Veintidós

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Baekhyun terminó su pintura en medio de una marea de colores y con hoja de oro en las mejillas

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Baekhyun terminó su pintura en medio de una marea de colores y con hoja de oro en las mejillas. El cuadro, que inicialmente era de colores vivos y vibrantes, terminó siendo más opaco, con un árbol seco al costado derecho y el fondo en un café matizado; la pareja cuyo momento íntimo evocaba erotismo, estaba pintada con tonos más fuertes y claros y en sus cuerpos resaltaba el brillo de la hoja de oro que los hacía los protagonistas del cuadro. Su firma en negro y dorado se ubicó al costado, justo debajo del árbol. Dándole una mirada, su pecho se hinchó de orgullo. Era uno de sus mejores cuadros, particularmente porque tuvo la ocasión de pintar a Chanyeol. Sonrió. Entonces lo dejó para secarse, así no se estropearía cuando entregara el cuadro la semana siguiente. Puesto en pie, escuchó sus huesos crujir por el entumecimiento de varias horas de trabajo. Salió de su estudio y vagó por el corredor hasta el despacho de su esposo. Esa mañana Chanyeol estaba en casa, ocupado en sus papeles y preparando un cronograma para los nuevos reclutas que entrarían al servicio en un par de meses. Entró y lo halló sumergido en su computadora y carpetas al tope.

—Deberías descansar, ya es bastante tarde —dijo a manera de saludo.

—Sí, pero lamentablemente no puedo evadir mis responsabilidades.

—¿Y si las evades por mí? —preguntó con aire coqueto sentándose sobre el regazo del vampiro.

Chanyeol sonrió y apartó las manos de su computadora y las ubicó sobre las prominentes caderas del omega.

—¿Yesung vino hoy?

—En la mañana, fue muy duro —se quejó haciendo un dulce puchero—. Pero dijo que tengo mucho espíritu.

—Así es. Eres un maravilloso omega.

—Mmm..., Chan..., tu crees que podrías..., en mi...

—¿Qué quieres decirme, cachorro?

—¿Pasarías mi celo conmigo? —casi le rogó—. Es que..., yo..., es muy doloroso cuando estoy solo y creí que tal vez tú...

—Supongo que puedo pedir un permiso especial para pasar esos días con mi omega —concedió—. Dime, ¿cuándo llegará tu período de calor?

—M-mañana... Sé que debí decírtelo antes, pero tenía miedo de que no quisieses pasar esos días a mi lado —mencionó escondiendo su rostro contra el cuello de Chanyeol—. Serán sólo cuatro días..., por favor.

—Lo haré, no tienes que pedírmelo; es mi deber como tu esposo, sin embargo, me gustaría que cumplas un capricho mío —dijo sonriendo con malicia.



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El Defecto de un Omega (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora