Capítulo 5

125 46 38
                                    

2022

Coldville, Australia.

El sol que entraba le daba en los ojos obligándola a despertarse. El dolor de cabeza se le hacía insoportable y el sabor a alcohol no se le había ido de la boca. Las imágenes de la noche anterior pasaron por su mente e inmediatamente se sintió avergonzada. No podía creer que le había dicho a Michael que quería besarlo y que este no la haya tratado de loca. Se levantó sintiendo todo el cuerpo adolorido y con demasiadas ganas de sacarse el gusto asqueroso de la boca. Aún seguía con el vestido de ayer así que busco algo cómodo para ponerse. Una vez que eligió la ropa, tomó una toalla y fue hasta el baño.

Al pasar por la sala pudo notar un bulto enorme moverse en el sillón. Los recuerdos de Mike diciéndole que se quedaría allí aparecieron. Cuando le dijo eso pensó que había sido por gentileza y para que no hablara más y se durmiera. Notó como sus pies quedaban colgando ya que él era demasiado alto y el sillón muy chico. Lo mínimo que pudo hacer fue ir a buscar una manta para taparlo. Al hacerlo pudo notar su respiración acompasada y la relajación de sus gestos. Se veía tan tranquilo.

Intentando deshacerse de esos pensamientos, se dirigió a la ducha para quitar todo rastro de la noche anterior. Decidió vestirse en el baño para evitar un momento incómodo al salir tan solo con una toalla. No quería arriesgarse a que él estuviera despierto y la viera de esa forma. Cuando terminó, salió ya vestida y con el pelo medio húmedo, dejando que sus ondas naturales se formaran.

-Hola.-escuchó una voz ronca. Michael se había despertado y se notaba que no había podido descansar bien. La culpa la carcomía por dentro.

-Perdón por todo lo que te hice pasar ayer, no era necesario que te quedes.-le dijo arrepentida.- Te voy a hacer un café y si quieres puedes pasar al baño a darte una ducha. Creo que tengo algo de ropa que se dejó mi hermano para que uses y...

-Estoy bien.-cortó su divague con una sonrisa adormilada. Se paró en su lugar para poder estirarse haciendo que su espalda sonara. Pudo notar la cara de impresión de Scarlett.- No me molesta para nada ayudarte cuando me necesites. Me gusta pasar tiempo juntos.-hizo una breve pausa pensando si decir algo sobre lo que ella le había dicho la noche anterior, pero decidió no hacerlo, cosa que Scarlett agradeció internamente.- Te voy a aceptar ese café y ducha. Siento el olor a cigarrillo de ese lugar impregnado hasta en el pelo.-hizo un gesto de disgusto al decir eso. Ella largó una pequeña risa al ver su cara.

-Te dejo la ropa y las toallas en el baño, cuando salgas tomamos el café juntos.-le dijo con una voz más dulce y melosa de lo que le hubiera gustado. Al darse cuenta, carraspeó levemente.-Gracias nuevamente, por todo.

Al decir eso, fue a llevar la ropa de su hermano hacia el baño junto con las toallas que le había dicho. Escuchó el agua de la ducha correr mientras ella preparaba el desayuno con las pocas cosas que tenía.

Pasaron la mañana hablando de todo un poco. Ninguno quería tocar el tema de la noche anterior. Ella había dicho cosas que jamás tendrían que haber sido dichas en voz alta y él no había respondido. Por eso se enfocaron en el tema de sus vidas pasadas, intentando buscar algún conector entre la de 1493 y la de 1925. Quizás de esa forma podrían descubrir a la persona que quisiera acabar con sus vidas antes de que tuviera la oportunidad de hacerlo.

-En ambos casos quienes los asesinaron fue uno de los padres de ellos.-comentó ella pensativa mientras le daba otro sorbo a su café. Era el único parecido que encontraba entre los asesinos, ya que ni siquiera tenían imágenes de cómo se veían físicamente para compararlos. En 1493 no había cámaras fotográficas y en 1925 su asesino no era conocido como para que hayan quedado fotos de él.

BUSCÁNDOTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora