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- Bienvenida a Universe Daly señorita Amber, que bueno tenerte por primera vez aquí. – a mi llegada a la empresa me recibe Maximiliano Royal gerente de nuestra sede en los Ángeles. He escuchado mucho del tipo y no muchas cosas agradables que digamos y quiero seccionarme de que no me está tomando por idiota

Había decidió venir sin avisar porque por la mañana revisando las estadísticas de ventas y cuentas de dinero no cuadraban dentro del paquete estadístico que le brindan a mi padre cada mes. Puede que se haya retirado por completo de la empresa, pero él no perderá de vista lo que por mucho Weys años atrás trabajaron.

- Quería darte una sorpresa. – respondo en un tono neutro, cuando estoy en mi trabajo soy una persona completamente diferente, soy la cabeza de una compañía y debía comportarme como tal. – necesito que convoques una reunión con todos los empleados, diles que los espero en 20 minutos en el salón de eventos. – camino decidía por todo el pasillo que va directo a los elevadores.

- ¿Cómo se encuentra el señor Weys? Escuche que su madre estuvo en cuidados intensivos. – me sigue.

- Ambos están bien, ahora convoca la reunión Maximiliano. – la puerta del elevador se abre, entro y presiono el piso de la presidencia. – estaré en la oficina de presidencia por si me necesitas. – las puertas se cierran, pero antes alcanzo a ver como Maximiliano coloca los ojos en blanco. Sonrió triunfante suelo causar ese efecto.

Cuando las puertas del elevador se abren y salgo, muchas miradas se colocan sobre, pude ver en cada uno un poco de miedo, eso quiere decir que la noticia de mi llegada la sabe hasta el conserje.

- Buenos días señoras y señores. – digo mientras que taconeo a la oficina que una vez fue de mi padre.

Al abrirla me llega un ligero olor a perfume, muy característico de mi padre. Hasta donde tenía entendido absolutamente nadie utilizaba esta oficina por orden de mi padre ya que n presidente siempre debe tener su espacio en cada sede para que no se presenten problemas de desorganización, yo diría que es algo más que todo jerárquico, si te sientas en el trono de la reina lo más probable es que salgas de allí directo a la cárcel.

Hago a un lado la silla giratoria para sentarme y enciendo el computador, lo primero que hago es buscar el mismo documento que estaban en casa acerca del paquete estadístico, pero fue inútil, no se encontraba ahí. Estaba a punto de tomar mi teléfono para marcarle a Aurora, pero alguien me interrumpe tocando la puerta.

- Pase. – digo. Una señora entra con una Tablet en la mano mirándome con timidez.

- Buenos días señorita Weys, soy Margaret Stevens y seré su secretaria el día de hoy.

- Yo no pedí secretaria Margaret, ¿Quién te mando?

- Trabajo aquí desde que estaban sus padres como presidentes y fui la secretaria de su madre, ella me llamo para que la ayudara.

- Está bien, toma asiento. – le señalo una de las sillas delante de mí. - ¿ahora eres secretaria de Maximiliano? – le pregunto.

- Si señorita. – responde de inmediato.

- Presento un dilema, y es que los chismes vuelan por todas las sedes de la revista y Maximiliano de todos los gerentes es el que más problemas ha presentado, pero es el único gerente que no conozco y quiero saber ¿cómo es él?, ¿Cómo trata a mis empleados?

- Señorita yo no me quiero meter en problemas. – rasca su nuca incomoda.

- Porque crees que te meterás en problema si estás hablando con tu jefa. – me inclino hacia delante cruzando mis dedos. – hay algo que está colocando en riesgo mi empresa y no quiero ningún margen de error mientras que esté a cargo, y sé que usted está aquí porque aprecia a mis padres, otra secretaria probablemente hubiera dicho que estaba hasta el cuello de tareas, pero usted está aquí.

Recuerdos de un viejo amor (2 libro de las gorditas tambien se enamoran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora