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Editado.

Si bien lo normal era que los hijos de Apolo fueran los artistas en el campamento, Taehyung había demostrado tener un gran talento a la hora de cantar

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Si bien lo normal era que los hijos de Apolo fueran los artistas en el campamento, Taehyung había demostrado tener un gran talento a la hora de cantar. La primera vez que Alissa lo había escuchado fue en el muelle del lago, una tarde de verano luego de haber perdido una pelea con Clarisse. Estaba tan molesta por las burlas de la chica que lo único que se le ocurrió para no ahogarla allí mismo fue irse, y vaya sorpresa se llevó cuando, estando a punto de lanzarse al agua, escuchó al en ese entonces rubio cantar. Se lo quedó viendo a lo lejos, pues el estaba sentado a orillas de lago, y antes de darse cuenta estaba sentada en el borde del muelle observando atentamente al chico con una sonrisa. 
Esa misma sonrisa tenía en ese momento, mientras esperaba a que el agua en una tetera frente a ella terminara de calentarse. La voz del pelinegro llegaba desde el comedor, aún más fluida y perfecta que la primera vez. La rubia no pudo evitar cerrar los ojos, sintiendo una paz inmensa, y su mente viajó a el año anterior. 

Era de noche, aún faltaban varias semanas para que Percy volviera al campamento, y ella se encontraba completamente sola en la cabaña de Poseidón, intentando dormir. 
Una pesadilla la había despertado y aún media hora después seguía escuchando los gritos de su madre retumbar en su cabeza, tan frescos cómo el día en que la perdió. Al haber pasado tanto rato desde que había despertado supuso que Taehyung no iría, pero al cabo de unos minutos apareció pateando la puerta, la cual luego cerró de un golpe  y volteó a verla. Estaba agitado y tenía un profundo corte en el brazo. Se había distraído tanto que ni se había dado cuenta del dolor.

— ¿Qué te pasó?  — Había preguntado Alissa, saltando de su cama y corriendo donde él.
— Oh, nada. Simplemente jugué al Corre que te Alcanzo con las arpías de limpieza. — Intentó bromear, pero al sonreír hizo una mueca de dolor. La rubia rápidamente tomó un pequeño kit de primeros auxilios que guardaba debajo de su cama y lo obligó a sentarse. 
—¿Estas loco? Podrían haberte destrozado. 
— Si, lo se.  
— ¿Y ni así?  No, viste a las arpías volando cerca y te lanzaste como toro, claro. 
— Exactamente. 
— Podrían haber hecho más que un corte, lo sabes, ¿no?
— Sip.
— ¿Y entonces? — El en ese entonces peliplateado la miró. Estaban muy cerca, y mientras ella se dedicaba a limpiar la herida él admiraba cada facción de su rostro; desde sus ojos verde mar hasta la pequeña cicatriz bajo su labio inferior. La rubia lo notó, pero se centró en el corte hasta que este dejó de sangrar. Luego tomó una pequeña gaza y una aguja. — Probablemente duela, y va a dejar cicatriz, así que...
— Tuviste una pesadilla, no iba a dejarte sola. — Aquellas palabras tomaron por sorpresa a Alissa, y tuvo que reprimir una sonrisa. 
— Bueno, pues deberías tener más cuidado.
— Lo tendré. — El peliplata hizo una mueca de dolor cuando la aguja atravesó su piel, pero no se movió, y mientras ella cocía la herida él simplemente la miraba. 
— Listo, ahora trata de no moverte mucho. No tengo ambrosía o néctar aquí, así que mañana por la mañana irás a la enfermería. — El chico asintió y, evadiendo su mirada, Alissa lo hizo acostarse. — Ahora duerme, no puedes salir de nuevo con el brazo así. — Ordenó, guardando todo en la caja y volviendo a colocarla bajo la cama, para luego levantarse con el objetivo de subir a la cama superior. Taehyung la tomó de la muñeca con su brazo bueno.
— ¿A donde vas? — Preguntó, algo confundido.
— A dormir. — Respondió ella, señalando hacia la litera de arriba. 
El chico relajó la mirada, pero cuando la rubia pensó que la soltaría tiró de su brazo, haciéndola caer a su lado en la cama. 
— Bueno, buenas noches. — Dijo él, pasando un brazo por encima de sus hombros y cerrando los ojos. 
— ¿Qué? ¡Taehyung! — Chilló ella. — No, tu brazo podría descoserse y... 
— Y estarías más cerca para ayudarme, ahora duérmete. — Musitó él, sin abrir los ojos. Pero la rubia no podía dormirse, aún estando abrazada al chico se sentía distante, cómo si los gritos de su madre la estuvieran llamando desde la cama superior, invitándola a perderse nuevamente en la oscuridad. Fue allí cuando una lagrima se deslizó por su mejilla, cuando sintió que explotaría, que su voz llegó a sus oídos. Era una melodía lenta, relajante, y en el idioma natal de Taehyung, el cual aún no entendía muy bien, pero de igual forma la calmó. Sintió el pulgar de su amigo moverse en círculos sobre su piel, a forma de caricias, y los gritos de su madre se disiparon. Se sentía protegida, a salvo; se sentía cómo en casa. 

Mundos Mezclados (PJ + HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora