Little angel Epílogo

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Josephine

Mi bebé ya no es una bebé, tiene cinco años y es una niña amable y encantadora. Después de mi casi propuesta de matrimonio -casi porque Hero me quitó las palabras de la boca-, decididos casarnos la semana siguiente, para empezar los trámites de la adopción de Jordan como un matrimonio consolidado. Tuvimos solo la ceremonia en el ayuntamiento con mis padres como testigos, ya que la gran boda la celebraríamos una vez que consiguiéramos tener a Jordan legalmente; tiraríamos la casa por la ventana.

De eso han pasado años, años llenos de momentos inolvidables junto a mi pequeña familia.

La adopción de Jordan resultó ser un proceso sencillo, al Hero haber estado como su cuidador temporal por casi un año y al nadie haberla reclamado, fue solo cuestión de trámites para que legalmente fuera nuestra hija. Las cosas marcharon muy rápido entre nosotros, tanto que a veces me asustaba. En cosa de una semana, pasé a ser la esposa de Hero y mudarme con él y la bebé. Tenía miedo que la burbuja se reventara, pero gracias a Dios no fue así.

Para el primer cumpleaños de Jordan, ella ya caminaba más firme y no paraba de repetir mamá y papá, hecho que llenaba de ternura a todos quienes nos acompañaban en el proceso de su adopción. Por algún motivo inexplicable, Jordan cada día se parecía más a mí y tanto los compañeros de trabajo de Hero como mis ex compañeras de Universidad -a quienes no habíamos visto mucho durante ese año- pensaban que biológicamente era nuestra. No los sacábamos de su ignorancia y Jordan se encargaba de remarcar en todo momento que éramos sus padres. Estaba enamorada de Hero y obsesionada con tomar siestas en mi pecho, se aferraba tan fuerte con sus manitos regordetas que tenía que quedarme con ella al menos media hora antes de poder dejarla en su cuna.

Comencé a buscar trabajo nuevamente una vez que la adopción de Jordan fue aprobada. Se me partió el corazón dejarla en el jardín de infantes los primeros días, pero como educadora entendía que necesitaba el contacto con otros niños de su edad, a pesar de que en casa la tenía bien estimulada. Para ella fue fácil, no lloró y se ganó el cariño de todos al instante. Tuve la suerte de conseguir empleo en el mismo lugar y en el mismo horario un tiempo después, solo que enseñaba a un nivel diferente y la veía cuando la dejaba y la retiraba, pero eso era suficiente para estar tranquila.

Así pasaron los años, en los que solo fuimos Hero, Jordan y yo. Me sometí a un tratamiento hormonal y una laparoscopia que permitió eliminar los tumores y el tejido cicatricial, mejorando mis probabilidades de quedar embarazada. No quise intentarlo los primeros años, porque tenía miedo de que no resultara y éramos jóvenes aún, al menos yo solo tenía veintidós años cuando adoptamos a Jordan.

Todo marchó tan rápido en nuestras vidas desde que nos casamos y decidimos adoptar a Jordan, que no tuvimos tiempo de planear nuestra gran boda, hasta que Jordan cumplió los cuatro años. Fueron meses afinando detalles para hacer una hermosa e inolvidable celebración familiar.

—Mamá, toy nerviosa —dijo Jordan sentándose en un banquito a mi lado, mientras terminaban los últimos detalles de mi peinado.

—Cariño, la nerviosa debería ser yo. Mira los tacones que llevo —respondí enseñándole los hermosos zapatos blancos de 15 centímetros que Mía -mi mejor amiga- me había convencido de comprar. —¿Qué te preocupa, bebé? —pregunté acariciando su carita.

—Pues lo mismo que a ti, caelme con todas las flores —contestó sonriendo nerviosa. —Además, papá dijo que conoceré a todo el resto de la familia, los que viven en Londres. ¿Y si no les caigo bien? —preguntó con sus ojitos aguados.

—Jordan Elizabeth Fiennes Langford, eres la niña más adorable, amable y generosa de todo el mundo, te adorarán —dije tomando su manito para calmarla. Me estaban peinando así que no podía moverme mucho.

—Mami te ves preciosa —dijo bajándose del banquito para ir a abrir la puerta, ya que alguien estaba golpeando.

—Al fin llegas —dije con alivio.

—No ha sido fácil escaparme de tu madre y tu suegra —respondió Mía —¿Segura que quieres hacerlo ahora? —preguntó acercándose a mí, una vez que la chica que había estado arreglando mi cabello se retiró.

—No puedo aguantar más sin saber —respondí parándome del tocador. Estábamos en nuestra casa, así que tenía un baño ahí mismo, para no levantar sospechas.

—Te espero aquí —dijo Mía sentándose junto a Jordan que se había puesto a ver la televisión.

Estaba tan nerviosa y asustada por lo que podría pasar en los próximos minutos que casi me desmayo en el baño. Me quedé más tiempo del necesario adentro, porque no podía creer lo que veían mis ojos.

—Mamá, ¿pod qué lloras? —me preguntó Jordan cuando salí del baño. Justo se había bajado de la cama y estaba frente a la puerta.

—Es de felicidad, amor —respondí agachándome a su altura y asintiendo hacia Mía, que salió en busca de la maquilladora para que retocara mi maquillaje.

Tranquilicé a Jordan y, una vez que estuvimos listas, bajamos hacia el jardín donde se realizaría la ceremonia y donde Hero ya esperaba por mi en el altar. El tiempo que tardé en caminar hacia él se me hizo eterno y cuando llegué a su lado, solo quería decir mis votos para poder revelar lo que había estado ocultando.

Cuando el sacerdote dijo "puede besar a la novia", supe que era el momento y antes de que sus labios tocaran los míos, me acerqué a su oído derecho.

—Lo conseguimos —susurré entre lágrimas repentinas. Me miró sin entender, pero su cara cambió al ver la prueba que deposité con cuidado en su mano.

—¿Estás segura? —preguntó agarrando mi cara entre sus manos.

—Como el carajo que sí —dije riendo y besándolo al fin. Nadie entendía que estaba pasando entre nosotros.

—Te amo tanto —dijo levantándome en brazos y dándome vueltas, lo que provocó una risita en Jordan, que se acercó a nuestro lado.

—Yo también quiero que me des vueltas en el aire, papá —pidió estirando sus brazos hacia Hero, que no dudo en bajarme para tomarla.

Teníamos muchas ganas de contarle a todos, pero queríamos hablar en privado con Jordan primero y por supuesto verificar con mi ginecóloga que todo iba bien con nuestro bebé. Lo habíamos intentado tanto tiempo, sin resultados positivos, que lo sentíamos como un verdadero milagro.

Un milagro que se uniría pronto a nuestra pequeña ángel.

Un milagro que se uniría pronto a nuestra pequeña ángel

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——En mi país aún no es 2022, pero les quería desear un feliz año nuevo con este capítulo hermoso ♥️ Gracias por hacerme creer en mis capacidades este año, que me lean significa mucho 🤍

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En mi país aún no es 2022, pero les quería desear un feliz año nuevo con este capítulo hermoso ♥️ Gracias por hacerme creer en mis capacidades este año, que me lean significa mucho 🤍

One shot Herophine/ HessaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora