Izuku Midoriya tiene 24 años y un historial de relaciones amorosas fallidas. Es un escritor con obras famosas, pero al haberlas escrito bajo un seudónimo, su identidad se mantiene en el anonimato, dándole el pase libre para experimentar en relacione...
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- Claro, yo entiendo, entonces nos vemos otro día- dijo el bicolor con una mueca que pretendía ser una sonrisa.
Un club.
Izuku lo había dicho una vez, una persona soltera puede ir cuando quiera a un club.
¿Izuku era una persona soltera?
Bueno, no habían acordado exclusividad en ningún momento, así que debería estar bien con él teniendo algo con alguien más.
Pero la sola idea de Izuku siendo tocado por alguien que no fuera él le sacaba de sus casillas.
No entendía lo que estaba pasando, se suponía que sólo era deseo. Pero...
¿El deseo implica posesividad?
Lo que sentía en ese momento...
¿Qué era?
De camino a casa de su hermana, llamó a quien consideraba, su único amigo.
Los pitidos le ponían nervioso, aunque no hubieran sonado más de tres veces.
- Hey Bro! ¡Hace mucho que no me hablas! ¡¿Cómo has estado?! - aún a través del dispositivo, podía sentir la emoción de su amigo. ¿Le pasó algo bueno? Decidió que le preguntaría si se encontraban.
- Hola Kirishima, ¿tienes tiempo mañana? Quería invitarte a un bar- no lo aparentaba, pero estaba nervioso, probablemente ante el pensamiento de ser rechazado y no tener a quién más acudir en busca de un Consejo.
-¡ACEPTO! DIME LA HORA Y YO ESTARÉ PUNTUAL- Separó un poco el teléfono de su oído ante el miedo de quedarse sordo.
- Genial, espero no te moleste, iremos a un bar discreto porque quiero discutir algo contigo, es... Personal.
El silencio le siguió a sus palabras ¿Había puesto incómodo a Kirishima?
- C-claro, ahí te veo- notó en la voz un atisbo de sorpresa y nerviosismo.
¿Había dicho algo mal?
Esperaba que no.
De manera distraída llegó a casa de su hermana y ahí la saludo e intentó actuar con normalidad.
Porque después de todo...
No le había pasado nada ¿verdad?
No se le había muerto una mascota, porque en primer lugar no se sentía lo suficientemente responsable para tener una.
No habían roto con él, porque no tenía una relación con nadie.
No podía sospechar una infidelidad, porque su acuerdo con Izuku no implicaba exclusividad, aunque por su parte así fuera.
- Shoto, ¿pasa algo? - su hermana dejó los palillos sobre el plato y le miró a los ojos, dedicándole su entera atención.
- No, nada está pasando ¿qué podría estar pasando? Nada, absolutamente nada- lo negó más de dos veces, asegurándose de que quedara claro y su hermana no volviera a preguntarle, pero preguntó por curiosidad- ¿Por qué lo piensas?
