MI POEMA [Namjoon] [TIMD] / Libro II

Capitulo XXX: Hogar

— Lo mataste!

— No sea exagerado, jefe Kim. — bufó rodando los ojos — Lo llamé para que me ayude con el cuerpo

— ¿Estas loca!?

Seokjin había llegado en cuestión de minutos al edificio donde su mejor amigo trabajaba luego de la llamada de auxilio de su secretaria. Pensó que la encontraría a ella en peligro, sin embargo, todo fue lo contrario.Sunní había noqueado a un hombre con un jarrón por lo que creía al ver retazos de uno por el piso cubiertos de sangre.

La observó de reojo tan tranquila como si no hubiera hecho nada, sin pizca de arrepentimiento. Desde ahora le temería un poco más, estaba seguro.

— ¿Namjoon, donde está? — preguntó al no ver a su mejor amigo por ninguna parte

— Está adentro con Haeri, pero no quise molestarlos. Tienen... que arreglar algunos asuntos — musitó la castaña— Bien, ¿En donde escondemos a este idiota?

— ¿Por qué lo hiciste, Sunní? — inquirió ya menos alarmado

— Porque le iba a hacer daño a Haeri y mataría a Namjoon. Sonaba muy ido, no está bien de la cabeza. Le hice un favor — habló cruzando sus brazos — No está muerto, lo comprobé. Solo es el impacto, despertará tan pronto curemos la herida, pero me parece peligroso tenerlo aquí.

— ¿Por qué les querría hacer daño?

A decir verdad el rostro se le hizo conocido, lo había visto hace un mes cuando el esposo de Haeri se la llevó, sin embargo, no sabía quién era, pensó que sería un empleado de ellos.

— Es el hermano de Haeri.

— ¿Qué!? Oh no, Sunní... — Seokjin no sabía cómo reaccionaría la pelinegra— Esto-

No pudo seguir regañando a su secretaria cuando la puerta de la oficina fue abierta y Namjoon apareció con el ceño fruncido con ella detrás, como protegiéndola, al creer que se encontraría y enfrentaría a Kyu. Sin embargo, se llevó una sorpresa no muy agradable y la chica a su detrás casi lo empujó para arrodillarse a donde ahora se encontraba el cuerpo de su hermano con un pequeño charco de sangre brotando de su cien.

— ¿Qué le pasó!? — gritó preocupada tratando de despertarlo — Él.. esta?

— No, no, está vivo. Solo inconsciente.. — respondió Sunní

— ¿Jin, que sucede? ¿Qué haces aquí? ¿Qué pasó ? — el abogado observó al par con una ceja alzada — ¿Qué hicieron?

— Todo tiene un explicación — SeokJin miró de reojo a la joven a su lado incitándola a hablar

— Fui yo — bufó la castaña— pero debía hacerlo. Él dijo que Haeri merecía un castigo tan pronto salga de la oficina y que a Namjoon le esperaba su pistola, es más la tiene en su bolsillo trasero — señaló hacia el cuerpo — Sonaba aterrador, note que cumpliría su objetivo. Así que tomé el jarrón y.. lo noquee. Ustedes estaban conversando, así que llame a mi Jefe Kim para que me ayudara, por lo que él no tiene nada que ver.

La pelinegra en el suelo empuñó sus manos mirando a su hermano, no podía creer que en serio esperaba hacerle daño a ella y a Nam. Ni siquiera sabía porque le sorprendía, ya conocía a Kyu, crecieron juntos y estaba consciente que su mayor era un desalmado, pero ahora prácticamente se dio cuenta que él no la quería ni un poco y que se merecía aquel golpe.

Se puso de pie mirando a la secretaría de Jin, esta le devolvía la mirada temerosa, tal vez esperando algún reclamo.

— Gracias Sunní