INTRAESCOLAR II (Under The Dome)

Capítulo 8: "El Pueblo Vecino" Parte 1.

Para Yessica Pacheco.

Por todas esas charlas en camión.

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Era viernes 9 de Junio.

Una nota descansaba sobre el tendido frente a Silvia. La noche fue dura y tardía. A pesar de que la muerte era algo frecuente bajo el Domo, nunca dejaba de ser un trago amargo. Las muertes de Nayomi Chávez e Iracendy Rojo abrumaban a Silvia y sus pensamientos sobre eso no pararon durante toda la noche.

La nota que César Quintana dejó para Silvia esa mañana, no hizo más que convertir ese trago en ácido veneno.

Lamento mucho no poder abordar este tema de manera personal, solo que no sé qué hacer o decir al respecto. Te quiero, no dudes eso nunca. Los sucesos recientes y la revelación sobre la muerte de Jonadan me han causado mucha confusión y siento que necesito tiempo para pensar y procesar todo. Lo mejor será que mientras lo asimilo mantengamos un poco de espacio entre nosotros. De verdad espero que lo comprendas.

Silvia contempló la nota con desolación. Sus cabellos rojizos caían en una torpe cascada sobre sus hombros y sus ojos miel portaban una mirada de lo más vacía. El chico que la motivó a ser mejor persona estaba abandonándola y realmente no podía culparlo. Ella era una asesina, aunque Jonadan la hubiese perdonado, no borraba lo que hizo.

César, un chico tan bondadoso que habían bautizado como el chico de algodón, no podría asimilar nunca la idea de un asesinato. Mucho menos podría estar con una persona que tuviera sangre en las manos. Darle espacio para pensar era lo mínimo que podía brindarle a ese chico, e incluso, Silvia consideró seriamente en dejarlo ir.

Al otro lado de Silvia, Mario se despertó entre un grito y un sollozo. El chico tenía la frente sudada y el mal sueño hizo que se sentara de golpe. Las noches ya no eran reconfortantes para casi nadie.

-¿Tuviste una pesadilla? -preguntó Silvia a su amigo.

-No fue una pesadilla -respondió Mario agitado y tomando respiraciones para estabilizarse-. Es real.

-¿Nayomi? -supuso Silvia.

-E Iracendy. Sigo pensando que pude haberlas salvado.

-No fue tu culpa -insistió Silvia-. Fue decisión de Iracendy.

Internamente, Silvia reprochaba a su amiga por abandonarla cuando las cosas estaban poniéndose más difíciles.

-Todo lo que me dijo me tiene preocupado.

-¿Hablas del dibujo y de Deneb? -preguntó Silvia.

Mario miró a todos lados esperando que ningún otro alumno dormido los estuviera escuchando.

-Creo que las visiones de Iracendy eran confusas, sin embargo, no puedo dejar de pensar que tal vez tenga razón y las cuatro manos somos quienes sostenemos el Domo. No creo que nos quiera muerto pero si Deneb lo interpretó de esa manera y atacó a Nayomi, tengo miedo al pensar que pasaría si todos se enteran y piensen igual que ella.

Silvia consideró las palabras de Mario.

-Sería una cacería sin piedad -coincidió.

-Tenemos que estar prevenidos -dijo Mario-. En caso de que haya más personas que sepan la verdad del asunto.

-Hablaremos con los demás sobre esto -prometió Silvia. Dobló la nota y guardándola en su bolsillo se levantó del suelo.

Una ventaja en ese lugar es que no había tiempo para corazones rotos.