Recuerdo muy bien esos días donde era una cachorra muy feliz que vivía con su familia en una casa en Camdem Town. Siempre tenía esperanzas, era algo tímida, pero también optimista. Cuando creí que encontré a mi verdadero amor pensé que mi vida no po...
¡Ay, qué bien! Finalmente llegó el amanecer, los primeros rayos de sol comenzaron a entrar por la ventana de mi habitación, una de mis orejas cubría mis ojos y veía todo de un tono rosado claro y lindo. Reí un poco y me paré sobre mi cama para poder acercarme a la ventana y ver a través de ella el pequeño y lindo jardín que había afuera de la casa.
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Me sorprendía un poco ver las copas de los árboles tan cerca del segundo piso, respiré profundamente y pude sentir cómo el aire purificado y limpio se adentraba en mis pulmones.
Da vinci: Sin duda Ámsterdam me va a cambiar la vida.
Volteé atrás y noté a DJ durmiendo en otra cama que se encontraba en la habitación, estaba a unos 3 metros de la mía y pensé en dejarle dormir o no. Aunque jeje escogí la segunda opción.
Da vinci (con voz dulce): Amor, despierta, ya amaneció.
DJ (medio despierto): Déjame descansar cinco minutitos más, Da vinci (bosteza).
Da vinci (ríe): Ningún minuto más, ya es hora de despertarse y es un bello día (le comienzo a hacer cosquillas en su pancita).
Debido a las cosquillas que hacía, DJ se fue despertando y a riendo; veía su sonrisa en su rostro y me generaba una gran ternura.
Da vinci (con voz dulce): Cuchi, cuchi, cuchi, cuchi... ¿Quién es un cachorro bueno?
DJ (entre risas): Ya... Da vinci, basta... Voy a explotar de la risa... (ríe más fuerte)
Paré de hacerle cosquillas y noté que los ojos de DJ tenían algunas lágrimas de tanto reír. Él se levantó y se abalanzó sobre mí para darme un tierno beso que acepté con gusto. Estuvimos así unos segundos y nos separamos para luego frotar mi nariz con la de él, riéndonos por la inocente caricia hasta que mi estómago rugió.
DJ: Parece que tienes hambre, cariño. Qué bueno que Spike y Summer compraron varias bolsas de croquetas para nosotros.
Da vinci: Sí, lo mejor es que bajemos a comer.
Bajamos las escaleras y acomodé la mesa con nuestros tazones y ordené los individuales y portavasos de tal manera que se viera como un patrón artístico, viniendo de mí no es de extrañar jeje.
DJ: Mientras yo sirvo nuestros tazones, ¿por qué no haces una videollamada para saludar a la familia?
Da vinci: Sí, sí, sí... Ay no, se me olvidó decirle buenas noches ayer.
DJ: No te preocupes, entenderán que estabas cansada.
Da vinci (emocionada): Muy bien, voy a llamarlos (comienza a timbrar la tableta). Tengo varias cosas que contarles.
DJ: Ehm... Dav', pero por favor no comentes nada de que cruzaste la pista y un carro casi te embiste.
