2022
Coldville, Australia.
Sus pies y manos estaban atados, y sus cabezas palpitaban de dolor. Scarlett abrió los ojos, cruzándose con un rostro que hasta poco tiempo antes había considerado uno de sus pocos confidentes. Su pelo rubio caía a los costados de su cara y le dedicaba esa mirada que había encontrado tan familiar en los asesinos de vidas anteriores.
Intentó hablar pero sentía la boca y garganta secas. Anna negó lentamente mientras chasqueaba la lengua.
-Hace mucho tiempo que espero por el momento correcto para que sus corazones se detengan.-comentó enderezándose y pasando su mirada hacia Michael, que recién en ese instante pudo abrir los ojos.- Me sorprendieron esta vez, no voy a mentirles. Siempre los consideré demasiado ególatras para llegar a pensar que alguien se interpondría en su camino.
Anna caminaba de un lado a otro de la sala, observándolos como un león a punto de cazar a su presa. Los tenía en la palma de su mano. Había sido difícil, pero lo logró una vez más.
-¿Por qué?-pudo musitar Mike. Sus ojos expresaban odio y su voz estaba rasposa.
La cara de Anna enrojeció ante el cuestionamiento. ¿No era obvio? Todos esos años, todas esas vidas que ella había sufrido, tendrían que haber servido para abrir sus ojos y obligarlos a comprenderla.
-¿Por qué?-repitió con la ira acumulándose en ella.- Porque el único propósito de mi creación es hacer la suya miserable.
Las miradas expectantes de ambos aún sin entender de qué hablaba logró sacar por completo de sus casillas a la rubia.
Michael solo podía pensar en el bienestar de la castaña. Miraba su perfil mientras que ella solo enfocaba sus ojos temerosos en Anna. Tenía un golpe en la cabeza del que brotaba una fina línea de sangre que llegaba hasta su mentón.
-¡Pasé años intentando acabar con sus vidas desde las sombras!-gritó la rubia llamando la atención del rizado.- Cada minuto que ustedes pasan felices al lado del otro, en esta vida o en otra, es como si millones de agujas penetraran mi cuerpo. ¿Creen que lo suyo es una maldición? Lo mío es tortura.-movía las manos con exasperación, poniendo cada vez más alerta a Scarlett y Michael. El arma se paseaba frente a sus ojos sin saber en qué momento una bala saldría de allí.- Tienen la maldita y estúpida suerte de vivir en la puta ignorancia de su insignificante existencia. Yo sé absolutamente todo desde el momento en que mi alma fue creada.
-No es nuestra culpa.-logró interrumpirla Mike con la voz quebrada.
Scarlett no parecía salir de su shock. No decía absolutamente nada. Con unas lágrimas amargas saliendo de sus ojos verdes, su mirada perdida se paseaba entre la persona que más amaba en el mundo y aquella que quería asesinarlos.
-Por supuesto que no es su culpa,-dio la razón.-pero son los únicos que pueden hacer que mi dolor acabe.
El ruido de "Tik Tok" de Kesha sonando pareció sacar a todos de contexto. Scarlett se sintió palidecer por un momento. Era su tono de llamada y el celular lo tenía en el bolsillo trasero. Anna se dio cuenta enseguida de aquello y la tomó del brazo bruscamente para obligarla a pararse. Sin pudor alguno, hurgó en el pantalón de la castaña hasta hacerse con el celular. La pantalla se iluminaba con el nombre de Marlene en todo su esplendor.
Sin pensarlo dos veces, colgó.
-Ay Marlene.-una risa irónica salió de la boca de la rubia junto con el nombre de la bruja.- Fue un giro interesante en la historia, no voy a mentir.- con un empujón dejó a Scarlett sentada en el piso nuevamente, esta vez más cerca de Michael.- Jamás les dije lo que me había dicho a mí. Me sorprendió bastante, hasta temí en el momento que quiso hablar con ustedes.
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BUSCÁNDOTE
Romance"Y cuando se cumplan las dos décadas sus casualidades se encontrarán. Dependerán el uno del otro sin saber las razones. Se les obstruirá el camino a la felicidad y dependerá de ellos superar los obstáculos. Solo si sobreviven se los liberará de su...