4

1.6K 83 12
                                    

- No entiendo por qué quieren colocarnos a cargo de a alguien. – bufa mi madre cruzándose de brazos.

La cosa es que ninguno de nosotros le había dicho que íbamos a contratar a alguien para que haga todo en la casa, yo pronto debía volver a Nueva York, Jackson tiene partidos y Adam... no sé qué es lo que hace él para vivir. No podíamos dejarlos a su suerte, aún les falta mucho por recuperarse y porque queremos lo mejor para ellos.

- Mamá sé que no quieres a una desconocida en tu casa y por eso nos encargaremos de escoger a la persona perfecta para que hagan todos los que aceres de la casa. – le explica Jackson.

- Si, además yo estaré viniendo cada semana para visitarlos y asegurarme de que estén bien. – cuando escuche la voz de Adam solamente me quedo colocar los ojos en blanco. Aún no supero que me haya dicho perra

- Lo que yo necesito realmente es tenerlos aquí en casa como antes. – sus ojos se nublan. – disculpen si comienzo a llorar. – le dice al resto de invitados en la sala.

- Mamá nosotros también extrañamos estar aquí, después de todo aquí crecimos, hicimos travesuras, peleamos, entre otras cosas. Tu solo mira el lado positivo, pronto tendrás a una nieta corriendo por toda la casa.

- ¡Dios es cierto! – exclama llevándose las manos al rostro. – entre todo este alboroto olvidé que tendremos a un nuevo Weys en la familia.

- Me ofendes mamá, ya no te acordabas de tu nieta. – dice Jackson burlón. – Mamá no tienes por qué ponerte triste, nosotros también extraños esta casa, y puede que suene muy Amber de mi parte, para los que no entendieron, insensible no... ¡Auch! – le golpeó la cabeza a Jackson. – pero si es verdad, desde que andas con Pierre te volviste Hitler 2.0.

- En mi defensa ella me enseño todo lo que soy hoy. – me levanto de donde estoy para ir y pegarle también un zape. – tú pégame cuanto quieras. – me mira con picardía.

- Amigo, no coquetees con mi hermana, no puedo dejar cometa el mismo error dos veces. – dice Jackson, pero cuando se da cuenta de lo que dijo lleva sus manos a la boca.

- Soplón. – dice Marcus como si estuviera tosiendo.

- Tal parece que lo quiere cometer. – comenta Adam un poco más bajo.

- ¿ustedes nos quieren ver las caras de estúpido? – pregunta mi padre. Todos colocamos la mirada sobre él.

- ¿Qué quieres decir con eso papá? – le pregunto.

- Que ustedes dos se gustaban. – señala a Adam y luego a mí. Y como si de proteger territorio se tratara la novia del susodicho se encarama sobre él.

¡Puff! Pobre ridícula. Pienso.

- Amber cariño, en mi despacho tengo un álbum de fotos, está dentro de uno de los gabinetes de mi escritorio. – con temor asiento y camino a pasos cortos. Al llegar busco en los cajones hasta que lo encuentro, era un álbum de cuero. Antes de ir de nuevo a la sala me pongo a ojear un poco hasta que encuentro fotos de aquel día.

Era la que nos había tomado mamá antes de salir de casa, debía decir que ambos nos veíamos hermosos juntos, no entendía por qué en la escuela nos llamaban una pareja inusual.

- ¡Amber el álbum! – escucho el grito de mi hermano. Un poco ofuscada y llevada por los viejos sentimientos salgo dela oficina con Álbum en mano. Se lo tiendo a mi padre y este lo abre justo en la página que deseaba, esta vez decido sentarme junto con Michael para sentirme un poco protegida. Afortunadamente Katherine y la asistente había decidió irse, o si no me hubiera dado pena que vieran todo este rollo. Michael al ver lo que hacía paso su brazo por encima de mi hombro y solo me quedo acurrucarme.

Recuerdos de un viejo amor (2 libro de las gorditas tambien se enamoran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora