Se encogió de hombros. — Solo dije que si quiere que ganemos esta guerra no se entrometa. 
La mandíbula de Jungkook pareció desencajarse.
— Si, hasta yo sentí el escalofrío cuando lo dijo, y estaba en la biblioteca. — Asintió Percy al otro lado. 
— ¿Te golpeaste la cabeza? — Inquirió el castaño.
— ¡Petríficus totalus! — Soltó ella, sin avisar, pero no es cómo si el hechizo le fuera a salir a la primera, y nada pasó. — Solo se me ocurrió y ya. Además, tu no digas nada. — Dijo, volteando hacia Percy. — Que te metiste de cabeza al plan cuando te conté que me quería meter al equipo.
— Y claro, si mi hermana muere frita yo también. — Dijo él con un deje de sarcasmo. — Pero ya, en serio, no te iba a dejar sola. 
— Que amable de tu parte. — Se burló ella, y Jungkook intentó lanzar un hechizo paralizante, pero falló. — Nos servirá para ganar su confianza, yo que se... Y en caso de terminar chamuscados en el campo, Angelina también ha tomado a dos chicos como suplentes, para no arriesgarse. ¡Petríficus totalus! — Y a Jungkook le dio un calambre, más no cayó.
— Ay, mi brazito... — Se quejó él, con una voz aguda que la hizo sonreír. 

Mundos Mezclados (PJ + HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora