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Editado.

Poco más de una hora le tomó a Rita para sacarle hasta el último detalle de su historia a Harry, pero para Alissa fue el periodo de tiempo más pesado que vivió en varios meses, dejando de lado las clases con Umbridge

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Poco más de una hora le tomó a Rita para sacarle hasta el último detalle de su historia a Harry, pero para Alissa fue el periodo de tiempo más pesado que vivió en varios meses, dejando de lado las clases con Umbridge. En un momento estuvo a punto de explotar ante una de las tantas preguntas con doble sentido de Skeeter, y le preguntó por lo bajo a Hermione por qué la había invitado, pero ella solo se limitó a sonreirle de forma extraña e ignorarla.
A Alissa no le quedó de otra que mirar hacia otro lado, y pronto se entretuvo con recuerdos de sus días en el campamento.
Recordó los entrenamientos con Percy, las veces que ella venció y viceversa. Recordó también cuando lo reconocieron, cómo casi se cae de culo al descubrir que tenía un hermano, y cómo lo ignoró los primeros días cuando se mudó a la cabaña por que no sabía cómo iniciar una conversación con él. Resulto ser que no era tan complicado, solo tenía que tomarlo del cabello y hundirlo en la arena del lago para quitarle la bandera.

— Bien, creo que eso es todo. — Dijo de repente Rita, mirando satisfecha sus notas. La vuelapluma se metió a su bolso al mismo tiempo que ella guardaba sus cosas y se terminaba su bebida, y Alissa por poco salta en su lugar. Hermione dio unos golpecitos en la mesa, entusiasmada.
— ¡Perfecto! Tu redacta la entrevista y el padre de Luna la publicará lo antes posible. — La Ravenclaw asintió de forma distraída para confirmar. — Y tu, Harry, ¡Ahora todos sabrán la verdad! ¿No es emocionante?
— Supongo, Hermione. — Respondió él, algo agobiado por el interrogatorio previo.
Pero la morena ya no la miraba a él, si no a Alissa, y ella pareció reparar en ello al mismo tiempo que él, por que le devolvió la mirada confundida.
— ¿Y tú, que crees? — Preguntó abriendo mucho los ojos y echando fugaces miradas hacia un lado. Alissa captó inmediatamente que esperaba a que se fuera Rita, así que intentó seguirle la corriente.
— Es genial, ¿no? Digo, así todos dejarán de decir estupideces. — Y Rita se levantó.
— Bueno, muchachos, fue un gusto verlos. — Dijo, cuando todos sabían claramente que lo único de lo que estaba feliz era de haberle sacado hasta la sangre a Harry. Sonrió de forma falsa, y, sin más, se fue.

Hermione soltó un suspiro, abandonando aquella sonrisa exagerada, y esta vez miró con calma hacia el mostrador, un par de mesas más allá.

— ¡Mira la hora! — Exclamó, cómo recordando un importante compromiso. Volteó a ver a Alissa, quien jugueteaba con una cucharita, y le dio un par de empujonsitos. — Harry, no te importa volver solo, ¿verdad? Necesito que Ali me acompañe a... un lugar. — Explicó.
El azabache la miró y luego a Alissa, quien nuevamente estaba confundida y tenía la misma mirada que él.
— Eh, claro... — Murmuró.
— Genial. — Y su amiga no tuvo de otra que levantarse de su asiento ante la insistencia de la morocha. — ¡Hasta luego, Luna! — Saludó, tomando del brazo a Alissa y apresurándose entre las mesas.

La rubia no entendía, ¿por qué tanta prisa?, pero las veces que se lo preguntó a Hermione esta simplemente sonrió y no dijo nada. Confiaba en ella, si no ya se habría soltado y la habría dejado bajo el tejado de alguna tienda, pero no comprendía que ocurría.
Iban saltando de entrada en entrada, esquivando la lluvia que aún seguía y salpicando lodo a cada paso, pero aún así no se detenían.
Y fue así hasta que vislumbraron Honeydukes, la tienda de dulces, y Hermione sonrió cómo el gato de Alicia.

— Ahí está. — Señaló, haciendo que la rubia volteara.
— ¿De qué...? — Pero vio a que se refería.

La dulcería tenía un bonito alero protegiendo la entrada, lo suficientemente grande cómo para que diez personas bien apretujadas se refugiaran bajo él, pero ahora solo habían un par; dos estudiantes de primer grado y Taehyung.
Alissa miró con cara de no entender nada a Hermione, que daba saltitos, y ella rió.

— No me mires así, fue él quien me pidió que no te dijera. Ahora ve, que yo debo ir a comprarme una pluma nueva. — Y tal cómo había hecho Rita, sonrió -esta de forma sincera-, y se fue hacia el otro lado, escapando de la lluvia bajo los aleros de las tiendas.

Alissa se quedó allí, atónita, y volteó lentamente a ver de nuevo a Taehyung. Este no se había dado cuenta de su presencia y miraba distraído hacia la calle; su ropa se había secado, pero su cabello estaba aún húmedo y revuelto, reflejando la luz de la tienda. También tenía una bolsita verde en su mano, no muy grande pero si lo suficiente cómo para llamar su atención desde la distancia. Parecía esperar a alguien, a ella supuso, y no dejaba de mordisquearse el labio inferior, cómo siempre que estaba ansioso.
Sin saber por qué necesitó tomar una gran bocanada de aire, se largó a la lluvia, sintiendo cómo todo se aclaraba al estar en contacto directo con el agua helada, y cruzó miradas con Taehyung cuando él escuchó los chapoteos acercarse.

— Hola. — Saludaron ambos a la misma vez, riendo por consecuente. — ¿Y Jungkook? — Preguntó ahora Alissa.
— Dijo que visitaría a Hagrid aprovechando que la falta de alumnos en el colegio no llamaría la atención. — Respondió, encogiéndose de hombros.
— ¿Es amigo de Hagrid?
— Bueno, es chistoso. ¿Recuerdas su encuentro con aquellos Grindylow's? No fue el primero; su primer año en Hogwarts cayó en otro de los posos entre las rocas del borde del lago y Hagrid tuvo que sacarlo de una pierna para evitar que se lo comieran.
— Ah, por eso tiene...
— Las cicatrices en los brazos, si. — Taehyung asintió y Alissa torció el gesto.
— Y yo con miedo de preguntar. — Dijo soltando un suspiro a modo de risa. — Ahora, ¿me puedes decir por qué Hermione me obligó a pasar hora y media escuchando a una periodista averiguar hasta las fantasías sexuales de Harry? — Y Taehyung sonrió, repentinamente acobardado.

El pelinegro miró hacia otro lado, como si el techo de la terraza se hubiera vuelto lo más interesante del mundo, y Alissa elevó una ceja.

— ¿Tae? — Y lo siguiente que ocurrió hizo a la rubia soltar una carcajada; algunos mechones del cabello de Taehyung se volvieron rubios.
— ¿Por qué estas tan nervioso? — Taehyung volteó, alarmado.
— Yo no...
— Tu cabello.
— Mierda. — Habían sido muy pocas las veces que había visto a su amigo tan nervioso, pero nunca había visto que sus orejas enrojecieran.
— ¿Estas bien? — Preguntó ahora preocupada, sintiendo cómo las emociones del contrario explotaban.
— ¿Eh? si, si, solo... — Pero tartamudeaba, y eso era muy raro en Taehyung. Alissa se le acercó, buscando conectar miradas, pero el chico solo volteó y apretó la bolsa que llevaba en su mano.

La rubia no insistió, confundida, y se quedó estática en su lugar, dándole su espacio. Taehyung suspiró. Su cabello volvió a la normalidad tras unos segundos en los que el pelinegro cerró los ojos, y luego sus miradas se juntaron. Ya no temblaba, no parecía nervioso, y si bien no parecía muy seguro, extendió la bolsita verde hacia ella.
— Sé que no te agrada esta fecha, pero vi esto y pensé que te gustaría. — Explicó, sonriendo de lado.
Alissa frunció el ceño, pero sin embargo no dijo nada y aceptó el regalo.
— ¿Qué es? — Taehyung se encogió de hombros y su aire divertido volvió a aparecer.
— Ábrelo y dime si te gusta. — Incitó, acomodándose el cabello hacia atrás.

Mundos Mezclados (PJ + HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora