Little angel EXTRA "Primeros meses"

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Desde que Josephine me dijo que estaba embarazada, no podía más que pensar en la pequeña vida que se estaba creando en su interior, en el pequeño milagro que tanto anhelábamos. Hace un par de años comenzamos a intentar tener otro bebé, Jo había superado con éxito su cirugía y tratamientos para la endometriosis. Había dejado de tomar la píldora y yo de usar protección, pero por más que lo intentábamos, no habíamos conseguido que se embarazara hasta ahora.

La noche de bodas fue muy diferente a lo que habíamos pensado, solo nos dedicamos a llorar de felicidad y celebrar la pequeña vida que ahora teníamos bajo nuestro cuidado. Conseguimos hora para la ginecóloga dos días después y afortunadamente todo marchaba bien. Jo tenía dos meses y medio de embarazo y no nos habíamos percatado antes debido a todo el estrés y ocupaciones de último momento por nuestra ceremonia.

Una vez que salimos de la consulta nos dirigimos a la farmacia a comprar las vitaminas que Jo debía comenzar a tomar, pero justo en la esquina, antes de llegar, nos topamos con una pequeña tienda de artículos para bebés, que no pudimos obviar. Decidimos comprar un par de cosas para darle la sorpresa a Jordan esa misma tarde.

—Mamá, ¿Qué dice? ¿Pol qué sale un bebé? —preguntó Jordan mirando la polera que le habíamos regalado.

—Dice "Soy la mejor hermana del mundo" —contesté tomándola en brazos y sentándola sobre la cama al lado de Jo.

—No entiendo —musitó arrugando el entrecejo y mirando a su mamá.

—Jordan —susurré llamando su atención —Mamá está embarazada, tiene un bebé en su panza —expliqué y en su boquita se formó una gran o.

—¿Cómo se metió ahí? —preguntó en su inocencia y levantando la blusa de Jo para ver su estómago, que provocó que una lágrima se deslizara por su mejilla, ya que no era precisamente la reacción que esperábamos.

—¿Estás feliz? —pregunté llamando su atención de nuevo, ya que no dejaba de acariciar el estómago de Jo y asintió moviendo su cabeza.

—¿Mami? —dijo arrodillándose en la cama y tomando la cara de Jo con sus manos —¿Duele que esté ahí el bebé? —preguntó preocupada.

—No, cariño —respondió Jo sentándola en su regazo para abrazarla. —Solo me dan algunas náuseas, pero estoy bien —añadió sonriéndome con un brillo especial en sus ojos.

—¿Yo también te daba eso? —preguntó y en ese momento supimos que le teníamos que contar la verdad. No lo habíamos hecho porque aún era pequeña, pero empezarían las preguntas con el embarazo y era mejor que lo supiera, aunque a Jo le doliera su reacción.

Le contamos de una forma sencilla cómo fue que llegó a nuestras vidas, como un cuento, no quisimos dar detalles que quizá no pudiera entender. Se puso triste y bajó su carita, dejando caer lágrimas por sus mejillas al entender que no éramos sus padres biológicos. Josephine no aguantó verla llorar y la cargó en sus brazos para llevarla al salón.

—Mira mi amor, esta fotografía es del día en que me enamoré de ti —musitó mostrándole una imagen que sacó la primera vez que la cuidó. —Esta otra fue cuando supe que eras mi hija y ésta del día que me dijiste mamá —dijo besando su cabeza y aguantando sus lágrimas —No importa si no te tuve dentro de mí, Jordan, te amo y eres mi hija, al igual que el bebé que está en mi panza ahora. No hay diferencia para mi. —explicó abrazándola contra su pecho.

—No te habíamos contado, porque para nosotros siempre has sido nuestra hija, sin importar las circunstancias en que llegaste a nuestras vidas. Es como cuando adoptas un perrito, lo amas, sin importar qué y eso es lo que importa —expliqué para que entendiera y Jo me lanzó una mala mirada por haber comparado a nuestra hija con un cachorro.

—Yo amo a los dos, mamá —respondió separándose un poco de Jo para mirarla a los ojos —¿El bebé va a ser chiquito como yo en esa foto? —preguntó apuntando a la primera fotografía, donde no superaba los dos meses de edad.

—Incluso un poco más pequeño —musité sentándome en el piso frente a ellas. Todo el momento había estado de pie.

—¿Estás feliz? —preguntó Jo con cautela y limpiando el resto de lágrimas en la cara de Jordan.

—Siiii —chilló abrazándose al cuello de Jo para darle un beso en la mejilla.

—¿Y para mí no hay beso? —dije fingiendo ofensa. Jordan se tiró en mis brazos tan fuerte que caímos de espalda en la alfombra. —Estás muy fuerte, cariño.

—Es la comida que me ha dado mamá —respondió incorporándose.

De ahí en adelante, el tiempo parecía pasar un poco más lento, pero era solo producto de nuestra ansiedad. Josephine estaba teniendo unos antojos rarísimos, como atún con helado de chocolate y me aseguré de tener siempre en la nevera para no salir de madrugada y dejarlas solas. Jordan no se despegaba de su mamá y comenzó a dormir con nosotros; le gustaba apoyar su oreja en la panza de Jo y dormirse mientras ella le acariciaba el cabello y una vez que lo conseguía, la llevaba de vuelta a su habitación.

Josephine tenia ya cinco meses de embarazo, todo iba perfecto, sin ninguna complicación producto de su endometriosis. Eso sí, apenas supimos del embarazo, Jo dejó de trabajar; estaba aterrada de que algo pudiera pasar con el bebé si no se cuidaba lo suficiente. Su cuerpo había cambiado, sobre todo sus pechos, que habían crecido el doble de tamaño. Ella se quejaba constantemente porque nada le quedaba y su ánimo decaía, pero tras dedicarme a mimarla y recordarle todo lo que estaba haciendo por nuestro bebé, volvía a ser mi Jo se siempre, con sus ojos más brillantes que nunca y sus ganas insaciables de hacer el amor, que se volvía un poco más complicado de satisfacer al tener a Jordan a su lado la mayoría del tiempo.

Hoy sería la fiesta de revelación de sexo y Josephine estaba histérica y hormonal. Sin querer Jordan había abierto la caja con globos sorpresa y ahora sabía el sexo de nuestro bebé. Yo aún no me enteraba, porque apenas escuché el grito fui por Jordan y la saqué de la habitación donde estaba todo lo que se utilizaría en la fiesta. Le habíamos dicho que no podía entrar ahí, pero es una niña curiosa.

Jordan no paró de llorar por al menos media hora y Josephine seguía encerrada en la habitación hablando por teléfono con su madre, llorando también, porque no era de las personas que levantan la voz. Nuestra hija no quería nada de ella ese día, porque la había retado feo, así que tuve que sacarla de casa hasta que se calmaran las cosas, para que pudiéramos seguir adelante con la fiesta o me metería en problemas.

Jordan estaba un poco más celosa y caprichosa últimamente y hacía cosas para llamar nuestra atención, travesuras que solo serían el principio de lo que vendría.

——Hola!!! Ya vine con el primer extra de esta historia ♥️♥️♥️ Gracias por leerme 🧡🧡🧡

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Hola!!! Ya vine con el primer extra de esta historia ♥️♥️♥️ Gracias por leerme 🧡🧡🧡

One shot Herophine/ HessaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora