Extra Chico nuevo "La familia crece"

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Había pasado un poco más de un mes desde que Josephine pasó a ser la Señora Fiennes y, juntos habíamos empezado a vivir como una familia en la casa de sus padres, que fue una herencia que les habían dejado tanto a ella como a Rosalie y no había caso en insistir sacarlas de ahí.

Mi madre se había mudado con nosotros a los pocos días de volver de nuestra luna de miel, debido a la insistencia de Jo; la casa era lo suficientemente grande como para que viviéramos todos sin importunar nuestra privacidad y, por supuesto que mamá estaba encantada de poder estar a tiempo completo con su nieta. Mi madre pronto se hizo amiga de la Sra. Elizabeth, a quien ayudaba con algunas tareas de la casa, pese a su negatividad; se habían vuelto muy cercanas y pasaban chismoseando y consintiendo a mi pequeña Ros, quien era la más feliz con toda la atención que recibía.

Un día estaba en nuestra habitación esperando a que Jo saliera del baño, cuando la escuché llorar.

-Jo, amor, ¿qué pasa? Ábreme la puerta -susurré angustiado tras la puerta al no poder abrir.

-Estoy -estoy bien, Hero, solo dame un minuto -me contestó entre sollozos.

-¿Qué pasó, cariño? -pregunté cuando me abrió la puerta con su cara cubierta de lágrimas.

-Yo... mira, Hero -contestó saliendo del baño un poco nerviosa y pasándome un montón de palitos, antes de sentarse en la cama.

-¿Esto es lo que creo qué es? -pregunté mirando una a una las pruebas positivas de embarazo en mi mano; ella solo asintió dejando caer lágrimas de sus hermosos ojos.

Dejé las pruebas de embarazo sobre una mesita y corrí para tomarla entre mis brazos, era la mejor noticia y el mejor regalo que pudo darme después de Rosalie; me sentía el hombre más afortunado.

-No me malinterpretes, pero estoy llorando de felicidad, Hero. No quise decirte mis sospechas de embarazo por miedo a que fuera una falsa alarma, porque sé lo mucho que amas ser padre de Ros y...

-Shhh, mírame -le dije tomando su cara entre mis manos -Nunca dudes en decirme algo, somos un equipo ahora y estaré a tu lado tanto para una falsa alarma como cuando no -expresé con sinceridad -En las buenas y en las malas, amor.

-En las buenas y en las malas -repitió y me besó -Estoy fan feliz Hero, pero también tengo miedo, porque esto es nuevo para mí.

-Lo sé, mi amor, pero estaré contigo cada segundo, cumpliré cada antojo que tengas, daré masajes a tus pies hinchados, sostendré tu cabello mientras vomitas y te haré el amor todas las veces que tus alocadas hormonas lo deseen -expresé con una sonrisa y la atraje nuevamente a mis brazos.

-Te amo tanto tanto, Hero, eres alguien que no buscaba pero que necesitaba en mi vida para ser feliz -susurró apretándose más contra mí.

-Te amo Señora Fiennes -musité tomándola en brazos para llevarla nuevamente a la cama -Ahora vamos a dormir los tres y mañana buscaremos un ginecólogo para chequear que todo esté bien -dije tapándola con las mantas y acostándome a su lado -Espero que no hagas pasar tantos malestares a mamá -hablé tocando el inexistente vientre de Jo.

-Yo también -susurró poniendo su mano sobre la mía y así nos dormimos.

Pasó un tiempo donde decidimos mantener el embarazo en secreto, solo para nosotros; el médico nos había dicho que todo estaba bien y de acuerdo a las semanas de embarazo que Josephine tenía, pero que debíamos ser cuidadoso los tres primeros meses, que eran cruciales.

Fue difícil mantener el secreto durante el primer trimestre, porque además de los síntomas que estaba presentando Jo, como náuseas matutinas y somnolencia, yo sentía la necesidad de tener mi mano sobre su vientre todo el tiempo y resistirme se me hacía un poco difícil; su estómago no había crecido mucho, pero ambos sabíamos que ahí estaba nuestro hijo o hija y queríamos gritarlo a los cuatro vientos.

One shot Herophine/ HessaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora