Move your feet sonaba dentro de la oficina de recursos humanos, frunzo el ceño confundida del porque a tempranas horas de la mañana sonaba este clásico conocido por la película de donde están las rubias, pero debía aceptar que la canción era bastante pegajosa y que realmente te hacían mover los pies al compás del ritmo. Sin tocar abro la puerta de la oficina encontrándome con hombre con gafas muy grandes de pasta y el aumento de sus lentes podía verlos a kilómetros, aunque a primera instancia se escucha como un escachalandrado el hombre vestía con un hermoso traje de tres piezas y ni hablar de su cabellera a medio lado.
- Hola. – digo lo más alto posible para llamar su atención. El hombre al verme de pie en la entrada de su oficina le baja a la música y me brinda una gran sonrisa.
- Encantado de por fin conocerla. – se levanta de su asiento y se dirige a mi extendiendo su mano. – debo decir que me considero un fan de lo que hace.
- Gracias. – digo tomando su mano, pero a la vez sintiéndome extraña porque nadie me había dicho que era su fan.
- Mi nombre es Albert Stone.
- Bueno, ya tu sabes mi nombre. – rio nerviosa. – puede sentarse, no lo vengo a molestar mucho.
- Puede molestarme cuantas veces quiera, después de todo trabajo para usted. – toma asiento del otro lado del escritorio y yo en frente de él.
- Maximiliano me conto que no teníamos Fotógrafos, y me tome el atrevimiento de anunciar que teníamos 4 vacantes abiertas, así que lo más probable es que te exploten el correo de la empresa.
- Si, ahora que entre vi mi buzón lleno con por lo menos 1000 mensajes, no entendí el porqué, pero ya he escuchado la razón.
- Si, además quería conocer a la persona que contrata a mis empleados, apenas es mi segundo día en la empresa y me estoy adaptando con todos.
- Cuando usted necesite comentarme algo esta bienvenida, excepto a la hora del almuerzo. – me carcajeo por su comentario. A mí tampoco me gustan que me interrumpan mientras como, porque después hago mala indigestión.
- No sé preocupe, yo respeto las horas de descansos. - le aclaro. – pero me gustaría que ya fuera contactando a los que ya han enviado su curriculum, necesitamos fotógrafos lo antes posible. – me levanto del asiento acomodando mi traje. – a más tardar mañana quiero una tanda de 20 personas para entrevistar y así sucesivamente.
- Para mañana los tendrá a las 8:00am.
- Ok, entonces nos vemos mañana. – extiendo mi mano en dirección a él, la toma en un fuerte apretón y luego la suelta.
- Déjeme abrirle la puerta. – literalmente corre en dirección a la puerta y la abre dándome el paso.
- Gracias Albert, espero que pase una agradable jornada laboral.
- Igualmente.
Salgo de la oficina dispuesta a ir a mi oficina cuando escucho que alguien me llama. Me giro y mis ojos se abren a un más con sorpresa. Lo primero que pensé fue "Esto debe ser una maldita broma" ella se acercaba a mi como si hubiéramos sido amigas de toda la vida, lo cual me parece muy cínico de su parte, a su lado había un hombre que le decía algo, pero ella seguía empeñada en que se debía acercar a mí.
- Mucho tiempo sin verte. – dice cuando está en frente de mí. - ¿si me recuerdas?
- Desafortunadamente sí. – comento incomoda. – debo ir a mi oficina, diría que fue un gusto en verte, pero estaría mintiendo.
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Recuerdos de un viejo amor (2 libro de las gorditas tambien se enamoran)
ChickLitSe dice que el primer amor siempre será el más recordado, ya que fueron las primeras caricias en despertar los sentimientos de uno por el otro, también se dice que la ruptura del primer amor también es la más dura de superar por todos aquellos bello...