Nairobi.
—¿A vos te parece que con trescientos pesos voy a poder mantenerme?— exclamé al contar el dinero que mi jefe me estaba dando. —¡Sos un lacra!
—¿Qué decís, nena? Hago lo que puedo, si fuesen por mi, ya te hubiera rajado.
No podía permitirme llorar, así que sólo me saqué mi delantal y se lo tiré enfrente suyo, el viejo me miró sin entender lo que pasaba. —¡Me voy! ¡no puede ser que me esclavices así.— grité agarrando mis cosas.
—No me podes dejar, no tengo a nadie que atienda el negocio.
—Hacelo vos. — respondí abriendo la puerta.
—No sé ni preparar un café ¡Esperá!
—Hubieses pensado antes de haber abierto una cafetería, imbécil.
Salí del lugar con la rabia recorréndome todo el cuerpo. Estuve meses esperando mi paga y son sólo miserables trescientos pesos. Caminé hasta mi casa, y al llegar, fui hasta el cuarto de mi mamá. —Hijita, llegaste...— habló con dificultad.
—Sí, ma...
—¿Pudiste comprar las pastillas?— bajé la mirada. —¿No pudiste? Bueno, está bien, no pasa nada... Yo, voy a poder seguir así, sí.
—No, mamá. voy a conseguirlas, sea la forma que sea te juro que la voy a conseguir.— esta vez, si me quebré frente a ella aunque había intentado evitarlo. —Te juro que te vas a curar y vamos a ser felices como nos lo merecemos, te amo mamá, tenés que ser fuerte.
Mi mamá tenía cáncer. Una enfermedad terminal que no podía ser curada y que le daban solo seis meses, pero hace ya un año seguía luchando. Salí de su habitación dejándola descansar y me senté en el sillón para revisar las notificaciones de mi celular que tenía la pantalla toda rota por culpa de haber escapado de una banda de chabones hace ya algunos años.
Todas Putas.
Cazzuelita, Pichu, Luchi y tú.Luchi: Conseguí laburo.
Pichu: De qué?
Cazzuelita: De puta seguro.
Nairobi: Jajaj
Yo perdí el mío.Luchi: /De puta seguro/
En realidad sí.
Esta noche hay unos pibes que van a ir a un boliche, que se yo, unos tranzas y me llamaron para que vaya a cumplirle los placeres.Pichu: Posta?
Luciana es re peligroso eso, vos que sabes quien son.Cazzuelita: Mal boluda, yo lo decía de joda nomás.
Luchi: /Yo perdí el mío/
Entonces acompañame, es a las 1, te paso a buscar a las 11 y nos preparamos. No es nada, les haces un pete o como mucho te los cojes.Nairobi: Vos estás loca?
Si mi mamá se entera, me mataLuchi: Necesitas la plata
Aparte, vamos, son 500 pesos por hora maso menos. Salimos de ahí multimillonarias y si damos una buena impresión pueda que nos vayan a contratar de nuevo.Cazzuelita: Conmigo no cuenten, yo me quedo vendiendo merca mejor ;)
Pichu: Same
Luchi: Dale Nai, no nos va a pasar nada. Nadie te va a conocer ahí, por favor... No quiero ir sola.
Nairobi: Ni en pedo,
que no entendes???
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—Te odio, Luciana.— le dije a mi amiga ingresando al lugar.
Toda la gente bailaba como loca con tragos en sus manos, había olor a alcohol, cigarrillo y también pude percibir marihuana. No podía distinguir a las personas ya que las luces eran bastante cegadoras. —Por acá, ya vas a saber, todo va a estar perfecto.— dijo agarrando mi mano.
Con mi mano libre bajé un poco mi pollera de cuero y acomodé mi top. Todo era muy corto para mí, más cuando siempre vestía pantalones deportivos y remeras colgadas. Ingresamos a un vip donde al parecer no solo nosotras éramos las mujeres, si no que había muchas más. Todas tetonas y culonas y al parecer podridas en plata.
—Hola, Tomás.— habló mi amiga cuando estuvimos frente a un chico de pelo verde azulado y con muchos tatuajes.
—Ella es mi amiga, Nairobi.—Ah, hola.— me saludó con una sonrisa a boca cerrada.
—Hola.— emití muy despacio, no era mi ambiente, para nada.
—Hache, están las chicas.— le avisó a un morocho, que estaba muy ocupado con una rubia en sus piernas. —Bueno, al parecer ya tiene compañía, pero ustedes pueden buscar la suya.
—Yo quiero quedarme con vos, bombón.
Y dicho eso, mi amiga se lanzó al chico y quedaron en el sillón besándose descontroladamente, mientras que yo me quedé parada ahi, viendo a los costados incómoda.
—¿Estás sola? — preguntó el chico que hace minutos estaba con la chica rubia, lo reconocí como Hache.
—Sí...
Sonrió. —¿Y estás para divertirte, pero fuera de acá?
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tardes grises | homer el mero mero
RomanceSigo encerrado dando golpes contra la pared.