Custodia Parte 18

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-Duerme conmigo esta noche Tessa -susurró Hardin sobre mis labios mientras introducía sus dedos en el dobladillo de su pantalón.

Solté un gemido bajito al tiempo que llegaba con sus ágiles dedos al inicio de mi raja y mordía el lóbulo de mi oreja, sin dejarme responder.

-Me encantaría Hardin -gemí -pero... -estaba diciendo, pero fui interrumpida con su dedo introduciéndose en mi vagina.

-Pero qué Tessa -dijo acallando mis gemidos con su boca.

-Tessa -escuché decir a mi mamá a lo lejos y me alejé de Hardin de un salto, como si su contacto me quemara.

-Mierda -musité bajito mientras me acomodaba rápidamente la ropa y salía del lateral de la casa, antes de que Carol llegara a nuestro lado.

-Acá estás -dijo casi chocando conmigo cuando aparecí por la esquina de la casa.

-Le estaba mostrando a Hardin donde Ava quiere la casita del árbol -mentí apuntando hacia el roble que segundos atrás había sido testigo de nuestro enrollamiento.

-Sí claro -murmuró bajito cuando Hardin llegó a nuestro lado -Te estaba buscando porque no encuentro los zapatitos dorados de Ava, insiste en que quiere usarlos y ya sabes como se pone -bufó mamá. La consentía en todo y no podía culparla.

-¡Niña testadura! -exclamé -Le han quedado pequeños mamá y se los regalé a la vecinita, como ves -dije apuntando a la pequeña Jane, que justo iba saliendo de la casa del frente con los zapatos dorados.

-Que no la vea Ava -dijo mamá riendo -Que tendrás que comprar unos iguales -agregó apuntando hacia Hardin y dándose la vuelta para volver a entrar en la casa.

-Tengo que solucionar un problema adentro, nos vemos en un rato Hardin -dije dándome la vuelta para seguir a mi mamá.

-Te mandaré un Uber Tessa, y no acepto un no por respuesta -contestó elevando la voz y subiéndose al auto -Y terminaremos lo que empezamos ahí -artículo sin emitir sonido alguno y logrando que pasara por todas las tonalidades de rojo antes de cerrar la puerta tras de mí.

Subí a la habitación de Ava, que estaba con el ceño fruncido mientras mi madre la trataba de convencer de ponerse otros zapatos más acorde con la jardinera a cuadros que estaba usando.

-Abuelita Cadol, las plincesas usan dolado no neglo -refunfuñó.

-Ava, esos zapatos de charol negro son elegantes, como las princesas. No siempre debes usar brillo, además estarán Auden y Aiden y no querrás que se rompan tus zapatos dorados de tanto correr ¿o sí? -pregunté llegando a su lado.

-Tienes dazon mamita -respondió estirando sus piecitos para que mamá le calzará los zapatos negros de charol.

-Te ves preciosa mi amor -alabé tomándola en brazos y dándole un beso en la mejilla -Ahora solo queda peinarte esa maraña de pelo que tienes -agregué despeinándola más de lo que estaba.

-Y a ti bañarte mami, hueles dado -dijo arrugando su nariz y saliendo de mi regazo. Dios, ¿no podía ser que oliera a casi follada o sí?

-Ve a bañarte Tessa, o se nos hará tarde -dijo mi madre interrumpiendo mis pensamientos y llegando donde Ava para peinarla.

Una vez que estuve bañada, me calcé un vestido color verde esmeralda y unas sandalias bajas, ya que con una niña pequeña no me arriesgaba a usar tacones. Me pinté de forma sutil y recogí mi pelo en una coleta alta, para evitar meterlo en la comida, ya que entre ayudar a comer a mi hija y comer yo, me movía mucho durante la cena. Sé que no era nada formal, pero quería que nos viéramos bonitas par conocer a otra parte importante de la familia de Hardin.

Justo cuando estaba terminando de alistar mi bolsa llegó el Uber que nos llevaría a la casa de Hardin. Yo no la conocía en persona, pero Ava me dijo que era muy bonita y conociendo el exquisito gusto de Hardin estaba segura que mi hija se quedaba corta con sus descripciones.

Una vez que llegamos al barrio donde vive Hardin, comprendí por qué nunca me lo había cruzado en estos años. Vivía en un sector apartado de la ciudad, más bien exclusivo, donde solo había casas el triple de tamaño de la nuestra y tenían supermercados, colegios y todo para no tener que moverse mucho del sector. Quedaba relativamente cerca del centro de equitación y ahí entendí por que escogió el lugar, además de las innumerables áreas verdes que lo rodean, ideal para criar a sus hijos.

-¡Es la casa blanca mamá! -chilló Ava cuando el Uber estacionó frente a un antejardín verde repleto de flores.

-Es preciosa -dijo mi madre descendiendo del vehículo y sacando a Ava de su asiento.

-Muchas gracias -dije al chófer antes de bajarme, ya que a mi madre al parecer se le había olvidado la educación.

Una vez que llegamos a la puerta, tocamos el timbre y quedé impactada cuando Trevor abrió la puerta. Sabía que no era Hardin, porque nunca usaría pantalones caqui, pero el parecido entre ambos era inquietante. Con razón la pobre Lilian ¨se confundió¨ de hombre, pensé en mi interior.

-Adelante señoritas -dijo al abrir completamente la puerta para permitirnos el paso -Asumo que eres Tessa y ella ¿tu hermana? -agregó coqueteando en broma y apuntando a mi mamá.

-¡Qué muchacho más simpático! -exclamó mamá -Soy Carol Young, madre de Tessa y abuela de esta princesa -dijo señalando a Ava, que estaba en sus brazos.

-La princesa Ava -dijo simulando sorpresa -Hardin me ha contado mucho de ti, me dijo que eras una pequeña rubia hermosa, pero se ha quedado corto con la descripción -agregó haciendo una reverencia ridícula, que provocó una risa por parte de mi mamá y mía y asombro por parte de Ava.

-Trevor -escuchamos que decía una voz femenina desde el pasillo.

-Voy cariño -respondió y nos hizo un gesto con su mano para que lo siguiéramos.

-Hola, mucho gusto, soy Leah -se presentó una mujer joven de no más de 25 años, alta, castaña y ojos azules.

-Mucho gusto, soy Tessa -dije saludándola con un beso en la mejilla -Y ellas son Carol, mi madre y la pequeña Ava, mi hija -respondí presentándolas.

-Los niños han hablado mucho de Ava estos días -dijo Leah esbozando una sonrisa sincera -De hecho ahí vienen, siento sus pasos -agregó riendo.

-¡Chicos! -gritó Ava bajándose de los brazos de mi mamá.

-¡Ava! -respondieron al unísono llegando a su lado y abrazándola entre ambos -Ven para que veas la colección de animales que tenemos -agregaron tomándola de las manos y llevándola por la escalera hacia el piso superior.

-Tanto escándalo que escucho por acá -dijo Hardin llegando a nuestro lado. Vestía un jeans negro ajustado y una camisa que se amoldaba a su cuerpo como una segunda piel, dejando entrever sus tatuajes.

¡Madre mía! Estaba condenadamente caliente y que mamá nos haya interrumpido antes, solo aumentaba mis ganas de encerrarme con él en el baño a terminar lo que empezamos.

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Tarde, pero acá estoy!!!! Gracias por leer y acompañarme en esta historia que no quiero acabar <3

One shot Herophine/ HessaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora