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Editado.

— Supongo que ahora lamentaras haber dado de baja Adivinación, ¿verdad, Hermione? — Comentó Parvati con una sonrisa de suficiencia

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— Supongo que ahora lamentaras haber dado de baja Adivinación, ¿verdad, Hermione? — Comentó Parvati con una sonrisa de suficiencia.


Era hora del desayuno, dos días después del despido de la profesora Trelawney, y Parvati se estaba rizando las pestañas con la varita mientras observaba el resultado en la parte de atrás de una cuchara. Aquella mañana iban a tener la primera clase con Firenze. 

— Pues no, la verdad. — Contestó Hermione con indiferencia mientras leía El Profeta. — Nunca me han gustado los caballos. — Agregó, pasando de página del periódico y ojeando las columnas. Alissa sonrió divertida, sirviéndose un poco de jugo de calabaza.
— ¡No es un caballo, es un centauro! — Exclamó Lavender, ofendida.  
— Un centauro precioso, por cierto. — Agregó Parvati.
— Ya, pero sigue teniendo cuatro patas. — Comentó Hermione fríamente. — Además, ¿ustedes no estaban tan disgustadas por que habían despedido a la profesora Trelawney?
— ¡Y lo estamos! — Aseguró Lavender. — Fuimos a verla a su despacho y le llevamos un ramo de narcisos, y no de esos que graznan de la profesora Sprout, si no unos muy bonitos.
— ¿Cómo está? — Preguntó Alissa.
— No muy bien, pobrecilla. — Respondió Lavender con compasión. — Se puso a llorar y dijo que prefería marcharse del castillo para siempre antes que compartir techo con Dolores Umbridge, y no me extraña, por que la profesora Umbridge ha sido muy cruel con ella, ¿no creen?
— Tengo la sospecha de que Umbridge solo ha comenzado a ser cruel. — Respondió Hermione con aire misterioso. 
— Imposible. — Saltó Ron, que estaba zampándose un gran plato con huevos con beicon. — No puede volverse peor de lo que ya es.
— Ya verás, Ron. — Asintió Alissa. — Querrá vengarse de Dumbledore por haber mandado un nuevo profesor sin consultarlo con ella. 
— Además tratándose de un semi-humano. — Agregó Percy, quien había estado centrado en un pedazo de tarta de chocolate. — ¿Vieron la cara que puso al ver a Firenze? 

Al terminar el desayuno Hermione se fue a su clase de Artimancia, mientras que Ron y Harry siguieron a los dos hijos de Poseidón por el vestíbulo. 

— ¿No tenemos que subir a la torre norte? — Preguntó Ron, desconcertado, al ver que no subían por la escalera de marmol.
— Frienze no puede subir por la escalera, ahora las clases de Adivinación se dan en el aula once. Ayer pusieron una nota en el tablón de anuncios. 

Alissa no sabía que era lo que esperaba, si una clase normal algo sucia por el descuido o una habitación similar a un almacén, pero cuando entraron por la puerta y se encontraron en medio de un claro en el bosque se quedó momentáneamente atónita.
El suelo estaba cubierto de musgo y en él crecían árboles; las frondosas ramas se abrían en un abanico hacia el techo y las ventanas y la habitación estaba llena de sesgados haces de una débil luz verde salpicada de sombras. 
Sintió la cálida mano de su hermano apretar la suya, cómo asegurándose de lo que veía fuera real, y sonrió.
Los alumnos que ya habían llegado estaban sentados en el suelo, con las espaldas recostadas en los troncos de los árboles o en piedras, y se abrazaban las rodillas o mantenían los brazos firmemente cruzados sobre el pecho. Todos parecían muy nerviosos, y en el medio de la clase, donde no había árboles, estaba Frienze. 
Alissa pensó que a Taehyung le habría encantado pintar esa escena, y su sonrisa aumentó. 

— Harry Potter. — Saludó Frienze ni bien vio al azabache entrar, y le extendió una mano, pero no sonrió. Alissa descubrió que el centauro tenía la sombra de un cardenal con forma de herradura en el pecho.
— Ho-hola. — Saludó Harry, estrechando su mano. — Me alegro de verte. 
— Y yo a ti. — Repuso Frienze, inclinando su cabeza. — Estaba escrito que volveríamos a encontrarnos. —.
Luego se giró hacia la rubia, dedicándole una mirada solemne.
— Alissa Holbein.
— Firenze. — Saludó ella, haciendo una pequeña reverencia con la cabeza y Harry la miró extrañado, más no dijo nada. 

Mundos Mezclados (PJ + HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora