—Lo sé, estoy mal de la cabeza—Yasser rió con amargura mientras bajaba la mirada. Una risa que intentaba ocultar su dolor interno—. Soy un monstruo. Ni siquiera sé porque fui considerado para esto.
—Ya te lo había dicho, no tengo derecho a opinar sobre eso —respondió Nathaniel—, después de todo no soy muy diferente a ti. Pero Hyrik te eligió, sabía que tu madre murió por un virus de su planeta y que alguien de su raza te torturó, y aún así lo hizo, no estoy muy seguro pero creo que eso quiere decir que para el es más importante quien eres ahora y no que te llevo a eso.
El justiciero de negro solo permaneció en silencio mientras su debate interno continuaba.
—No eres un héroe —declaró sin pena—. Creo que ninguno de nosotros lo es, y aún así aquí estamos, alguien que nos da esa oportunidad no puede ser una mala persona, al menos eso es lo que yo creo.
Krieg rió internamente de manera irónica, el razonamiento de su compañero era simple, incluso comparable al de un niño, y aún así lo estaba convenciendo, tal vez porque tenía razón, Hyrik no era un mal tipo, y no tenía la culpa de sus pésimas experiencias con los hevenzianos. Al voltear vio al pelinegro, este aún estaba sentado en el suelo, sus ojos negros, pese a revelar unas oscuras vivencias, muy en el fondo resaltaban una inocencia poco común. El Justiciero suspiró.
—¿Qué tan mal debo estar para que un niño tenga que hacerme entrar en razón? —preguntó sarcásticamente.
—No tenemos tanta diferencia de edad —comento el pelinegro. Yasser simplemente volteó y se sentó frente a el.
—Es mí turno —le dijo retomando la compostura—. Te tomaste el tiempo de escucharme, quisiera hacer lo mismo.
—Te lo agradezco —respondió Nathaniel cabizbajo—, pero como dijiste, no recuerdo muchas cosas, tal vez no me sirva demasiado y te haga perder el tiempo.
—No me importa —replicó alzando los hombros y sentándose en el suelo frente a el—. Estoy en un maldito Jet creado con tecnología alienígena, no tengo mucho que hacer, cuenta lo que puedas —el pelinegro asintió.
—Mis primeros recuerdos son de cuando tenía unos 12 años, pero son borrosos, choques eléctricos, drogas y poco más —explico mientras bajaba el cuello de su abrigo mostrando unas marcas alrededor de su garganta y otras en sus brazos—. Incluso intentaron entrenarme en combate cuerpo a cuerpo, pero creo que no les funcionó demasiado —comento mirando sus manos. Perdiéndose un momento en sus pensamientos para luego continuar.
—Soy bastante enclenque. Aunque creo que fue allí donde mate por primera vez —estas últimas palabras las dijo en voz baja y con su mirada perdida durante unos segundos—. En fin, lo primero que recuerdo claramente es aquella sala.
La imagen de una habitación blanca totalmente iluminada vino a su mente, una camilla en el centro, y a el mismo recostado en ella atado con unas correas y varias agujas entrando en su cuerpo.
—Estuve allí durante mucho tiempo, diría que toda mi vida... me sedaban para que no causara problemas —explicó—, del mismo modo en el que me fortalezco en la oscuridad la abundante y cegadora luz constante de alguna forma debilitaba mi poder, eso sumado a los sedantes me dejaron en un estado casi vegetal.
—¿Cómo escapaste? —pregunto Krieg.
—Solo colaboré —la respuesta dejo confundido a Yasser—. Al principio me esforzaba por pensar en cómo escapar lo más rápido posible, pero entendí a la fuerza que esa no era la solución, si estaba así de sedado y atado era porque lo había intentado antes y fracasé, si seguía intentándolo de esa manera solo lograría que me sedaran aún más.
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Iniciativa Caídos: Ciber-Amenaza™
Acción#IniciativaCaídos ¿Habrá vida más allá de nuestro mundo? Esa es la pregunta que siempre se hizo el ser humano al ver las estrellas. Por mucho tiempo nos tuvimos que conformar con novelas, películas y videojuegos. Pero en el 2001 obtuvimos la respues...