Resolviendo a garras

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Estaba aterrada y mordí los dedos de la pata que DJ me cubría la boca. Logré hacerlo y DJ se aguantaba el dolor mientras dejó de apretar mi pata, en cambio decidió subir a la camilla y pisar con fuerza mi pata vendada. Me aguanté el dolor y me armé de valor para morder con más fuerza la toalla y por lo tanto sus dedos. Ya estaba cansada.

Logré morder fuerte su pata hasta que incluso un poco de sangre comenzaba salir de esta. Su expresión de dolor y odio se hizo presente en su mirada, pero lastimosamente no se rindió y cambió su estrategia; cogió con fuerza el libro grueso de cuentos de Summer y comenzó a bofetearme fuertemente con ese objeto y al ver que seguía mordiendo su pata, me puso esa cuchilla de afeitar en donde se encontraba la yugular de forma amenazante él hizo un poco de presión.

Del miedo dejé de morderlo y él lentamente quitó su pata ensangrentada con la toalla de mi boca, mientras que yo daba algunos jadeos tanto de dolor por las agresiones que me había dado como del miedo.

DJ (se mira su pata ensangrentada): Sí que lo vas a lamentar, maldita.

Da vinci (asustada): ¡AYU-...! (Me tapa la boca con una toalla).

Se subió a la camilla y colocó su peso contra mi mandíbula para cerrarla y no dijera nada. Luchaba con mis adoloridas patas pero era en vano. Él estaba en mejores condiciones que yo y tenía ventaja en la posición.

Sacó una cuerda, no sé de dónde, pero la colocó en mi rostro, exactamente encima de la toalla que tapaba mi boca y fue cuando comenzó a amarrar las puntas de las cuerdas con la parte inferior de la camilla, haciendo presión en la toalla y por lo tanto en mi boca, cuando terminó. Estaba yo amordazada, tenía esa toalla en la boca y no podía gritar ni pedir ayuda, trataba con mi pata sana sacármela de encima pero no me era posible: estaba amarrada muy bien y cualquier esfuerzo me resultaba inútil.

DJ (mirada sádica): Trata de gritar ahora, maldita.

Da vinci (lagrimeando): ¡¡Mmh-!! ¡¡Mmh-!! (Forcejeando).

Mientras que yo trataba de salir del amarre, DJ se fue a buscar algo duro y contundente, y encontró un martillo de doctor. Aquel martillo que los doctores golpean levemente en las rodillas para examinar los nervios y reflejos de cada uno. Lo trajo hacia donde estaba y comenzó a pasarlo sobre mi punto de visión, dejé de forcejear del miedo y solo suplicaba con una mirada a DJ que se detuviera, sin embargo solo me devolvió una sonrisa, colocó una de las tantas toallas en mi pata sana e inmediatamente la golpeó con el martillo.

Di un pequeño grito ahogado al sentir el golpe del martillo en mi pata, a pesar que el martillo no sea tan grande, me dolía muchísimo. La razón de la que por qué DJ me golpeaba con una toalla arriba de mi pelaje era que la toalla evitaba que se formara moretones en mi pelaje y de esa forma no haya pruebas de agresión.

Mientras que yo lagrimeaba y daba gritos ahogados el siguió golpeándome en todo mi cuerpo, menos en mi cabeza, haciendo el mismo método con la toalla, para no dejar pruebas de los golpes dolorosos que me daba.

Pasaron los minutos, seguía golpeándome, a veces DJ daba algunas pausas para descansar mientras que no apartaba la cámara de mí. Quienes que miraban la transmisión daban fuertes donaciones por el "espectáculo" y por tratarse de un lugar tan inusual como lo era un hospital.

Lastimosamente, así fue por una hora, una hora completa en la que se pasaba minutos agrediéndome de formas que no dejarían marcas o con insultos que me dañaban psicológicamente. Bosnia, cayendo en el juego de DJ, me había condenado sin querer a que él me someta y que no se separe de mí por ningún motivo.

Da vinci (entre sollozos, con la toalla en la boca y voz ahogada): ¡ALGUIEN, POR FAVOR! ¡AYUDAAA!

2 semanas después

¿Esto es amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora