XII

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Thiago


—¿Yaaaaaaaa, Ariana?—ella abre la puerta de su habitación solamente para mirarme con una cara que tiene una expresión de muerte, y luego el portazo—Es que es tan aburrido esperar tanto cuando podríamos estar en la fiesta ya.

—Será mejor que no digas nada si no quieres que ahora mismo me ponga el pijama y me vaya a dormir.

—Ah, está bien.

—Así, dejas en evidencia lo desesperado que estás, y va en serio.

—Oye, eso no es cierto—sale otra vez, esta vez maquillada y con su ceja delineada alzada—. Bueno, quizás un poco.

—No te conoceré, bacalao.

Es que es imposible no estar tan inquieto con el tiempo, si eso decide cuánto tiempo menos tengo para ver, estar y bailar con Danna. Suspiro cuando recuerdo el mensaje que me envió después de haber abierto el regalo que le di, incluido de un "Espero verte el viernes ;)". Eso, detuvo mi respiración por breves segundos, ella espera verme, quiere verme otra vez.

—Yo no sé cómo piensas ir a dónde están ellos después de semejante ridículo que hiciste en el cine.—y allí va mi mejor amiga dándome ánimos.

—Muchas gracias, Ariana. Acabas de recordame un suceso que quisiera eliminar de mi memoria.

La risa que se escucha en su habitación es pegajosa y me río también, de todas formas Nana tiene razón.

—Es que no tienes vergüenza.

—Que ya, mujer.

—Ya estoy, vámonos.

Ella sale y, ¿Cuándo Nana creció tanto? Debo reconocer que hace tiempo no la veía así, incluso no recuerdo cuándo fue la última vez que fuimos de fiesta.

—Definitivamente hoy tendré que esforzarme para alejar a los buitres.

—Es lo que haces todo el tiempo, no tendrás problemas.—me da dos palmadas en el pecho, con sus ojos cerrados y va donde su mamá. Asumo que recién le dirá, pero puesto que va conmigo, no creo que haya problema, siempre la llevo y la traigo.

Ya de camino a la fiesta, ella como nunca está pensativa.

—Eh, Ari, ¿Qué tanto piensas?

—Debí de haberme traído alguna chaqueta, ya está cambiando la estación.

—Tonta, como si eso ya no hubiera pasado antes, te doy la mía y ya está.

—Bien, luego te devuelvo el favor.

—Hablando de favores...—digo mientras hago que se voltee a verme—¿Estás yendo porque quieres o porque te lo pedí?

—¿A qué viene eso?—sus ojos miran fijo el agarre que tengo sobre su brazo.

—Depende de tu respuesta, anda dime.

—Voy porque me lo pides, de lo contrario, estaría viendo mi dorama.

—Buena respuesta, esa es mi Nana.

—Bien, ahora, ¿Por qué preguntas?

—Solamente me pareció extraño que conozcas al moreno de la otra vez, y no me hayas dicho. En ese caso, si hubieras respondido que vas porque quieres, supondría que quizás entre él y tú hay algo. Y por esa razón quieres ir.

Su carcajada es estruendosa, más no cambia la expresión que tengo.

—¿Es en serio?

—Sí, Nana. Ya suficiente tuve con Hugo, y creo que no le caía muy bien. ¿Tengo que soportar a otro más?

NANA & GOGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora