Quince

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El cuerpo del omega desnudo yacía recostado sobre el pasto, con sus piernas abiertas y en medio de ellas Chanyeol. Sus manos estaban atadas y eran sujetadas por una de las manos del vampiro que sin pena tenía tres de sus dedos en el agujero del chico, penetrándolo duro y ruidoso. Los gruñidos del General eran demasiado deleitantes, rompiendo con la poca cordura que le quedaba al lascivo omega.

—¿Esto te gusta, Príncipe? Tu culo se siente muy apretado, chupando mis dedos con gula.

—Mmgh... —jadeó, arqueando su espalda cuando la yema de los dedos de Chanyeol estimularon su punto dulce.

—Esta noche serás un buen omega y obedecerás mis órdenes, ¿entendido?

Su tono autoritario y duro provocó un vuelco placentero en su vientre que se contrajo ante la necesidad de ser tocado. Necesitaba tomar su miembro en su mano y masturbarse hasta que entre sus dedos quedaran gruesas gotas de semen; necesitaba su liberación.

—Dije, ¿entendido? —repitió, mandón.

Baekhyun pasó saliva con dificultad, agitado y avergonzado por su descontrol, entonces logró bisbisear:

—Sí, General.

Chanyeol saboreó el momento. El pequeño omega sumiso con su cuerpo caliente restregándose contra el vampiro con un descaro enloquecedor. Su mano mojada era brutalmente succionada por el hambriento agujero del omega que rogaba entre susurros por ser liberado. Estaba demasiado cerca.

—Quiero correrme —jadeó, lamiéndose sus secos labios producto de la agitación.

—No lo harás —dijo, y advirtiendo los impulsos de su esposo, Chanyeol le soltó las muñecas y con esa mano apresó el miembro húmedo y caliente—. Vas a correrte de muchas formas esta noche, príncipe, pero no te daré la libertad de hacerlo sino hasta que tengas mi polla profundamente enterrada en tu culo.

—Chan... —chilló, desesperado—, por favor, de verdad necesito correrme.

El vampiro sonrió, enseñando sus afilados colmillos que listos estaban para perforar la carne del muchacho. Se encorvó lo suficiente como para que sus labios rozaran el oído derecho del omega, así de cerca, le dijo:

—Los vampiros somos tan lascivos como los lobos en su período de celo. Déjame enseñarte los placeres mundanos.

Incapaz de hablar, Baekhyun sólo gimió en respuesta.

La oscuridad de la noche cayó ya y su única iluminación era la redonda luna que estando tan lejos de los reflectores de la ciudad brillaba con gran intensidad; sus cuerpos eran también cubiertos con la blanquecina luz de las lámparas. En ese punto, a ninguno de ellos les interesaba ser vistos por alguno de los guardias nocturnos o por alguien de la servidumbre.

Chanyeol retomó el ritmo con el que follaba a Baekhyun, sus cuatro dedos profanaban ese cálido interior. El General quería ver al omega rendirse ante un arrollador orgasmo provocado por la sobreestimulación en su punto dulce que, como omega, le brindaría un orgasmo inimaginable sólo por su agujero.

—De-detente..., ¡ah!, es demasiado...

Pero Chanyeol no pensó siquiera en detenerse cuando el pequeño omega parecía disfrutarlo tanto. El miembro del príncipe de Corea lucía hinchado y brillante, lloroso por ser liberado y salpicar contra la blanquecina piel de su víctima.

—Chanyeol... —sollozaba.

—Shh, cachorro, te daré el placer que quieres —le prometió.

El Defecto de un Omega (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora