3.- Cumpleaños

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- Minari, ¿por qué Shisui te presentó a su mamá? - preguntó el tío de la niña con un aura de tranquilidad.

- Para que le pidiera permiso a su mamá de ir a mí cumpleaños - dijo de igual manera que el mayor, el cuál al escuchar esas palabras se sobresaltó notablemente deteniendo su andar.

- Tú padre se enojara por esto Minari - estaba totalmente pálido temiendo de la reacción que tendría su hermano al enterarse de lo que  hizo su hija, claro que invitar a un niño a  tú cumpleaños no es un delito, pero él y su padre eran demasiado celosos, tanto que se enojaban si la veían muy apegada a su primo o a sus alumnos.

- Ya sé que decirle - respondió con simpleza.

- Estamos muertos princesa, quiero que sepas que me gustó ser tu tío, aunque sea por un corto tiempo - dijo el mayor de manera dramática incandose a la altura de su sobrina mientras la abrazaba u fingia llorar.

- Habla por tí, todo esto ocurrió mientras estaba bajo tú cuidado - remarcó la pequeña Minari soportando la risa que le causaba ver a si tío en ese estado. Pues aunque él se atreviera a desobedecer a su padre no se atrevía a desafíarlo.

- Eres cruel Minari, no quiero pensar en lo que haría tu padre si se entera - la menor soltó una pequeña risa por la actitud de su tío. Siguieron su camino a casa, en dónde el mayor se ponía más nervioso con cada paso que daba, apesar de que su hermano llegaba al día siguiente. O al menos eso le habían dicho.

Cuándo llegaron a su residencia no pidieron evitar llevarse la sorpresa de que el padre de Minari ya estaba de regreso. Esperándolos parado, de brazos cruzados, con una cara que le daría miedo hasta al mismo kyuby. El tío de Minari estaba a nada de soltarla e irse a esconder a su casa con tal de evadir a su hermano y su mal carácter.

Algo raro, ya que el joven que traía de la mano a Minari siempre se mostraba imponente, decidido, con un valor inhumano, pero si le mencionan a su hermano enojado todo aquello que lo caracteriza se esfuma y se convierte en miedo.

- ¿A dónde fueron? - preguntó autoritario.

- Al parque -contesto simplemente su hija.

- Nii-San, tu hija pasó los límites - dijo nervioso y ansioso apuntando culpablemente a su sobrina.

- ¿Qué es lo que hizo mi hija? - dijo sin inmutar en lo más mínimo su voz.

- Invitó a un niño a su cumpleaños - respondió aún más nervioso que antes.

El mayor de los presentes enarcó una ceja y se volteó hacia su hija la cuál sólo sonrió inocentemente.

- Me encontré con Shisui y lo invité a mi cumpleaños - recitó ligeramente sontojada de tan sólo pensar en ese azabache tan sólo unos meses mayor que ella.

- Bien, entonces puede venir - dijo aprobatoriamente, cosa que sólo sorprendió a su hermano menor.

- Enserio dejarás al pequeño mounstro hacer eso, sabes lo que implica que ella tenga amigos verdad, sobre todo hombres - dijo el menor de los hombres presentes al borde de los celos.

- Me asegurare de que no pase nada - afirmó el padre de Minari.

El pelinegro menor no pudo con la decisión de su hermano y se demayó por la sorpresa, y como no hacerlo.

¿Su hermano dejando los celos? Se venía una guerra shinobi aún más catastrófica que la que estaban viviendo.

◇•◇•◇•◇•◇•◇

Los días pasaron demasiado rápido, llegando por fín el cumpleaños de Minari, la pequeña azabache no podía estar más emocionada, pues era el primer cumpleaños al que invitaba a un amigo.

Aunque siendo honestos no es como que su vida haya sido tan larga como para que nunca lo hiciera, sin mencionar que apenas está haciendo recuerdos de su existencia.

Llegó la hora de la comida, al igual que los pocos invitados al cumpleaños de Minari.

Tocaron la puerta de la casa en la que vivía la pequeña y su padre, quién fué a abrir y ver quién era.

Fuera de su casa había una hermosa mujer, vestida con ropa casual, asegurándose de no dejar nada a la imaginación, tenía agarrado de la mano a un azabache de cinco años, el cuál estaba muy sonriente por volver a ver a su nueva amiga, traía un regalo en mano, envuelto de manera delicada.

- Usted debe ser la madre del amigo de mi hija - habló primero el azabache más grande.

- Claro - asintió la madre de Shisui. - Disculpe las molestias señor, yo soy Akari Uchiha y el es mi hijo Shisui - contestó firme.

- Un placer, pasen - ordenó suavemente mientras se hacía aún lado.

La niña de ojos oníx escuchó ruido en su casa, así que interrumpió el juego con si tío y fué a ver que pasaba, seguida de su tío.

- Minari - habló Shisui efusivamente en forma de saludo al ver a la pelinegra.

- Shisui - imitó, se acercó a él para saludarlo de mejor forma, pero el azabache pequeño tenía otras intenciones.

Cuándo Minari estuvo a su alcanze la abrazó energéticamente, la azabache no dudó en hacer lo mismo mientras su amigo le decía Felíz Cumpleaños y ella le agradecía.

El tío de la festejada llegó justo a tiempo para ver la pequeña escena de los menores y no pudo evitar arder en celos igual que su hermano y la mamá de Shisui.

¿Por qué? Simple.

Todos los mayores presentes en esa habitación eran unos celosos de primera, que se aseguraban de que sus hijos no se acercarán a otros niños, Pues sabían que la inocencia de un niño es demasiado pura como para razonar lo que es bueno y malo.

Claro que Akari-San disimulaba mejor que los otros dos adultos.

- ¿Tú que haces aquí? - preguntó un pelinegro confundido al ver a su ex compañera de equipo en su casa.

- ¿Tú eres algo de Minari? - preguntó sorprendida la única mujer presente en la sala.

- Soy su tío - señaló orgullos su ex compañero.

- ¿Enserio? - habló igual que antes, pero con la intención de fastidiar al tío de la amiga de su hijo.

- ¿No lo parece? - preguntó con una sonrisa egocéntrica sin la más mínima idea de la posible respuesta de su amiga.

- Bueno, Minari es linda, inteligente, amable, adorable y tú... bueno eres un dramático, egocéntrico, flojo y tonto - finalizó la mamá de Shisui. Minari soltó una pequeña risa por el comportamiento de su tío y la gran descripción que hizo Akari-San de él.

- Me cae bien Akari-San - habló el azabache mayor con una sonrisa burlona dirigida a su hermano.

- Nii-San, se supone que debes defenderme, no apoyarla - reprochó el centro de las burlas, con un aura deprimida.

- Como puede defenderte si lo que dijo Akari-San es cierto - resongó la pequeña de ojos negros para molestar a su tío.

Ganándose una mirada asesina de su parte.

- Así que él es tu hijo - cambió de tema el tío de Minari.

- Sí, es Shisui - contestó con un tono de voz suave.

El tío de Minari y la mamá de Shisui empezaron una conversación, mientras que los dos pequeños iban por algunos juguetes al cuarto para poder entretenerse.

Tocaron la puerta nuevamente, siendo el padre de Minari el que fué a abrir. Al otro lado del Marco se encontraban parados una peliroja y un rubio esperando a pasar y ver al motivo de su estadía en ese lugar.

La Princesa de los Cuervos |Shisui Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora