¿Amigos con derecho? Parte 2

650 60 12
                                    

Hero se quedó sin palabras por un momento, como procesando lo que le acababa de pedir. Me puse nerviosa por alguna razón y comencé a buscar mi ropa para vestirme.

—Jo, sabes que no podría hacer esto. No me gusta la idea de usarte, porque te quiero, de verdad.

—Ya sabía que era una mala idea —musité abrochando mi sujetador.

—Ey —dijo Hero llegando a mi lado y deteniendo mi intento de vestirme —No pienses que no quiero hacerlo, si te soy sincero, no me agrada la idea de esa etiqueta en particular. No quisiera compartirte con nadie más —agregó tomándome por la cintura y sentándome en su regazo.

—No soy una perra, Hero —me apresuré a decir mientras movía mi trasero sobre su erección. —Podemos hacerlo sin etiquetas, pero si no me la metes ahora...

—No seas tan guarra —susurró en mi oído interrumpiéndome —Te propongo que pasemos el tiempo y que veamos que pasa entre nosotros —sugirió besando mi hombro desnudo —Pero déjame quererte, Jo. Déjame demostrarte que puedo ser quien mereces —pidió con voz casi suplicante.

—Hero, no quiero hacerte daño, no quiero ilusionarte con algo que quizás no pase —gemí restregándome más contra su pene.

—No te niegues la oportunidad de ser amada, Jo —pidió abriendo mis pliegues con su mano izquierda, mientras que con la derecha me sostenía fuertemente por la cintura.

—Solo te pido que no me nombres la palabra amor. No por ahora, Hero —respondí abriendo más mis piernas y aceptando de alguna forma lo que me pedía.

Si íbamos a intentar ser algo más que amigos, no quisiera sentirme abrumada por sus sentimientos, por no poder corresponderlos de inmediato. Lo cierto es que Hero me atraía, pero no estaba lista para tener una relación con nadie, no desde mi última ruptura. Pero nublada por el deseo que estaba sintiendo, acepté la idea de llevar nuestra creciente amistad más allá.

—No puedo más, Hero —musité apunto de llegar al orgasmo y me dio la vuelta, dejándome a horcajadas sobre él.

Rápidamente se puso un condón y sin previo aviso, tomé su miembro entre mis manos para dirigirlo a mi entrada y enterrarlo de una vez. El condenado era grande, por lo que me dolió un poco al principio, pero una vez que me acostumbré a su tamaño, lo monté como nunca había hecho antes. En cuestión de minutos nuestros cuerpos se acoplaron como si fueran hechos el uno para el otros y lo que comenzó con la idea de un rápido revolcón de oficina, terminó en ambos jadeantes y desnudos sobre la alfombra tres horas después.

Era de noche cuando me incorporé de su pecho para buscar mi ropa. Si no salíamos pronto, un guardia vendría por nosotros y no me gustaría que nos viera en esa posición. No habían subido a avisar del cierre de la oficina, porque Hero entró antes y asumieron que no debían molestarlo, le tenían bastante respeto, incluso cuando él les dijo que se relajaran ante su presencia, que no era más que un empleado.

Bajamos por el ascensor hasta el estacionamiento en silencio. Supongo que ambos teníamos cosas que pensar después de lo que hicimos. Por mi parte, solo quería detener el ascensor, porque mi cabeza no dejaba de pensar en sus manos acariciando mi cuerpo. Me estaba sofocando y sentía que no llegábamos nunca al -1.

—¿Tienes calor? —preguntó Hero acercándose a mí y riéndose bajito.

—No, qué te hace pensar eso —respondí a la defensiva, arrinconándome hacia la helada pared de vidrio.

—Estás tan roja como cuando te toque por primera vez —susurró en mi oído, provocando que mis pezones se asomarán a través de mi camiseta.

—Se supone que yo soy la descarada aquí —musité cubriendo los pechos con los brazos. Normalmente yo no era así, nunca me cohibía con nadie y siempre era la de los chistes con doble sentido, pero tras este encuentro, los papeles parecían haberse intercambiado.

—No te pongas nerviosa, que... —Estaba diciendo cuando el timbre del ascensor interrumpió, anunciando nuestra llegada al estacionamiento.

—Nos vemos, Hero —me apresuré a decir, saliendo rápido del ascensor, pero cuando estaba por llegar a mi auto, me tomó por el codo y me dio la vuelta para darme un suave beso en los labios.

—Ahora sí, nos vemos, Jo. Avísame cuando llegues a casa —dijo acariciando mi mejilla.

Me quedé helada por un minuto, hasta que su auto salió del estacionamiento y me atreví a entrar en el mío. Llegué a casa con mi cabeza llena de pensamientos sobre Hero, sobre lo que acabamos de empezar. Nunca antes me había pasado, pensé que nos acostaríamos y ya, que seguiríamos siendo los amigos de siempre, pero en pocas horas había sido capaz de dar vuelta mi juego.

No sabía cómo actuaría al día siguiente con él y eso me ponía demasiado nerviosa. Me serví un vaso de whisky y me fui a mi habitación para tratar de despejar un poco mi mente, pero al mirarme al espejo, solo fui consciente de las marcas que Hero había dejado sobre mi piel, bajo mis pechos, en mi cuello y en mis piernas.

Puse a cargar mi celular que había quedado sin batería, mientras preparaba un baño de tina. Me relajé tanto que no me di cuenta del paso del tiempo, hasta que salí y encendí la pantalla de mi celular, que no paraba de vibrar. Cinco llamadas perdidas y cinco mensajes de Hero.

11:30 hrs.
Hero: ¿Llegaste a casa? Ha pasado un rato y estoy preocupado por ti. Avísame o me veré en la obligación de ir a comprobarlo por mi cuenta.

11:45 hrs.
Hero: Jo, ¿estás bien? Lamento si hice algo que te incomodara. Podemos dejarlo hasta acá si no quieres continuar.

12:15 hrs.
Hero: Me estoy preocupando Jo, no te llegan mis mensajes.

12:30 hrs.
Hero: Voy para allá, no importa si no me abres. Con ver la luz de tu habitación encendida sabré que estás a salvo.

Mierda, eran las 12:35 hrs.

Se apagó mi celular y lo acabo de encender, siento no avisar, pero estoy bien... comencé a escribir, pero lo borré, porque una parte de mí quería que Hero tocara mi puerta.

——
Tardé, pero aquí estoy!!! Espero que les esté gustando esta nueva historia y también que hayan podido disfrutar de AWF en el cine 🎞

Gracias por leer ❤️‍🔥 Les cuento que ahora también estoy en TikTok como iamhessanator 🤭

One shot Herophine/ HessaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora