NANA & GOGO

XIII

Thiago

—¿Cómo que no está?

José me mira, levanta sus hombros como diciéndome que no sabe nada más. Es increíble que Ariana me haya ignorado por dos días. Ya sé ya sé, es mi culpa, me dejé llevar tanto que me olvidé de ella. Y sé que puedo sonar exagerado pero, mañana ya es martes de casa, y me rehúso a que esa costumbre que tenemos entre los dos se vea rota.

Y sí, por mí.

—Está bien, gracias José. Si es que viene, le dices que me llame, me escriba o algo. Lo que sea, ¿Sí?

—Vale está bien.

Regreso a casa y encuentro a papá en el sofá.

—¿Por qué tan alegre?—suelta con sarcasmo mientras mira el fútbol por cable.

—Ahora no, pá.

—¿Sucede algo?

—Ariana no me habla desde hace dos días.

—Uh, ya la regaste—lo miro algo molesto, sabiendo que el viejo tiene razón—. ¿Qué hiciste?

Me siento y decido contarle. Si en algo se ha caracterizado papá es que te da tu espacio. Muy distinto a lo que pasa con mamá. Y es por eso que es el mejor confidente. Cuando termino de contarle todo él tiene una expresión de susto.

—¿Qué?

—Esto es exactamente como hace veinticinco años atrás. ¡No quiero que vivas lo que yo viví!—me sujeta por los hombros todo desesperado y hace que yo me asuste—¿Quién es ella? ¿Le gustas? ¿Te lo ha dicho? ¿Tiene algún ex o alguien con quien pueda engañarte?

—¿De qué hablas, papá?

—¡Déjame terminar! Lo más importante, ¿Sientes algo por Ariana o solamente la ves como una amiga?

—¿Qué?—me alejo suavemente de él pero mantiene su mirada en mí—¿Estás hablando en serio?

—¡Esto es crucial! ¡Responde!

Se me vienen a la mente todas las veces que estuve con Nana. Todas y cada una hacen que se me estruje algo al saber que me ha estado evitando todos estos días.

Solamente fueron dos, exagerado.

Da igual los días que sean, necesito a Ari conmigo. Porque es mi mejor amiga y nadie podría llenar ese vacío que ella dejaría.

—Sabes que es mi mejor amiga, llevamos años juntos, muchísimos años juntos.

—¿Estás seguro? ¿Completamente seguro?

—Sí, pá. Ya al caso, ¿Qué es todo eso?

Suelta un suspiro que capaz hasta mamá escuchó y se recuesta sobre el sofá.—Entonces no es como antes. Me siento aliviado de saber que no cometerás el mismo error que yo.

—¿Cuál error?

—Hay otra historia, antes de la de tu madre y mía. Y nunca les conté, pues porque no la tomo en cuenta, aunque pensándolo bien... Tuvo mucho que ver en el desarrollo de los sentimientos que sentí y siento por tu mamá.

—¿Y esa es...?

—Mejor, te voy a dar un consejo, para que arregles las cosas con Ariana.

—Soy todo oídos, voz de años de experiencia.

—Me acabas de decir viejo.

—Ay, papá, ahora no.

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