INTRAESCOLAR II (Under The Dome)

Capítulo 10: "Fantasmas" Parte 3.

-¿Qué has hecho con él? –preguntó Silvia muy molesta.

Julio la miró relajadamente desde su asiento en la oficina de subdirección. Tenía las piernas cruzadas y sus manos descansaban sobre su estómago.

-No sé de qué me hablas –mintió.

-¡Déjate de tonterías! –gritó la chica histérica-. Se perfectamente que lo sabes.

Julio abandonó su postura relajada y se puso de pie.

-Tienes razón –dijo-. Lo sé todo: sé que tienen un extraño objeto que parece ser la fuente de poder del Domo y sé que Mario no murió en ese precipicio.

-Tienes que devolverme el huevo en este preciso momento.

-No lo haré –respondió Julio secamente-. Porque yo no lo tengo. Es la verdad, fui a buscarlo en el salón de Iracendy después de que me enteré de su ubicación pero ya no estaba ahí. Alguien más lo tomó.

-No te creo nada.

-No me creas, es tu problema.

-Ese huevo es más importante de lo que crees. En las manos equivocadas todos podríamos estar perdidos.

-¿Todos? -preguntó Julio con burla-. ¿O Mario? Dime la verdad. ¿Por qué no le has dicho a nadie que encontraste la salida? ¿Estás protegiendo a Mario de la gente que rodea el Domo? ¿Piensas comprar tu salida y la de tus amigos intercambiando el huevo?

-Estás hablando puras estupideces-. Silvia se enfrentó a él sin miedo-. No sabemos qué pasó con Mario en realidad. Solo sabemos que la cámara captó una imagen de Anáhuac pero eso no nos asegura que sea la salida o que Mario este vivo. No podemos decírselo a todos sin saber cuál es la verdad de todo esto. Si estamos equivocados, eso los quebraría.

-Conmovedor –respondió Julio.

Silvia no pudo contenerse y le soltó una cachetada. El rostro de Julio fue inolvidable.

-Debí dejarte morir en la horca –escupió Silvia apretando los dientes.

Arrojó una mirada despectiva y salió de la oficina.

*

-¿Esta es la forma de regresar al Domo? –preguntó Mario incrédulo.

El lago se extendía frente a ellos, luciendo tranquilo y sucio.

-Eso creo –respondió Iracendy mostrándole su dibujo.

-Sus visiones son otorgadas por el mismísimo Domo –defendió Deneb solemnemente-. No hay motivo alguno para desconfiar.

-¿Cómo sabes lo de las visiones? -insistió Mario.

-Mi guía me lo dijo.

-¿Tu qué?

-Chicos hay que enfocarnos –regañó Iracendy-. El tiempo sigue corriendo y los alumnos podrían saltar al precipicio en cualquier momento.

-¿Y qué hacemos ahora? -preguntó Mario-. ¿Hay alguna puerta por aquí?

Itzel se regocijo al notar que todas la miraban.

-Es una laguna común –dijo con entusiasmo-. Solo hay agua aquí, así que es claro que tienen que sumergirse en ella.

-¿Hablas enserio? –preguntó Mario.

-Tiene sentido –mencionó Iracendy-. Itzel llegó a este lugar a través del estanque que se creó al caer el Domo. Ambos son cuerpos de agua, tal vez estén conectados.

-O tal vez nos ahoguemos.

-No lo sabremos si no lo intentamos –dijo Deneb demasiado entusiasmada.