Primera Batalla [Parte III]

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Hyrik suspiro al ver cómo el supuesto "equipo" lo ignoraron por completo y actuaron por su cuenta, esperó unos segundos y al ver qué iba para largo decidió tomarse un descanso, sacó un cigarro de su bolsillo, pero antes de quitarse la máscara para fumarlo oyó unos pasos acercándose a él, del bosque salió un equipo de sujetos armados liderados por una mujer, una peculiar mujer de piel azul, ésta superaba al resto en altura, y por mucho, aunque no era algo extraño, ya que se trataba de una característica común en una de las razas hevenzianas, los Reisg, caracterizada por el dimorfismo sexual. El Agente guardó el cigarro y levantó las manos.

—Me rindo —dijo con tranquilidad. Eran 5 personas más su líder, jugaría sus cartas con cuidado.

—No hagas ningún movimiento extraño —la mujer se acercó con unas extrañas esposas en sus manos.

—Me ofende que desconfíe Madam —Hyrik ofreció sus muñecas para ser apresado, sin embargo, con un veloz movimiento terminó esposando a la hevenziana. Sus hombres no tardaron en responder y comenzaron a disparar, el enmascarado logró esquivarlos y cubrirse tras un árbol, no tenía mucho equipo encima, y los Caídos parecían demasiado ocupados como para echarle una mano, debería arreglarse sólo—. Caballeros, ¿no existe la posibilidad de arreglarlo de manera civilizada? —preguntó alzando la voz entre los disparos.

—Atrapen a ese bastardo —oyó vociferar a la mujer.

—Supongo que eso es un no —susurró mientras sacaba una pequeña pero potente granada cegadora—, tendrá que servir —rápidamente la arrojó hacia sus enemigos, esta explotó y los dejó aturdidos. Pero no duraría mucho, sin perder tiempo disparó sus dardos logrando dormir a 3 de ellos, con molestia observó que ya se le había acabado la munición. Antes de que los enemigos restantes se recuperarán, arrojó una bomba de humo y volvió a ocultarse, solo le quedaban dos armas y ambas de corto alcance, tendría que resolverlo cuerpo a cuerpo.

Moviéndose entre las sombras se acercó a uno de ellos por la espalda con un taser eléctrico en una mano y una porra extensible en la otra. Velozmente apoyó el dispositivo en su cuello y lo electrocutó dejándolo inconsciente, el último soldado volteó pero fue recibido con un fuerte revés con la porra del agente y una patada en el pecho que lo estampó contra un árbol totalmente fuera de combate. Con la respiración agitada volteó a ver a la mujer esposada, sin embargo ésta lo recibió con un potente puñetazo del cual Hyrik a penas logró cubrirse, siendo enviado al suelo.

—Eres bueno, hombrecito —comentó mientras se tronaba los nudillos—, pero ya estás acabado —se la notaba molesta, las esposas de sus muñecas habían sido destrozadas.

—Creo que la subestimé, señorita —le dijo el enmascarado, mientras se levantaba, sobándose el brazo con el cual bloqueó el ataque. Era fuerte, si hubiese conectado el golpe en este momento estaría inconsciente, sus armas habían volado de sus manos y se encontraban lejos de su alcance, tenía que pensar en algo. Pero antes de poder hacerlo la hevenziana se abalanzó sobre él, Hyrik esquivó su ataque el cual destrozó el tronco del árbol tras de sí y acertó un puñetazo en su costilla obligándola a retroceder.

Rodando por el suelo llegó hasta su porra y se dispuso a atacar, agachándose para evitar otro golpe. Impactó su arma contra la pierna de su contrincante haciendo que se arrodille para luego estrellar la porra contra su rostro, tan fuerte que se partió, la mujer quedó algo aturdida. Sin embargo logró ponerse de pie con apenas un moretón en su mejilla. El Agente suspiró cansado para volver a bloquear un puñetazo que lo envió al suelo por segunda vez, aunque esta vez tuvo suerte, ya que cayó a pocos metros del taser. Arrastrándose llegó a él, pero la mujer lo tomó del cuello y lo mandó a volar.

—Adiós a mí columna vertebral —fue lo único que pudo pensar, sin embargo la suerte volvió a sonreírle al caer a un pequeño lago que amortiguó su caída. Aunque sin dudas dejaría marcas, con dificultad logró salir de allí, pero aquella mujer no parecía querer darle tregua.

Iniciativa Caídos: Ciber-Amenaza™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora