Recuerdos de un viejo amor (2 libro de las gorditas tambien se enamoran)

EPILOGO

AMBER

Observaba todo con detenimiento mientras que Adam jugaba junto con el pequeño Elías, nuestro hijo de 2 años.

Habían pasado exactamente 4 años desde que Adam y yo nos habíamos casado, 4 años maravillosos llenos de alegría y amor, habíamos contraído nupcias un año siguiente de haber formalizado nuestro noviazgo ante los medios, lo cual se volvió una completa locura, porque los medios chismoso como MGT, se tomó la atribución de haber revelado nuestro noviazgo muchísimo antes, obviamente no me quede callada y revele ante otros medios nuestra pasada relación.

En cuanto a Maximiliano, tuve la oportunidad de hablar con él una semana antes de casarme, el lucia completamente diferente, más callado, retraído y se dejó crecer una barba parecida a las de los leñadores, me dio un poco de pena, pero afortunadamente Katiuska se encontraba junto con él apoyándolo, aquella mujer era realmente fuerte para soportar esa situación.

De Megan, una vez se presentó en casa junto con un bebe en brazos y su esposo, un alemán de casi dos metros, al principio todo fue completamente incomodo, pero con el pasar de la conversación todo se volvió cálido, sé que vive que vive a muchos kilómetros de aquí y nos viene a visitar todos los veranos.

— ¡Mamá! — el grito de mi hijo llamo mi atención de inmediato. Adam lo tenía elevado por los aires. — ¡Sálvame!

Dejo el libro que me encontraba leyendo sobre la mesa del jardín y me levanto lentamente, mi vientre creciente no me permitía movilizarme como era lo normal, dos gemelos se encontraban creciendo fuertes y sanos.

— ¿Qué le dijiste a tu padre para que te colocara ahí arriba? — le pregunto a mi hijo cuando esto cerca de ellos.

— Que el tío Jackson es el mejor del mundo. — responde mi hijo con su voz infantil.

— De eso no tengo duda alguna. — Jackson Weys entro al patio de la casa junto con una bandeja de mazorcas. — tu padre siempre ha sido un debilucho.

— Yo no fui el que se dejó taclear en la escuela.

— Oye, casi muero ese día.

— Claro que no, tú lo que eres es un dramático.

— Ya basta con los dos, tu baja a nuestro hijo que ya está a punto de vomitarte encima, y tú, si eres un dramático. – Adam hace lo que le pido, dejando a nuestro hijo en el suelo, para luego salir corriendo en dirección al grupo de niños que estaban en el lugar.

— ¿o través están peleando? – mi madre sale al patio con otra bandeja en sus manos.

Hoy teníamos una parrillada para celebrar el 4 julio.

— Ya sabes cómo son tus hijos, no hagas esas preguntas. — le responde mi padre también con una charola.

— ¿es que acaso ustedes nunca maduraran?

— Ya relájate mamá, es algo que nunca dejaremos de hacer. — responde Jackson.

— ¿acaso quieres que tu sobrino y Martin peleen así? — contra ataca Grace buscando tener la razón.

— Ellos no serán como nosotros mamá, tranquil. – intervengo para que no se alargue la discusión. — mejor comencemos a preparar todo, ya tengo hambre, estos dos comen por mil.

— A mis nietos lo que sea. — mi madre desde que se enteró que tendría gemelos se ha encargado de enviarle a la cocinera de la casa los menú que debía preparar para que sus nietos crecieran saludables.

De inmediato se coloca en marcha para preparar la comida.

Todo transcurrió lleno de risas y peleas estúpidas, Rebeca llego junto con su novia llegaron, Marcus junto con Layla y Amy con su nuevo novio, siendo una de las mejore vibras familiares que hemos tenido en toda mi vida. El cielo se comenzó a iluminar gracias a la pirotecnia, los colores rojos y azules comenzaron a resaltar, Elías metía su rostro en el cuello de su padre. Los juegos pirotécnicos lo aterraban, pero pronto las comenzó a ver con una gran sonrisa, gracias a la confianza de su padre.

Nunca antes había visto a alguien tan concentrado en querer cuidar a su familia como lo hacía Adam y eso era lo que me seguía cautivando de él, estaba más que segura de que había tomado la mejor decisión casándome con él, porque sabía que no solamente sería mi esposo, ambos seriamos el pilar del otro para lograr sostener con éxito nuestro matrimonio, sin secretos, sin mentiras, todo basado en la comunicación y el respeto.

Observo aquella encantadora escena llena de orgullo, Adam me sonríe y pasa su brazo por encima de mi hombro.

— Feliz 4 de julio amor. – digo.

— Feliz 4 de julio amor. – sus labios se posan sobre los míos sellando nuestro amor.

Si me hubieran preguntado como vería en el futuro, probablemente hubiera respondido que en mi oficina tecleando mientras que pasan las festividades, sin hijos ni esposo, pero ahora me doy cuenta de las vueltas que da la vida y que muchas veces nos sorprende o nos decepciona. Sé que aún me hacen falta cosas por vivir junto con mi familia, pero algo tengo claro es que nunca les fallare, y aunque suene un poco cómico, el poder del amor es real y esto apenas comienza.

Colorín colorado este cuento se ha acabado.

Estoy nostálgica porque este es el final de la historia entre AMBER y ADAM, de ahora en adelante no aparecerá en otras historias, solamente hará un pequeña aparición den un viaje a Saturno, les recomiendo que vayan agregando la historia en sus biblioteca, si quieren claro está. Porque la subiré netamente cuando esté completa.

Muchos besos y abrazos. XOXO