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Cuando la mañana se dio por terminada Marcus llego a nosotras con una mirada bastante decaída, él no se quería ir, pero debía responder por su puesto en Nueva York si no quería ser despedido, puedo ser la jefa, pero Layla también tiene poder, ella fue quien lo pidió para que estuviera en la campaña de la siguiente revista. Al final lo acompañamos hasta al aeropuerto, los tres lloramos como si nunca jamás nos volviéramos a ver, pero lo que no sabe es que nos veremos más pronto que tarde.

Con respecto a las entrevistas todo salió bien, tengo en la mira varios fotógrafos y pronto los estaremos convocando.

Y con Maximiliano pues... Amy nos encontró en aquella postura y obviamente solté toda la sopa y me repitió una y otra vez lo mismo.

Por el correo me llego una invitación, era por parte de Jackson, estaría celebrando el partido que ganaron, solo sé que no me lo vi por estar teniendo sexo con Maximiliano, de seguro se le olvido quitarme de su lista de amigo y por eso me llego la invitación. Pero con mi hermano necesitaba hablar, aun seguíamos en malos términos luego de que escuchara de que me había besado con Adam, así que ahora mismo me estoy preparando junto con Amy para ir a la fiesta, hablar, pasar un buen rato y luego volver a casa a dormir como dos pares de morsas.

- Esta noche me conseguiré un chico lindo. – Amy se mira en el espejo mientras que acomoda sus senos en el vestido.

- ¿Qué paso con Mario?

- Ni lo menciones, no quiero dañarme la noche, solo quiero disfrutar y subir una foto en Instagram presumiendo que estoy un jugador de futbol americano.

- Ese pobre hombre se va a suicidar. – bromeo.

- Ya olvídalo, no me vuelvo a meter con hombreras que le faltan un tornillo. – Bufa. - ¿ya nos podemos ir?

- Si, ya estoy lista. – dejo mi labial rojo a un lado y me miro por completo en el espejo.

No me veía para nada mal, al igual que Amy llevaba un vestido pegado al cuerpo de color negro que llegaba debajo de mis rodillas y en conjunto unos tacones del mismo color del vestido solo que sus suelas eran rojas.

- Entonces vamos que la fiesta me aclama.

Salimos de mi habitación y antes de bajar al primer piso me paso por la habitación de mis padres para informarles que ya nos vamos.

- Espero que la pasen bien, y recuerden no emborracharse. – nos dice mi madre en modo de advertencia.

- No te preocupes mamá.

- ¿llevan el suficiente dinero? – sonrió ante la pregunta de mi padre.

- Claro que, si papá, no te preocupes.

Salgo de la habitación y emprendemos rumbo a la fiesta de mi hermano.

Al llegar a la discoteca el ambiente era una locura completa, todos bailaban y disfrutaban de la noche, varios de los jugadores del equipo de mi hermano al reconocerme me saludaron, algunos de ellos ya tienen esposa e hijos, y otros son solteros codiciados según algunas revistas y como no, si son realmente guapos y tienen en su cuenta millones, muchas chicas con intensiones no muy buenas le gustan estar con hombres de buena billetera.

- ¿Qué quieres tomar? – me grita Amy al oído para que la escuchara ya que la música estaba muy fuerte.

- Un Daiquiri, vamos a la barra. – respondo de la misma forma.

Nos acercamos hasta el lugar y el primero en atendernos es una chica.

- ¿Qué quieren tomar? – pregunta.

Recuerdos de un viejo amor (2 libro de las gorditas tambien se enamoran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora