Izuku Midoriya tiene 24 años y un historial de relaciones amorosas fallidas. Es un escritor con obras famosas, pero al haberlas escrito bajo un seudónimo, su identidad se mantiene en el anonimato, dándole el pase libre para experimentar en relacione...
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¿Qué tanta mala suerte debes tener para que el número equivocado al que le enviaste una foto sin calzones termine siendo tu compañero de trabajo?
Respuesta: mucha.
¿Quién tiene una suerte tan fatal?
Por supuesto, Midoriya Izuku.
Un sonrojo intermitente se apoderó de su rostro.
No era la primera vez que le decían que era bonito o que algún aspecto físico de él lo era.
Pero...
Eso había sido demasiado.
El pánico y la situación tan extraña en que se encontraba habían hecho que reaccionara de la peor manera posible.
Después de golpear a Todoroki con el teléfono, se llenó de culpa y pavor, le ofreció una compresa fría para evitar hinchazón y posible coloración.
Por ese motivo, ahora estaba él, frente a su editor que sostenía una bolsita de arvejas congeladas -era eso o un trozo de carne- intentando decidirse entre arrodillarse para pedirle disculpas por haber entrado en pánico o volverlo a golpear para ver si perdía la memoria y podían empezar de nuevo.
Un carraspeo por parte del bicolor lo distrajo.
- Yo... - cuando abrió su boca y escuchó su voz, Todoroki, fue consciente de que no tenía idea de qué decir.
¿Lo siento? ¿Finjamos que no ví nada?
Todas las opciones que parecían ser moral y éticamente aceptables, representaban lo contrario a lo que Todoroki quería decir.
- Mira, creo que lo mejor es que pretendamos que ésto nunca pasó, sólo debemos fingir que lo olvidamos hasta que lo olvidemos de verdad- Dijo Izuku, interrumpiendo sus pensamientos.
Pero así no era como las cosas funcionaban.
Así no era como funcionaba el deseo.
Y tal vez ambos estaban conscientes pero ninguno estaba dispuesto a admitir que sus mentes eran capaces de ceder al líbido como si fueran seres meramente sexuales.
- Está bien- Todoroki se extraño por la forma en que salieron esas palabras, porque se notaba seguro, cuando estaba vacilante.
Se oía tranquilo, cuando su mente era un desastre.
- Creo que ahora mismo, estamos demasiado consternados como para pasar a la corrección del primer capítulo- nuevamente, Midoriya interrumpía la pequeña discusión que tenían las neuronas de Shoto.
- No- la respuesta tajante sorprendió a ambos, pero el bicolor se sobrepuso y continuó- si vamos a fingir que nada pasó, entonces no tiene caso posponer nuestro trabajo, empecemos ahora.
