Baekhyun llegó al palacio a media tarde, cerca de las cinco, luego de salir a carreras de la universidad por pedido de su padre. Según le dijo Siwon, su presencia era requerida para tratar temas de Estado. A pesar de la baja probabilidad de Baekhyun para heredar el trono, fue el deseo de los reyes que cada uno de sus hijos se involucrara con el país, con su pueblo, así de suceder lo impensable les sería fácil gobernar y brindarían una imagen más afable de la rígida monarquía.
Supo por su madre que Chanyeol estaría ahí también, por lo cual intuyó que debía ser un tema serio si debía involucrarse al ejército. Su secretario particular le entregó una carpeta con los puntos que se tratarían durante la sesión.
Minería y explotación de recursos en la zona sur del país.
Aunque él estaba en fuerte desacuerdo con la destrucción de la naturaleza a cambio del desarrollo de la economía, entendía que para esa región la minería representaba un gran componente que les permitiría aumentar sus ingresos y dejar de lado ciertas actividades agrícolas.
Llegó al palacio y afuera en el portón divisó a varios fotógrafos y reporteros que cubrían la nota. Los flashes de las cámaras se dispararon al verlo y por un segundo se sintió ciego. El auto avanzó hasta estacionarse frente a las puertas del edificio. Salió ayudado por su guardaespaldas y un guardia de la entrada. Ingresó a aquel lugar que por tanto tiempo fue su casa y una nostalgia lo embargó por momentos. Ahora que estaba casado se sentía diferente. Ni siquiera podía explicarlo, pero así era.
Llevaban apenas dos semanas de matrimonio y en él muchas cosas tuvieron que adaptarse a su esposo. Se levantaba temprano, aún contra su buen juicio, solo para despedirse de Chanyeol, muchas veces con un beso en los labios, de esos que se daban durante la noche cuando el vampiro rompía su interior.
Y así de simple en dos semanas de compartir, Baekhyun estaba enamorado del vampiro. Su corazón se alocaba al verlo volver a la casa durante la tarde cuando no tiene pendientes en la oficina. Sus ojos brillan al pensar en él y es imposible que una sonrisa no aflore en su rostro. El sexo, además, era maravilloso, justo como nunca lo imaginó y descubrió junto a su esposo que era un omega más lujurioso de lo creído. Empero, se preguntaba si era correcto amar así a Chanyeol a sabiendas de que el hombre era totalmente indiferente a sus sentimientos. Quizás se estaba torturando a conciencia.
—Adelante, su alteza —indicó el guardia al abrir la puerta del salón de reuniones que ocupaba su padre para asuntos de gobierno.
Entró.
En el salón, cuya mesa rectangular era el centro de atención, estaban presentes sus padres y sus dos hermanos; estaban del lado izquierdo Chanyeol y su mano derecha dentro del ejército, Kim Jongin; y del lado derecho estaban la Ministra de Ambiente, el Ministro de Economía y el Secretario de Estado. Baekhyun saludó haciendo una reverencia y los ministros respondieron con una reverencia completa. Tomó asiento junto a JongDae, entonces la sesión comenzó.
Su padre habló sobre ese plan en particular para hacer de la zona sur un lugar turístico en lugar de explotar los yacimientos mineros, la Ministra de Ambiente estuvo de acuerdo, sin embargo, el Ministro de Economía se negó rotundamente alegando que se perdería una valiosa oportunidad para acrecentar la economía del país.
—Su alteza, el país necesita mayores ingresos para cubrir los gastos incurridos en obras estatales —dijo el hombre, Lee Daehyun.
—No creo que dañar la naturaleza valga todo eso, Ministro —increpó la mujer—. Si se explota el sector, la agricultura se verá gravemente afectada, además de la contaminación ambiental a la que nos enfrentaríamos. Debemos recordar que uno de los compromisos del país es cumplir con la disminución de gases de efecto invernadero, no aumentarlos.
ESTÁS LEYENDO
El Defecto de un Omega (ChanBaek)
FanficEn el Reino de Corea se celebraba la adultez del príncipe omega Baekhyun. Esa noche en medio del bosque su transformación ocurriría y lo calificaría como asequible para cualquier hombre que pretendiese cortejarlo. Empero, la noche trajo con ella una...