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OMNICIENTE.

Muchas veces no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos y muchas veces los altos y bajos de la vida nos lo demuestra. Cuando dos almas están destinadas a estar juntas siempre van a buscar el medio para volver a estar juntas sin importar que dejan atrás. Adam y Amber son el claro ejemplo de lo que se quiere decir, ambos se encontraban juntos viendo el atardecer como una vez lo hicieron en el mismo lugar, antes de que toda la hacienda se volviera un lugar productivo, obviamente la botella de vino para limpiar el alma de la tristeza no pudo hacer falta.

Adam le confeso que Megan había terminado con él y Amber lo que hizo Maximiliano todo aquello sin soltar una sola lagrima, pero por la cabeza de Raymond pasaron diferentes formas de asesinar al ex novio de Amber porque el muy idiota dejo perder a la mejor mujer del mundo y culparla de algo que estaba fuera de sus manos.

— ¿Te das cuenta que en el amor nos va como el asco? — le pregunta Amber a Adam.

— Ni que lo digas, a veces creo que viviré una vida solo y amargado. — Amber se carcajea.

— Si quieres nos hacemos compañía porque yo creo que ya soy vieja y amargada. — Adam ríe, pero pronto su sonrisa se desvanece.

— ¿te puedo hacer una pregunta?

— Adelante.

— ¿estabas enamorada de Maximiliano? — aquella pregunta la tomo por sorpresa, pero algo tenía claro, y es que nunca llego a sentirse completamente enamorada de Maximiliano, simplemente sentía un gran cariño porque le dio grandes días mientras que estaba en los ángeles, además que tuvieron un sexo sensacional.

— No. — confiesa. — Maximiliano es un gran hombre, lo que haya hecho por la mañana no va a cambiar la percepción que tengo de él, es entendible por el dolor que estaba pasando, cada quien sufre su duelo a su manera, pero nunca me llegue a sentir completamente enamorada de él, y tu ¿amaste a Megan?

— Hubo un momento en que si lo hice. — afirma con una sonrisa. — pero luego te volví a ver y volviste mi mundo patas arriba.

— ¿aun sientes algo por mí? — pregunta Amber, expectante a su respuesta.

Adam se inclina hacia delante y posa sus labios delicadamente sobre los de Amber, estos se mueven lentamente profesando su infinito amor, ambos se extrañaban y se gritaban que nunca se habían olvidado.

¿alguna vez han escuchado del hilo rojo?

La leyenda cuenta que aquellos que se encuentren unidos por el hilo rojo estarán destinados a convertirse en almas gemelas y que vivirán circunstancias muy importantes en su vida y que no importa cuánto tiempo pase, si el hilo se enreda, se desgasta o se tensa, este nunca se romperá y los regresara a su amor destinado.

Amber y Adam son el claro ejemplo de lo que dictamina la leyenda.

4 meses después

— ¡Corran! — Gritaba Jackson mientras que cargaba con una gran pañalera.

Las contracciones de Alisa habían comenzado y preso por el pánico llamo a todos sus conocidos, Grace, Gerald, Adam, Amber, Rebeca, hasta Marcus y Amy sabiendo que ambos se encuentran en Nueva York. Eran exactamente las 3 de la mañana, y todos iban en pijama y es que apenas escucharon la noticia salieron disparados al hospital donde la mujer iba a dar a luz.

— ¡Deja de gritar Jackson Weys! — grita la embarazada la cual iba en una de silla de ruedas empujada por un enfermero.

Llegaron a la gran habitación que pago Jackson para que su hija llegara al mundo de la mejor forma posible, era muy al estilo de las Kardashians de eso no había duda alguna.

Recuerdos de un viejo amor (2 libro de las gorditas tambien se enamoran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora