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ADAM.

La sorpresa me invadió cuando desde portería me llamaron avisando que Jackson Weys se encontraba esperando a que dé la orden de entrada. Emocionado comienzo a limpiar un copo la mesa de mi oficina ya que estaba repleta de papeles esperando a ser firmados.

un toque en la puerta llama mi atención y de inmediato digo:

— Pase. — Jackson aparece en mi campo de visión. —qué bueno tenerte por acá.

— Sí, bueno, me ha tomado 6 años dejar de ser rencoroso. — se sienta en una de las sillas que está en frente de mi escritorio. — si Amber pudo perdonarte y redimirse también ¿Por qué yo no?

— Muy cierto. — asiento con mi cabeza. — ¿deseas algo de tomar?

— Un poco de agua, estoy manejando y no quiero problemas. — me acerco a una pequeña nevera que tenía en la oficina y le tiendo una botella de agua. — gracias. — le da un sorbo a el agua. — ¿Megan está en casa? Escuche que Amber y ella limaron asperezas.

— Si, sucedió hace unas semanas atrás, debo confesar que me tomo por sorpresa, porque Megan se veía decidida a no soltar la batuta.

— Ni me lo digas, Alisa y yo tuvimos una gran pelea hace muchos años y terminamos, le rogué muchas veces y no quería volver conmigo, hasta que dejé que las cosas siguieran su curso, y antes de darnos cuenta ya habíamos vuelto.

— ¿Cómo esta ella?

— Está bien, disfrutando del embarazo.

— Es increíble, ¿alguna vez pensaste en formar una familia? Porque recuerdo en la escuela y ...— Jackson se carcajea.

— Eran otros tiempos en donde éramos egoístas y solo pensábamos en nosotros, cuando Alisa me revelo que seriamos padres por un momento sentí que el mundo se venía encima, pero luego me di cuenta de lo afortunado que era y la felicidad estallo dentro de mí y me volví completamente loco. — dice todo aquello con una gran sonrisa. — ¿tú has pensado en formar una familia?

— Aun no me siento preparado para ser padre, hay cosas que aún tengo que superar, ya sabes todo este dilema de mi infancia, además estoy en un momento de mi vida donde todo está yendo bien, viajo de un lado al otro y muchas veces ni siquiera tengo tiempo para tomar un descanso.

— ¿Qué sucedería si Megan te dice que está embarazada?

— Me costaría mucho asimilar aquella información. — respondo con sinceridad. Aunque soy completamente diferente a mis padres, siento que sería la misma situación por la que ellos pasaron, la única diferencia entre ellos y yo es que jamás dejaría un hijo a la deriva, yo quiero una paternidad completamente deseada y formar una familia feliz. — pero jamás dejaría desamparado a mi hijo.

— Megan es una chica muy linda.

— Lo sé, y estoy seguro de que será una gran madre.

— Sabes, también vine para entregarte esto. — no había notado que traía una bolsa de papel en sus manos, de dentro saca lo que parece ser una invitación. — Tendremos la revelación del sexo de nuestro bebe, como tú eres de la familia no quiero que te lo pierdas.

— Gracias hermano— toma la invitación con una gran sonrisa, porque sé que de alguna forma esta es una invitación a volver a ser amigos, tal vez no como antes, pero ahora si podremos vernos a la cara sin querer partírnosla.

— Ahora debo irme, tengo que seguir repartiendo invitaciones. — se levanta de su asiento.

— Vamos te acompaño hasta la puerta. — me acerco has la puerta y la abro dándole paso. Al cerrar la puerta Megan aparece en nuestro campo de visión con una gran sonrisa.

Recuerdos de un viejo amor (2 libro de las gorditas tambien se enamoran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora