MI POEMA [Namjoon] [TIMD] / Libro II

Capitulo XXXVII: Secuestro 1.2

— ¿Recuerdas la grabadora? — preguntó el policía al frente suyo dejando el aparato en su escritorio — Haeri grabó las conversaciones del esposo y su hermano, muchos de los lugares de los que hablan ya han sido confiscados, sin embargo, al final de la cinta muy bajito podemos escuchar hablar de nuevo a Dong Yul y no nos habíamos percatado.

Namjoon se encontraba en la oficina de su amigo oficial del que siempre hablaba. Fue llevado ahí porque encontraron material en las pruebas que entregó por su denuncia y realmente se extrañó al escuchar lo que le acababan de decir.

No espero que el supuesto silencio del final, guardara más secretos. Tomó el aparato sin querer perder el tiempo, el policía hizo silencio y él pegó la grabadora a su oído.

— ¿El dinero de Japón llega hoy? — esa era la voz de Han

— Si.La siguiente semana tendremos que mandar el dinero a la cede de Busan. — le respondió Kyu — Todo está listo y las Armas fueron enviadas a china como dijo.

Su conversación siguió sobre sus negocios de drogas, el tráfico y el lavado de dinero hacia otros países. Sin saberlo decían muchos puntos importantes en Corea en donde trabajaban. Casi al final fue cuando le prestó más atención.

— Bien Kyu, ya vete y haz lo que te pedí. — Ordenó y entonces se escuchó una puerta cerrarse, después un silencio que no duró mucho al oír el sonido de cajones abriéndose, llaves y papeles apilándose.

No hubo más ruido por casi un minuto, era como si la cinta ya hubiera terminado, sin embargo, leves murmullos, casi como susurros que no eran posibles de descifrar si no pegabas bien los oídos, lo alertaron.

— Necesito un nuevo almacén para las armas en Seúl.— se quejaba consigo mismo a regañadientes— Perdí mucho dinero cuando los hombres del Japonés no lo encontraron, abandonaron mi mercancía. Inútiles.Maldita sea la hora en la que construí uno al norte.

Dong Yul no habló más y al parecer salió de donde sea que hubiera estado escondido ese aparato.

Namjoon apartó el grabador con una pizca de esperanza. Había un lugar que los policías no habían confiscado, un almacén al norte de Seúl.

— No dijo una dirección específica Namjoon— le informó su policía amigo, el oficial Yun. — Tomará tiempo recorrer todo el norte de Seúl buscando ese almacén, pero suponemos que debe estar muy alejado y perfectamente escondido como para que sus negociantes japoneses no lo hayan encontrado.

— Pero existe, ese lugar existe y si está tan oculto es ideal para él que es un prófugo. — alegó el abogado — Ayudaré. No puedo quedarme aquí y esperar a que vuelvan o escucharlos por la radio.

— Es peligroso, el hombre no está solo. Tiene a la gente de Park y a los suyos — el oficial cruzó los brazos— Eres abogado, no policía, déjanos este trabajo a nosotros. Traeremos a la señorita sana y salva.

— Necesito estar ahí Yun. Es el último favor que te pido en toda mi vida, permíteme participar en la búsqueda.— resopló con cansancio— Perdón, parece como si no confiara  en tu trabajo, pero todo esto puede más conmigo. Nadie sabe lo que ella esté viviendo ahora mismo.

— Tranquilo Kim — bufó peinando las hebras de su cabello hacia atrás — Ni tu propia vida alcanzará para que me pagues todos esos favores — esbozó una sonrisa suave — Iras con nosotros, convenceré a mi jefe. Ya ves que solo estoy debajo de él aquí, pero no será difícil, el hombre me hizo pasar todos tus "favores" cuando me descubrió.