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Ariana

—¡Buenos días, a todooooooooos!

Entro saludando a todos en altavoz. Sí, así soy yo. Mientras voy tomando mis implementos para empezar el trabajo en la pastelería. Los estantes refrigerantes se ven divinos con todos los postres dentro. El color beige con líneas café en todas las paredes del lugar lo hacen ver increíblemente bien.

—Hola, Ari.— todos me saludan mientras paso. Y todo huele delicioso. Nuestros pasteleros siempre se encargan de tenernos como los primeros, cortesía de Pedro, el jefe, quién sabe exactamente cómo conseguir los de primera calidad siempre. No por nada, su pastelería es la mejor de esta parte de la ciudad.

José me sonríe y me lanza un guiño como siempre cuando paso junto a él, ya con el delantal puesto le respondo con una sonrisa.— Veo que hoy me toca el turno contigo, eh.

—Ah, otro día de arduo trabajo.—le respondo mientras anoto mis datos en el control de la máquina de pedidos.

—¡ARIANAAAAAAAAAAAAAA!—mi nombre en un grito hace que levante la mirada con brusquedad—No me dejes ir solo a la universidad.

Aish. Con los ojos entrecerrados busco la mata de cabello castaño entre las mesas y ahí lo encuentro. Thiago, menso. Si algún día soy despedida será por sus berrinches cuando ya no tenemos pie de limón o por sus actos de dramatismo. Y en mi opinión, creo que será por la segunda opción.

—Oye, tú. Harás que me despidan.

—Si es necesario para que vayas conmigo, seguiré gritando. ¡AA-—llego justo a tiempo para cubrirle la boca haciéndolo callar.

—Si haces que me despidan, juro que te hago comerte todos tus cómics. Uno, por uno.—la presión que ejerzo con mi pequeña mano creo que le es suficiente para sabe que soy capaz de hacerlo.

Un leve ujum sale de su garganta. Lo suelto.

—Anda, vete ya. No seas tan dramático. Llegarás a la universidad como siempre.

—No, Ari, no será como siempre porque no llegaré contigo. Sabes que no puedo ir solo. ¿Y si me pierdo?

—Si quieres yo te acompaño.—le dice José y le suelta un guiño.

—Je—Thiago sonríe nervioso—, muchas gracias José, pero sigo siendo hetero.

—Ash, ya qué, una vez más tenía que intentarlo.—José toma su mantel y digno va a limpiar la mesa de aquellos quienes empezaron el desayuno aquí.

—Thiago, vete ya—lo empujo para que se vaya, pero no puedo—. Vas a llegar tarde, y se lo diré a tu mamá.

Él se molesta y se nota en su mirada.— Bien, pero si fuera el Hugo ese... No lo dejarías ir solo.— achica sus ojos juzgándome.

—Ni a Hugo que es mi novio lo acompaño, siempre va solo, así que por favor, tengo que trabajar. Hazlo por mí, ¿Sí?— él sigue sin inmutarse— Necesito el trabajo, sabes que mamá Silvia ya no puede hacerlo, apenas y lo de papá Braulio alcanza para Kiara.

—Bien, tocaste mi frío corazón. Iré solo.

¡Sí!

Solo por hoy. Mañana iré contigo, quieras o no.—hace una perfecta imitación de Rasputia y se va. Veo cómo su espalda sale por la puerta de la pastelería y hace sonar el pequeño sistema de sonido que tenemos ahí.

Ah, nunca deja de causarme problemas. Debería de hacer las cosas sin mí. Algún día ya no estaremos juntos, y si todo va bien como lo voy pensando eso será muy pronto. Solo espero que no sea algo que dramatice demasiado y sugiera su muerte. Siento que le miento, pero no, ¿verdad? Solo estoy ocultando algo,y hasta que se confirme, no se lo diré.

NANA & GOGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora