28.- Cumpleaños de un pequeño Rubio

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Shisui y Minari ya habían hablado con Fugaku sobre el golpe de estado, quien estaba muy complacido con que la chica participara en tan magnífico plan y que mejor aún, lo mejorara. Ambos estaban muy callados, ninguno sentía disponibilidad para hablar, aunque sabían que debían de hacerlo. Shisui en un pequeño momento regaño a su amiga por haber encerrado a los Hokages en un genjutsu sin aviso, más la platica no duró, ella no repeló y aceptó su regaño sin decirle más.

Estaban saliendo ya del distrito Uchiha rumbo a la casa de Naruto y el silencio entre ellos era lo que gobernaba. Era Shisui de nuevo el que intentaría hacer la platica de nuevo, pero la peli negra lo interrumpió.

- Ya sé que unirme al plan quizá no fue lo más sensato y quizá algo impulsivo, pero necesito que también entiendas que al final este es mi clan y no pienso dejar que Fugaku nos condene por una mala jugada. Además siempre es mejor 3 Uchiha a que sean 2, sobre todo porque somos buenos, ¿cierto?

Su amigo suspiró.

- Entiendo lo que sientes Nari, sólo que me preocupa lo que está situación pueda provocar, no sabemos si vamos a tener éxito y.... - Shisui no sabía interpretar lo que estaba sintiendo, pero algo que los dos identificaban muy bien era el miedo, por lo que sucedía y sucedería. - Bueno, no hay que adelantarnos, solo quiero que pares cuando te diga que pares y que no te pongas en peligro.

Ella solo asintió y cambió de tema.

- ¿Vas a hacer algo el jueves?

El pelinegro negó.

- Genial, recuerda que Naruto cumple años ese día y me gustaría que nos acompañes.

Shisui sonrió.

- Claro, no me perdería el cumple de ese pequeño por nada.

Ambos regresaron a la casa con Naruto para dormir un poco al fin. El pelinegro se quedaba en el cuarto libre de la casa, mientras que la Uchiha dormía en el mismo cuarto que Naruto para cuidarlo.

Shisui a veces solía quedarse a dormir en la casa de Naruto, otras veces se iba a su casa en el distrito Uchiha. Lo mismo con Minari, quien en ningún momento abandonó la casa de su tío Izuna.

En las noches cuando se sentía nostálgica por todo lo que había pasado con su familia se colaba en la casa de Madara-Sama, la casa donde había crecido y pasado buenos y malos momentos. Más eso casi no sucedía.

Los días pasaban rápido, Shisui e Itachi estaban ocupados en misiones de la policía militar, en las noches los tres se reunían ocasionalmente en las juntas clandestinas del clan, cada quien desarrollaba su papel en el plan que habían organizado ambos bandos y rendían sus cuentas a sus respectivos jefes.

La mañana de jueves al fin había llegado, el 10 de octubre había empezado y el pequeño rubio sabía lo que significaba. Ya era su cumpleaños.

Al fin había llegado.

Era el mejor día para Naruto, pues desde que tenía memoria recordaba que su tía Akemi, Shisui y Rin estaban con él todo el día, lo llevaban de paseo, jugaban cosas divertidas, lo dejaban que comiera lo que quiera y ocasionalmente se juntaba con su odioso mejor amigo Sasuke.

Ninguno de los dos niños lo aceptaba, pero en el fondo ambos se caían bien.

- Nee-San, ¡Ya es mi cumpleaños!
Decía el pequeño rubio saltando de alegría en la cocina. Ansioso por ver qué delicia le había preparado su tía.

Huevos con tocino y unos cuantos onigiris fue lo único que le dio tiempo de preparar a la mayor antes de que su sobrino se despertara.

- Ya sé Naruto, ¡felicidades cariño!

La Princesa de los Cuervos |Shisui Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora