Doce

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—Tu lobo está listo para recibirme.

Baekhyun no podía negarlo. Su omega interno rogaba recibir en sus entrañas la gruesa polla del vampiro, acurrucarla en su canal hasta la liberación. Él mismo estaba demasiado ansioso, respirando entrecortadamente a cada obscena caricia de su esposo.

—Estás..., excitado —mencionó Baekhyun, miedoso.

—Nos enviaron chocolates, se me ocurrió probar uno, como si no estuviese rompiendo mi rutina, y resulta que tenían afrodisiacos.

—Pero eres un vampiro —murmuró, relamiéndose los labios.

—Y ellos lo sabían, pero la cantidad de ese afrodisiaco era incluso mayor a la que cualquier sobrenatural.

Chanyeol debía estar muy afectado, supuso Baekhyun, pero eso le gustó porque ese Chanyeol era muy diferente al que conocía, o al menos era más sincero. Su voz se volvió más ronca y sensual, su cuerpo ardía como las llamas del infierno al que pertenecía, y sus deseos salían a flote sin inhibiciones.

Las piernas de Baekhyun abiertas lucían como la tentación de Afrodita para Chanyeol; sus muslos gruesos tenían ligeros arañazos con finas perlas rojas que él mismo provocó. Con sus manos toscas tomó al joven de los tobillos y los elevó alto dando una imagen sensual de su trasero gordo y sus torneadas piernas. Analizándolo así, como lo vino haciendo desde hace días, Baekhyun era muy atractivo. Su cuerpo, a pesar del peso extra, tenía curvas bien pronunciadas como su cintura estrecha y su trasero relleno. El rostro del joven también era precioso y Chanyeol tendía a perderse en los ojos avellanados de su marido. Estaba perdido.

—Serás un buen omega y me complacerás.

Los ojos brillantes de Chanyeol hipnotizaron a Baekhyun que concedió con sumisión asintiendo con la cabeza. Chanyeol le abrió las piernas y se metió en medio de ellas, dejando el bulto en su pantalón descansar sobre la intimidad del menor.

—Entonces, quiero que hagas algo por mí.

"Lo que quieras", pudo decir Baekhyun.

—Tócate —demandó—. Quiero ver como tocas tus pezones y metes tus dedos.

Sonrojado, Bakehyun se sintió excitante por la lasciva demanda. Accedió, aunque su cuerpo temblaba en respuesta. Llevó su zurda a sus pezones y los acarició sobre la seda roja que enseñaba los erectos que estaban; mientras su diestra bajó hasta su entrepierna y acarició con vergüenza su miembro erguido y mojado. Desde arriba, Chanyeol admiraba sus acciones y lamía sus colmillos que picaban por morder la piel de Baekhyun.

Las bragas atascadas a mitad de sus piernas lucían sexys, y el hecho hizo que Chanyeol deseara verlo así más a menudo.

—Pequeño desvergonzado —ronroneó.

Baekhyun metió el dedo medio en su abertura, acariciando con los nudillos de la mano sus pliegues y presionando para que ingresara otro dedo. La humedad en su cavidad le permitió moverlos con facilidad y el morboso chapoteo que creaba enloquecía los oídos del General.

—Aun cuando yo me prepare, mis dedos son demasiado pequeños y tu polla..., demasiado grande.

—¿La quieres?

—Demasiado.

Aunque desvergonzado, Baekhyun rogó por la polla de su marido.

Chanyeol se retiró la ropa, prenda por prenda cayendo hasta la desnudez. Sus movimientos pusieron ansioso a Baekhyun que disgustaba con la mirada el cuerpo duro del General. Erguido y arrodillado sobre la cama, Baekhyun se ofreció ante Chanyeol para chupar su polla. Sus labios rodearon la longitud, succionando cuanto podía. Su rostro fue acunado por las manos del General, recibiendo suaves caricias en sus mejillas ahuecadas y sus labios húmedos. La lengua rosada de Baekhyun quedó libre a la vista para dar un recorrido a lo largo de la polla.

El Defecto de un Omega (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora