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Todos los alumnos de Hogwarts compartían algo; su desagrado por Historia de la Magia

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Todos los alumnos de Hogwarts compartían algo; su desagrado por Historia de la Magia. El profesor Binns, su único profesor fantasma, tenía una voz monótona y jadeante, capaz de dormir al más aplicado estudiante en menos de diez minutos y nunca alteraba sus lecciones. Las recitaba sin hacer pausas, mientras los alumnos tomaban apuntes, miraban al vacío distraídos o, a secas, dormían.
Alissa y Percy habían escuchado los primeros cinco minutos de clase, y al cabo de dicho periodo de tiempo ambos habían caído. La rubia había anotado el tema principal de la clase en un pedazo de pergamino y lo había guardado en el bolsillo de su falda, para luego dedicarse a dibujar lo primero que se le vino a la mente, su collar.
Estuvo tan concentrada en hacer bien las alas de el extremo del caduceo de Hermes que no se dio cuenta de que la clase había terminado hasta que, a su lado, Hermione le dio un golpe a Ron con un libro para despertarlo. Una sonrisa surcó los labios de la rubia, y decidida a imitar la acción de la morocha se giró hacia Percy, quien babeaba sobre la mesa. 
— ¿Que pasa? — Preguntó, despertando de un sobresalto, cuando Alissa lo golpeó con su pergamino enrollado.
— Ya terminó la clase, tonto. — Aclaró, revolviéndole el cabello al pasar junto a él. Escuchó ruidos apresurados de quien toma una mochila de una silla y pronto vio al azabache a su lado, restregándose los ojos.
— ¿Vienen con nosotros? — Preguntó Hermione, quien se había adelantado con sus amigos, deteniéndose a ver a los dos ojiverdes.
La rubia negó.
— Debo ir a buscar algo a la habitación, pero Percy podría acompañarlos. — Este también negó. 
— Iré con Ali, quizás luego vayamos a ver a Grover antes de entrar a clases. — Hermione asintió.
— Okey, entonces nos vemos en la siguiente clase. — Se despidió Harry de los dos chicos. 
Y sin más, ambos grupos se separaron, el Trío de oro se fue hacia los patios del castillo y ambos hermanos hacia la torre de Gryffindor. 

El día fuera era frío, una débil llovizna caía, desdibujando los contornos de los alumnos del patio y las copas de los árboles, que se mecían con las corrientes de aire. 
Cuando ambos llegaron a la sala común de su casa, cada uno fue a su respectiva habitación, y cuando Alissa entró a la suya, se topó con que había una carta en su cama. 
Extrañada la tomó, y al leer su contenido, sonrió.  
Era la contraseña de la oficina de Dumbledore, y, ni bien se la memorizó, el papel se consumió en llamas, desapareciendo. 
Había olvidado por completo las clases extras de magia que tendría con sus amigos a partir de la segunda semana de clases, pero ahora que lo recordaba no podía evitar sonreír. 
Sí, podía controlar el agua como se le diera la gana y hablar con los animales acuáticos al igual que su hermano, pero la simple idea de hacer magia, magia real cómo la que su madre le había mostrado de pequeña, le parecía increíble.
Sacudió su cabeza, debía centrarse en lo principal, en su misión.
Tomó su mochila y puso sus cosas dentro justo cuando la campana resonó por todo el castillo, indicando que todos debían dirigirse a sus respectivas clases. 
Bajó a la sala común, buscó a Percy y ambos se dirigieron a las mazmorras. 
Ya habría tiempo de visitar a Grover más tarde. 

Taehyung se acercó a Alissa ni bien la vio llegar a las mazmorras y, con una sonrisa, pasó su brazo por sobre los hombros de su amiga, manteniendo su otra mano en su bolsillo.
— Hubieras visto a Malfoy. — dijo, casi en un susurro. 
La chica lo miró sin entender.
— Cuando volvimos a la sala común le plantó cara a Annabeth, le reprochó el porqué se juntaba con "sangres sucias y inútiles de Hufflepuff". Los insultó, a Percy y a ti, y casi no le dio tiempo para arrepentirse. ¿Sabías que Annabeth puede ser increíblemente hiriente si se lo propone? — No le dio tiempo a responder. — Le dijo que fuera a esconderse bajo la falda de su madre, y que si tenía algún problema con lo que ella hacía que se lo dijera, que no tendría problema de bajarle aún más su inexistente autoestima de niño mimado. — Una risa se escapó de los labios del peliplata, y la chica sonrió. — Le hubieras visto la cara, parecía un tomate, fue increíble. — Esta vez, Alissa tuvo que aguantar una carcajada, un par de metros más allá, Malfoy los miraba con los ojos entrecerrados. 
— ¿Y él no dijo nada? — Taehyung negó. 
— Annabeth no lo dejó, se fue así sin más, lo ignoró y se sentó a leer en un sofá junto a la chimenea. — La ojiverde negó con una sonrisa. 
— Hubiera pagado por ver al que dicen príncipe de Slytherin avergonzado. — Taehyung echó su cabeza hacia atrás y se acomodó el cabello, justo al tiempo que Alissa notaba que algunos de su casa y Slytherin los miraban raro. 
— ¿Que miran? — Soltó, brusca, llamando la atención de su amigo, quien abrió los ojos algo confundido. 
— ¿Eh? — Preguntó, pero ella lo ignoró. 
Los alumnos que los miraban dejaron de hacerlo, pero se dedicaron a murmurar por lo bajo. En ese momento llegó Annabeth, con un libro forrado en cuero en sus manos y su mochila colgada al hombro, junto con Percy.
— Ignóralos. — Dijo, mirando a la ojiverde.
— ¿Porqué nos miran tanto? — Preguntó Taehyung, quien acababa de darse cuenta. 
— Hay una vieja rivalidad entre Gryffindor y Slytherin, es muy raro ver a dos estudiantes de dichas casas juntos. — Annabeth le explicó la historia de los dos fundadores a sus amigos, agregando también el pequeño dato de la mala fama de Slytherin gracias a la gran cantidad de magos malvados y mortífagos que salieron de esa casa. 
Percy se acercó. 
— Es como su yo dijera que Taehyung o los hermanos Stoll son basura solo por Luke. — Annabeth asintió. 
— Podría decirse, si. — Justo en ese momento, el profesor Severus Snape, jefe de Slytherin, abrió la puerta de la clase.  

Cuando comenzó la clase, nuevamente algún que otro alumno los miró, ya que Taehyung se sentó junto con Alissa y Percy con Annabeth, los cuatro en los asientos del fondo. 
La ojiverde incluso pudo ver a Ron, el mejor amigo de Harry, mirarla con recelo y susurrarle algo al azabache, quien giró por un momento y luego volvió la vista al frente. 
"¿Que mierda?" Pensó. 
La clase transcurrió algo lenta, la poción que les había hecho hacer Snape era un poco complicada para su gusto, tenía que mezclar hierbas y cosas que no conocía, pero con las indicaciones del libro que tenía delante pudo completarla de una forma bastante decente.
También, y no iba a negarlo, había mirado de vez en cuando hacia el lugar de Hermione, quien parecía saber perfectamente como mezclar todo, y había copiado algunos movimientos.
Al final de la clase, luego de que Snape hubiera criticado la poción de Harry y hubiera puntualizado lo mal que la había hecho, dejó que Taehyung llenara el frasco con la poción mientras guardaba sus cosas.
Se sentía satisfecha, los gemelos le habían contado que Snape siempre trataba de restarle puntos a Gryffindor o de criticar a los integrantes de dicha casa, pero cuando había pasado por su lugar no había dicho absolutamente nada, simplemente había examinado por encima el caldero y había seguido de largo. 
— ¿Que tienes luego? — Preguntó el peligris. 
La chica sacó una lista con las materias que le tocaba ese día y luego lo guardó. 
— Adivinación. — Cerró su mochila y se la colgó al hombro. — ¿Y tu? — El chico se encogió de hombros.
— Sinceramente no tengo idea, solo sigo a Annabeth. 
La chica negó, divertida, y ambos se dirigieron al Gran Comedor. 
Fueron a paso lento, charlando de cualquier cosa que se les ocurriera y recordando momentos en el campamento. 
Tal fue su distracción, que cuando llegaron a la puerta del Gran Comedor Alissa chocó con Harry, quien iba saliendo claramente enfadado. 
Confundidos, Taehyung y la rubia voltearon a ver al azabache, quien murmuró una disculpa y siguió camino apresurado. 
— ¿Qué le pasa? — Preguntó el más alto. 
La chica negó, dando a entender que no sabía. Volteó, llamando con un silbido a los Gemelos Weasley, quienes levantaron la mirada y asintieron.
— ¡Pásenme una manzana! — Gesticuló señalando la cesta frente a ellos. Fred tomó una y se la lanzó. 
— Iré a ver que le pasa, te veo luego. — Saludó a su amigo, atrapando la manzana en el aire y alejándose a paso apresurado detrás de Potter. 
Taehyung no se preocupó en responder y fue a su lugar, notando, de reojo, cómo un rubio platinado observaba sorprendido hacia donde segundos antes estaba su amiga. 

Mundos Mezclados (PJ + HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora