07.

1.1K 61 5
                                    

Nairobi.

-¡Espera, wacha!- escuché que gritaba atrás de mi -¿Qué te pasa? banca.

-¡No me pasa nada!- exclamé dándome la vuelta. -Dejame en paz, quiero irme.

Alzó la ceja. -¿Estás celosa?

-¿Yo?- me reí irónica. -Ni ahí.

Comenzó a reírse y me tomó por la cintura. -Dale, ¿te pensas que soy tonto? es obvio que estás celosa.

-No me pongo celosa de mis clientes.

-Ah ¿ahora soy solo un cliente?

-Siempre lo fuiste, Lucas. - dije seria.
-No confundas las cosas.

-Me parece que las estás confundiendo vos, con tus escenas de celos. yo puedo estar con quien quiera ¿o no?

-Si, igual que yo. - contesté desafiante.

Suspiró. -¿Porqué sos así?

-¿Así como?

-Así... Te enojaste por nada, no estábamos haciendo nada.

-No me tenés que dar explicaciones.

-Te las doy porque quiero, no porque me las pediste.- habló calmado y entrelazó nuestras manos. -Si sabe' que me muero por vo', flaquita.

-No me hables en tono turro solo para conquistarme.- me hice la seria, pero cuando empezó a darme besos en la mejilla que descendían a mi cuello, sonreí. -Basta...

-Si te encanta.- susurró. -Vamos adentro.

-No quiero estar ahí.- dejé un beso en su mejilla. -Anda vos, si querés.

Negó. - Si no vas, no voy. vamos a otro lado, a mi casa.

Sonreí. -Bueno.

Caminamos hasta su auto, donde puso música y me dediqué a mirar por la ventana. La noche era cálida y mi mano descansaba sobre su pierna, mientras que él tarareaba la canción que se reproducía. -Llegamos. - avisó.

Bajamos de su auto y fuimos hasta la puerta de su depto, al entrar, su aroma me invadió. Entró él primero y luego yo, nos quedamos acostados en el sillón mientras que él, acariciaba mi pelo. Ya ni sabia lo que pasaba entre nosotros y quizás me daba un poco de miedo pensarlo también.

-¿Vos qué querés de mi?- pregunté hartándome del silencio.

-¿Porque la pregunta?

-No sé.- me reí levemente.

-Y... de vos quiero todo si es posible.

-Pero es que, conmigo no vas a llegar muy lejos.- frunció el ceño. -Y si, no soy nada, vos sos importante.

-Y vos, sos importante, pero para mi.

-Qué chamuyero sos.- rodé los ojos.
-Te hablo en serio, cuando las personas se enteren que estás con alguien como yo, van a hablar y hablar.

-Así que, ¿estás conmigo?- me tapé la cara, avergonzada. -Igual a mi me importa muy poco lo que digan, eh. Yo mientras sea feliz, me chupa un huevo.

-Que fácil es para vos, porque para mi, no.- tragué saliva. -A vos no te afectaría que la gente hable de vos, pero a mi si.

-Pero si vas estar conmigo, reina. Y si te dicen algo, o te hacen algo, los mato a todos.

-Sos tan... lindo.

Sonreí para después dejar un beso en sus labios. Cada vez, nos sentíamos más parte uno del otro y eso podía estar bien, o también muy mal. ¿Qué podrían decir? "Ay, sos la **** que se metió con el narco por plata." Aparte de que Lucas cada vez se volvía un poco más famoso.
-Basta de pensar.- dijo, sacándome de mis pensamientos. -Vamos a vivir lo nuestro.

tardes grises | homer el mero meroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora