Capitulo XXXIV: Almas Gemelas

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— Aaah me caes tan mal Jungkook, quédate quieto o te amarraré a esa cama aunque llores

— Mamá!

— Me cansé, me voy

— No no, Hani no me dejes — lloriqueó el menor

Namjoon entraba a la habitación con una ceja levantada por la discusión de sus menores.
Habían pasado tres días desde el accidente de Jungkook y vaya que sucedieron cosas.

La orden de captura para Dong Yul fue aprobada, Kim creyó que si lo atrapaban el 50% de los problemas estaban resueltos,sin embargo, como se le vio venir, la policía no lo encontró. El escape del hombre era tan beneficioso como peligroso, con su huida solo demostraba que era culpable de los cargos, no obstante si se encontraba libre la que mayor riesgo corría era Haeri. Y es que sólo hace dos días en el periódico se anunció la muerte de Park Jaeduk, lo que la pelinegra tomó como una advertencia porque quien más que su aún
esposo pudo asesinarlo.

Además por otra parte el abogado en esos días a pesar que fue a la oficina y la llamó, no supo nada de su secretaria y le parecía más extraño que no haya rastros de Sarang luego de su amenaza aquel día en su despacho.

Algo andaba mal, lo sabía

Por eso mantuvo a la pelinegra bajo el cuidado de sus amigos en la casa de Haneul.Al parecer era el lugar más seguro. Él iba a su casa a dormir y regresaba temprano con ellos. Taehyung y Young Mi aún no regresaban a su hogar al igual que Jungkook que tenía una venda en el tobillo y no podía caminar.

— ¿Qué sucede?  — preguntó regresando su mente a la escena de los menores — Haneul, ¿No tienes que ir a la escuela?

— Si y quería cambiarle la venda a Jungkookie antes de irme, pero no se deja — lo acusó— y no quiere que me vaya. Regáñalo

— Soportas muy bien el dolor Kook. ¿Qué pasa? — dijo tranquilo — Hani no se va para siempre, ya tiene faltas por 3 días y aunque lo justificamos la directora Min es capaz de usarlo en su contra.

— Lo sé hyung, pero no quiero que vaya sola. — habló cruzándose de brazos — Puedo ir, mi pie no está roto

— No — tanto Haneul como Namjoon hablaron al unísono

— Eish — se quejó

Entre rabieta y rabieta por parte del menor, Haneul pudo despedirse e irse hacia lo que ella llamaba calvario. Haeri le dijo que se cuidara y observó cómo se iba.

— ¿Está bien que vaya sola? — preguntó la pelinegra en la acera viendo como la menor desaparecía de su campo de visión

— Le dije que podía llevarla, pero no quiso. Es algo terca, pero Jungkook piensa que fui con ella así que no le digas — musitó el abogado a su lado — Hani quiere que te cuide, dijo que soñó algo malo. Es mejor creer en los malos presentimientos de Young Mi y Haneul, así que le hice caso.

Namjoon había analizado bien cómo cuando el par de hermanas tenían una sensación negativa, en verdad ocurría algo. Y aunque para algunos suene ridículo, para él no. Después de todo Young Mi tenía conexiones con el cielo y fue gracias a un sueño de Haneul que pudieron ayudar a Taehyung cuando fue secuestrado.

— Mm.. está bien,entremos, hace frío — dijo ella

El más alto asintió e ingresaron a la pequeña casa. Todavía era temprano por lo que se acostaron en el sofá a leer uno de los libros que recientemente Namjoon comenzó y que a ella le llamó la atención.

— ¿La policía no sabe nada de Dong Yul? — inquirió repentinamente recostada sobre el pecho del abogado. Bajó el libro y lo miró — Trato de llevarlo con calma, pero estoy ansiosa

MI POEMA [Namjoon] [TIMD] / Libro II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora