Treinta y uno

5K 703 185
                                    



De tez morena, alto y fornido, rostro serio y apuesto, ojos negros como su cabellera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De tez morena, alto y fornido, rostro serio y apuesto, ojos negros como su cabellera. Sus ojos, que un día tuvieron brillo, estaban opacos, ensombrecidos por una vida labrada sobre el desierto. Un alfa maduro.

Taemin sintió que el alma se le fue al piso al instante.

Era su alfa.

Pero lucía tan diferente de aquel hombre alegre que conoció hace varias primaveras. Y un extraño sentimiento se instaló en su pecho.

—Hola, Taemin.

Su voz exquisita hizo temblar al débil omega que no tenía palabras para expresar el agite en su corazón.

Baekhyun los miraba en silencio, tan sorprendido como Taemin de encontrar al alfa en la situación menos apropiada. Esa debía ser una jugarreta del destino. Sentía pena por Taemin porque no se suponía que así sería su vida.

—¿Por qué...? —preguntó al aire—. ¿Qué haces aquí?

—Soy el líder de las máscaras negras.

Taemin perdió el aire nuevamente, y con una tercera vez se vería en el piso inconsciente, lo presentía. Su corazón crepitaba y se contraía adolorido. No podía creerlo.

—Eso no puede ser cierto. Yo...

Minho sonrió tenuemente, y con su mano intentó alcanzar al omega cuyos ojos reflejaban miedo.

—Sigues siendo precioso —murmuró embelesado.

—No lo entiendo..., ¿por qué nos haces esto?

El alfa suspiró y se relamió los labios antes de hablar.

—Mis órdenes eran secuestrar solo al Príncipe Baekhyun, pero cuando te vi no pude dejarte ahí. Creí que así podríamos hablar.

—¡Pudiste buscarme, imbécil! Sabías que estaba en Seúl y no te importó ir a buscarme, preferiste secuestrarme junto a Baekhyun.

Taemin estaba histérico, casi, y con los ojos llorosos por la impotencia. Sentía rabia. ¿Cómo pudo a Minho ocurrírsele semejante estupidez? Él había cambiado tanto y esos mismo le aterraba. Se preguntaba si Minho era peligroso como la temible reputación de la nefasta organización a la que ahora pertenecía.

—¿En qué diablos estabas pensado?

—En que quería volver a verte.

—¿Y crees que era la mejor forma de hacerlo? —rabió.

—Lo lamento, pero actué por impulso.

Taemin también quería actuar por mero impulso y lanzarle un par de golpes.

—Ven, me gustaría que habláramos solos —ofreció puesto en pie tendiéndole la mano a Taemin.

—Primero debes desatarnos —demandó.

El Defecto de un Omega (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora