18.

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Lucas.

Podría observarla todo el día, sin dudarlo. Ella quizás ni siquiera tenía la capacidad de saber cuanto valía para mí. Cada vez que estaba cerca mío, yo me sentía de nuevo un pendejo virgen.
Sabia que por mi vida todo me duraba poco, y esperaba que ella, dure mucho.

Terminamos de bajar la última valija.

Las vacaciones habían llegado a su fin, lamentablemente. Aunque no me quejaba, la habíamos pasado de diez.
—¿Ahora te quedas?— le pregunté a Nai.

Negó. —Llevame a mi casa, por fi. Quiero ver a mi mamá.— pidió.

Sin dudarlo, asentí. Sus valijas todavía estaban en el auto, así que solamente puse en marcha el auto y conduje hasta su casa. A ambos nos entristecía un poco que la fiesta haya acabado. Eso significaba estar tiempo juntos ya que, ella comenzaría trabajar y yo también.
Cuando llegó a su casa, se despidió de mi con un corto beso y una sonrisa. Y yo, le dije que la llamaría.

Suspiré cuando ella entró a su hogar.

Se me dificultaba tenerla lejos, pero debía lidiar con eso, no podía estar siempre pegado a Nairobi, quedaba re intenso.

Tomás me mandó un mensaje para que vaya al estudio, así que no lo dudé, no había muchas cosas que hacer en esa tarde. —¿Qué onda, hermano?— dijo apenas me vió. —Al fin te sueltan la correa un poco.

—Callate.— solté riendo. —Nai me da un montón de libertad, no como la Juli.

Hizo un montoncito. —¿Quién la juna a esa?

Rodé los ojos. —Deja de hacerte el boludo que todos sabemos lo que pasa entre ustedes dos.

Él siguió defendiéndose con que no pasaba nada y que se yo, pero dejé de prestarle atención para meterme en la "pecera" y comenzar a tirar barras en un beat recién salido del horno.

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04:34 A.M

Me removí en la cama incómodo. Semanas durmiendo junto a ella. Ahora ¿Qué podía esperar? Claramente, la necesitaba. Apreté su chat, la última conexión suya había sido a las 04:02. Estaba despierta, lo sabía. Habíamos hablado a las doce sobre lo que hicimos en el día y después, tuvimos responsabilidades que nos obligaron a cortar.

Parecía un pendejito, de nuevo.

Suspiré frustrado.

Lucas:
Amor
Estás?

Apagué el celular rápidamente. No esperaba que me conteste porque, seguro tenía el celular en silencio y se encontraba viendo alguna serie o película. O atendiendo a su mamá.

Lucas:
No quiero molestarte
Solamente te extraño
Perdón

Pasaron cinco minutos. Doce minutos. Veinte minutos. Treinta minutos. Estaba quedándome dormido, cuando mi celular vibró.

Nairobi:
Como se nota que no podes vivir sin mí jajaj
También te extraño bebito
Mis noches son frías sin vos :(

Lucas:
Mandame una foto tuya

Nairobi:
No
Hoy te quedas con las ganas porque estoy cansada y encima, tengo poca batería
Te amo, sabes?

Lucas:
Estoy haciendo un puchero justo en estos momentos :(

Nairobi:
Te como a besos
Que descanses mi amor

Lucas:
Te amo loca

Sonreí leyendo sus mensajes nuevamente.

Esta mina me estaba volviendo loco.

¿Así se sentía el amor?




tardes grises | homer el mero meroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora