INTRAESCOLAR II (Under The Dome)

Capítulo 1: "Sacrificios" Parte 2.

La chica seguía recargada en el pozo mirando la profundidad.

Un vacío donde el huevo se había ocultado.

Miró el cielo y sus ojos color miel brillaron reflejando la luz que emanaba del Domo.

Su cabello negro rojizo seguía siendo perfecto a pesar de las circunstancias. Se puso de pie alzando su perfecto cuerpo siendo dominada por la duda.

Silvia Marín se cuestionaba si había hecho lo correcto y deseaba fervientemente que Mario estuviese vivo.

Su pequeña figura se puso en marcha recorriendo las huertas.

Luego se encontró con cuatro personas.

Experimentó sorpresa cuando identificó a Iracendy entre ellos, después del primer día del Domo no la había visto ni una sola vez. Enseguida identificó a Erika y Nohe Carrillo, quienes cargaban a otro chico con mucha dificultad.

Un gritó salió de sus labios cuando lo reconoció.

-Tranquila -dijo Nohe con naturalidad, desconociendo la verdadera razón que asustó a Silvia-. Está vivo, solo necesita descansar porque estaba inconsciente.

"¿Inconsciente?"

Silvia miró interrogante de Erika a Iracendy esperando una respuesta lógica. Su cuerpo había comenzado a temblar y su herida de bala parecía arder.

-¿Dónde estaba?

-Lo encontramos aquí en las huertas -respondió Nohe-. Hace un momento despertó y dijo no recordar nada, parece sufrir alguna clase de amnesia.

-Estamos llevándolo a enfermería -continuó Erika-. Para que lo atiendan y sepamos qué pasó con él.

El tono en su voz era un mensaje para Silvia. Haciéndole saber que su secreto estaba a salvo por el momento y debían asegurarse de que siguiera de esa manera.

-Los acompañaré -se ofreció ansiosa.

Las tres asesinas caminaron en silencio con rostros de confusión. Ahora se había sumado otra preocupación en la mente de Silvia.

*

-No debió morir -se lamentó Mario mirando la escena. El contenedor de basura permanecía pegado al Domo y ocultando la parte superior del cuerpo de Maralexia. Sus brazos colgaban inmóviles sobre las butacas manchadas de sangre.

-Hiciste lo que pudiste -consoló Andrés liberando las manos de Mario de la atadura-. No fue tu culpa.

La escena hizo a Julio sentir arcadas.

-Es porque fue tú culpa -interrumpió acercándose-. Si no hubieras insistido en venir, esto no habría ocurrido.

Andrés se sintió herido.

-¡Tú eres el causante de todo esto! -gritó Mario acercándose violentamente hasta estar cara a cara con Julio-. Tú sabes perfectamente que no maté a Ami y a esas otras personas. ¡Encontraste la manera de culparme para deshacerte de mí y tener control de todo! ¡Tú la mataste!

-¿Es cierto? -Andrés tenía rostro serio-. ¿Tú mataste a Ami?

Julio los miraba a ambos con furia.

-¡Ella quería decir mentiras sobre mí!

No estaba negándolo.

-¡No puedo creerlo!-. Andrés estaba frustrado-. ¡Estuve a punto de colgar a un inocente!

-Ya no importa -lo tranquilizó Mario-. Maralexia está muerta y eso ya no cambiará.

Mario se giró enojado y se alejó de ellos.